M¨¢s vigilados que nunca
Por primera vez, Estados Unidos acoger¨¢ equipos de observadores internacionales
Ante las elecciones presidenciales de la semana que viene hay dos inc¨®gnitas: ?Qui¨¦n ganar¨¢? y ?Dar¨¢ el proceso electoral motivos una vez m¨¢s para que los tiranos de ?frica y otros lugares se burlen de las grandilocuentes pretensiones democr¨¢ticas de Estados Unidos?
Fue Robert Mugabe, el caricaturesco dictador zimbabuense, el que mejor lo pas¨® tras el fiasco electoral norteamericano del a?o 2000. Mugabe se?al¨® que si un africano hubiera sido elegido presidente en similares circunstancias que George W. Bush, Estados Unidos hubiera insistido en que se llevaran a cabo nuevas elecciones, y esta vez bajo la supervisi¨®n de observadores internacionales imparciales. "Imag¨ªnense si en ?frica el hijo de un ex presidente que tambi¨¦n fue en su d¨ªa jefe de los servicios de inteligencia del pa¨ªs hubiera llegado al poder tras unas elecciones pol¨¦micas cuyo resultado dependi¨® de c¨®mo se cont¨® el voto en un Estado donde su hermano era el gobernador", dijo Mugabe. "Como m¨ªnimo, Estados Unidos y otros pa¨ªses de Occidente hubieran impuesto sanciones econ¨®micas inmediatas".
Alguien parece haber o¨ªdo las palabras de Mugabe. En estas elecciones norteamericanas habr¨¢, por primera vez, equipos de observadores internacionales, como si se tratara de una elecci¨®n en un pa¨ªs en el cual se est¨¢ intentando instalar la democracia tras a?os de dictadura. A instancias de una organizaci¨®n basada en California llamada Global Exchange, un equipo de 12 observadores independientes, sin conexiones con ning¨²n partido pol¨ªtico norteamericano, llegan hoy (viernes) a Estados Unidos para constatar -o no- que las elecciones han sido limpias y transparentes.
Cinco de los observadores son de pa¨ªses con amplias tradiciones democr¨¢ticas, Reino Unido, Canad¨¢, Australia y la India. Pero los otros siete vienen de lugares donde hasta hace poco la gente hab¨ªa vivido bajo sistemas autoritarios, o peor. Hay dos surafricanos en el grupo, un nicarag¨¹ense, un chileno, un argentino, un mexicano y un ghan¨¦s. Todos han sido elegidos para el equipo de observadores por la considerable experiencia que han tenido de organizar elecciones en sus propios pa¨ªses.
Cuando la idea de los observadores se gest¨® hace unos meses se podr¨ªa haber pensado que se trataba de una especie de broma; de una venganza pueril de los pa¨ªses d¨¦biles contra la superpotencia. Pero, m¨¢s all¨¢ del dudoso precedente que se sent¨® en el a?o 2000, existen temores reales de que se produzcan serias irregularidades electorales debido en parte a la confusi¨®n acerca de nuevos m¨¦todos de votaci¨®n que se han instalado, en parte por las posibilidades que podr¨ªa haber de manipular los resultados con las nuevas tecnolog¨ªas. Los temores se centran en Florida y Ohio, donde se espera que el resultado sea especialmente ajustado. Y es por esto que la mayor¨ªa de los observadores internacionales se centrar¨¢n en estos dos Estados.
Ya ha habido resistencia a la presencia de los observadores de parte de algunas autoridades estatales. En Fort Lauderdale y Miami las autoridades han declarado que no permitir¨¢n acceso a los observadores a los lugares donde se llevar¨¢ a cabo la votaci¨®n. En Ohio ha habido problemas similares. Global Exchange ha dicho en un comunicado que la actitud de las autoridades en estos Estados "despierta sospechas" y contribuye a socavar la ya reducida confianza que algunos votantes, especialmente en Florida, han expresado en la transparencia del proceso electoral.
Otro grupo de observadores patrocinado por Global Exchange estuvo en Estados Unidos en septiembre analizando el sistema electoral. Hace una semana publicaron un informe de 48 p¨¢ginas en el que reconocieron que se hab¨ªan visto "mejoras" desde el a?o 2000, pero que todav¨ªa exist¨ªan ¨¢reas en las que el proceso democr¨¢tico se podr¨ªa hacer m¨¢s limpio y eficaz. Las cr¨ªticas del informe se centraron en la pr¨¢ctica norteamericana de confiar todos los aspectos mec¨¢nicos del proceso de votaci¨®n al Gobierno del d¨ªa, sea en la esfera estatal o en un distrito electoral, en vez de ponerlo en manos de un organismo independiente, "como es la norma internacional".
El primer grupo de observadores de Global Exchange tambi¨¦n expres¨® en el informe sus dudas sobre el sistema de financiaci¨®n de las campa?as electorales en Estados Unidos, cuyos fondos provienen no del Tesoro p¨²blico, sino en su gran mayor¨ªa de grandes empresas privadas. "No sorprende que los votantes intuyan que los pol¨ªticos est¨¢n m¨¢s interesados en defender los intereses de los grandes contribuyentes que en los ciudadanos", se?al¨® el informe.
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