Arenas & Beneroso
La joven democracia espa?ola cuenta ya con un abultado dossier de travestismo pol¨ªtico. En ¨¦l figuran verdaderos saltimbanquis de la ideolog¨ªa y qui¨¦n sabe de qu¨¦ m¨¢s cosas. Entre otros casos relumbrantes, el de un Miguel Boyer, que pas¨® de la socialdemocracia pura a la purita derecha, sin hacer una mueca; o el de Pilar del Castillo, de la Joven Guardia Roja a Ministra de Educaci¨®n de los obispos de la Espa?a sacrosanta, sin santiguarse siquiera. El de Ram¨®n Tamames, prestando su vitola de comunista al CDS de Adolfo Su¨¢rez, para acabar de hundirlo, por cierto. Nos quedaba que ver a un guerrista, confeso en su d¨ªa, convertirse en mu?idor econ¨®mico del PP andaluz, como es ahora el caso de este oscuro acr¨®bata, Isidoro Beneroso, que fue durante bastante tiempo mu?idor de las finanzas y el urbanismo sevillanos.
Hay que remontarse a las segunda y tercera corporaciones democr¨¢ticas (1983-1991), capitaneadas por otro guerrista de pro, el ex alcalde Manuel del Valle, que en 1987 deposit¨® toda su confianza para el manejo de los territorios urbanos en este singular personaje, y en un momento particularmente apetecible: cuando se gestionaba el nuevo PGOU de la ciudad y, sobre todo, ¨¦sta se preparaba para su m¨¢s tremenda conmoci¨®n, la que supuso Expo 92. Sorprendentemente, en aquel plan general de 1986, la Isla de la Cartuja, donde se alzar¨ªa la exposici¨®n, apareci¨® como "territorio ex¨®geno" y con esa calificaci¨®n el t¨¢ndem Del Valle & Beneroso se atrevi¨® a desafiar la autoridad de Felipe Gonz¨¢lez. ?C¨®mo pudo ocurrir tal cosa? Sencillamente porque que Felipe Gonz¨¢lez, conociendo el pa?o, hab¨ªa preferido sortear al Ayuntamiento de Sevilla para organizar la muestra universal y actuar con manos libres, desde el poder central, a trav¨¦s de un hombre duro pero providencial: Jacinto Pell¨®n. Esto, claro est¨¢, no gust¨® nada a Del Valle, que respondi¨® calificando la isla de la Cartuja como si no estuviera en Sevilla. Naturalmente, Felipe Gonz¨¢lez, lejos de arredrarse, lo que hizo fue quitar a Del Valle de la candidatura a alcalde en 1991. La jugada no sali¨® bien del todo, porque los ciudadanos no entendieron bien lo que ocurr¨ªa y acabaron votando a otro singular personaje que se col¨® por medio, Alejandro Rojas Marcos, quien, naturalmente, puso a la Expo 92 todas las trabas que pudo, aliado con Soledad Becerril.
Pero Isidoro Beneroso ya se hab¨ªa librado de la quema, dado el salto a la presidencia de el Monte, en 1988, protegido por el aparato guerrista. Beneroso compens¨® entonces a su protector, el ex alcalde, poni¨¦ndolo de presidente de la rica y dadivosa Fundaci¨®n que regenta la misma caja. Juntos de nuevo, Del Valle & Beneroso se aprestaron a emprender una nueva etapa.
A trav¨¦s de una complicada red de participaci¨®n en numerosas empresas, el nuevo presidente de El Monte fue adquiriendo cada d¨ªa m¨¢s poder en los destinos de la ciudad. Para ello se busc¨® un nuevo aliado, otro extra?o personaje llamado Juan Manuel L¨®pez Benjumea, que hab¨ªa sido aupado en virtud de otra carambola pol¨ªtica a la presidencia de la otra Caja, la San Fernando, por el mismo sector del partido, y de la mano de Manuel Fern¨¢ndez y Miguel Angel Pino, tras la primera defenestraci¨®n de Pepe Caballos. Con lo que no contaban los guerristas era con que aquellos dos avispados, una vez arriba, forjar¨ªan una nueva y dual alianza: la del poder del dinero de las dos cajas y sus m¨²ltiples tent¨¢culos. Desde ella, Beneroso & Benjumea desafiaron a todo bicho viviente, sobre todo si era del PSOE. Se opusieron a la pol¨ªtica de concentraci¨®n de las cajas de ahorro andaluzas, impulsada por Chaves y su consejera de Hacienda, Magdalena ?lvarez; se negaron a fusionar sus dos entidades, despu¨¦s de que se renovaran sus respectivos ¨®rganos, como manda la ley, y prepararon una fusi¨®n distinta, para seguir ellos comand¨¢ndola. El desaf¨ªo, por suerte, les sali¨® mal esta vez. Y Chaves, con la inestimable colaboraci¨®n de Comisiones Obreras, in extremis, acab¨® expulsando a los dos picaruelos de sus mullidos sillones. Ambos fueron expulsados tambi¨¦n del PSOE en 2002. Por medio, hab¨ªan intentado no pocas operaciones de alto riesgo urban¨ªstico, por las que fueron advertidos en distintas ocasiones por el Banco de Espa?a. La m¨¢s sonora, la operaci¨®n Tablada. De acuerdo con otro t¨¢ndem, el de Rojas Marcos & Soledad Becerril, imprescindible para conocer los recovecos del urbanismo sevillano de los ¨²ltimos a?os, se propusieron levantar una nueva urbe de 20.000 viviendas, desafiando a todos los poderes de la ciudad y de la Junta de Andaluc¨ªa, en el antiguo aer¨®dromo militar de Tablada. 356 hect¨¢reas de suelo r¨²stico e inundable. ?Y eso por qu¨¦? Simplemente porque a ellos les vino en gana, y de paso demostraban qui¨¦n mandaba de verdad en la ciudad. Para poner en marcha esa operaci¨®n necesitaron, c¨®mo no, el concurso de Rojas Marcos, que firm¨® con ellos el oportuno convenio urban¨ªstico un 18 de febrero de 1999, un d¨ªa antes de que Beneroso prestara el dinero, a trav¨¦s de su caja, para que el PA se hiciera con el control de Onda Giralda, una emisora local de televisi¨®n.
Otras operaciones, igualmente fantasiosas, hab¨ªan ensayado Beneroso & Benjumea, como la de Puerto Triana, de nuevo mediando estrechos v¨ªnculos con otros personajes ligados al PA; y mediando tambi¨¦n severas advertencias al Ayuntamiento y a la Junta, como las que el propio Beneroso dirigi¨®, desde una inolvidable rueda de prensa, un 19 de abril de 2001, al alcalde y al mism¨ªsimo presidente de la Junta. Cabe recordar tambi¨¦n la operaci¨®n de Isla Chica, en Huelva, a trav¨¦s de una empresa participada por la Caja del entonces todopoderoso presidente de El Monte. En esa espesa red de vasos comunicantes uno pod¨ªa encontrarse de todo, por lo que todo era posible esperarlo. Pero, sinceramente, esta nueva alianza dual, Arenas & Beneroso, preparada con tanta discreci¨®n desde los tiempos en que ambos torpedeaban la Ley de Cajas, no entraba en las sospechas de los mejor informados, diga el PSOE lo que diga. De la verdadera raz¨®n, en realidad s¨®lo tenemos pistas, como lo que ha dicho ayer el propio Javier Arenas; que va a encargar a Beneroso que prepare una "alternativa centrista y andalucista a la econom¨ªa andaluza". Atenci¨®n a los adjetivos, sobre todo al segundo. Da la impresi¨®n de que el PP quiere ocupar tambi¨¦n el espacio desarbolado del PA. De momento, lo que s¨ª est¨¢ claro es que a Chaves se le ha aparecido otra vez la Virgen de F¨¢tima, por lo menos. Cuando yo sea mayor, quiero tener en todo la mitad de la suerte que ¨¦l tiene con sus adversarios pol¨ªticos.
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