Un tortuoso camino hacia el nuevo Tratado

El Tratado constitucional que hoy firman los 25 jefes de Estado y de Gobierno de la Uni¨® Europea tendr¨¢ que superar un largo y tortuoso camino antes de que pueda entrar en vigor. El principal obst¨¢culo se encuentra en que la Constituci¨®n se considerar¨¢ definitivamente aprobada cuando sea ratificada por cada uno de los 25 pa¨ªses de la UE, en unos casos a trav¨¦s de referendos y en otros a trav¨¦s de los Parlamentos nacionales. El proceso de ratificaci¨®n se prolongar¨¢ dos a?os a partir de hoy. Espa?a, con una consulta popular prevista el 20 de febrero, ser¨¢ el primer pa¨ªs en ratificar la Carta Magna por esa v¨ªa.

Hasta el momento, son ocho pa¨ªses los que han anunciado referendos para superar ese tr¨¢mite. Se trata de Reino Unido, Francia, Irlanda, Dinamarca, Holanda, Portugal, Luxemburgo y Rep¨²blica Checa, adem¨¢s de Espa?a. Hay otros pa¨ªses que se inclinan por hacerlo pero a¨²n no lo han decidido formalmente, como es el caso de Polonia. Un caso especial es el de Alemania, que hoy no puede hacer ese tipo de consultas porque lo proh¨ªbe su Constituci¨®n, pero el Gobierno del canciller Gerhard Schr?der ha anunciado que estudiar¨¢ al respecto una posible reforma de su ley fundamental.

Espa?a ser¨¢ el pa¨ªs que primero somete a refer¨¦ndum el texto constitucional

El proceso se puede enturbiar si un gran pa¨ªs de la Uni¨®n rechaza el tratado

Mientras Espa?a, como ha dicho el presidente del Gobierno, Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero, intenta se?alar el camino al adelantarse en la celebraci¨®n del refer¨¦ndum con la confianza de que el resultado ser¨¢ afirmativo, en otros pa¨ªses se plantean serias dudas. Sobre todo en el Reino Unido, donde el primer ministro brit¨¢nico, Tony Blair, tendr¨¢ que hacer frente a la creciente fuerza de euroesc¨¦pticos y a los que, incluso en las filas laboristas, siguen resisti¨¦ndose a cualquier avance supranacional en Europa.

Aunque su entrada en vigor requiere la ratificaci¨®n por unanimidad, la propia Constituci¨®n se?ala en uno de sus art¨ªculos que si cuatro quintas partes de los pa¨ªses lo aprueban (20 en este caso) y alg¨²n otro no lo hace, "el Consejo Europeo tomar¨¢ conocimiento de la cuesti¨®n". Es decir, decidir¨¢ qu¨¦ hacer.

Los redactores del nuevo Tratado dejaron as¨ª abierta la posibilidad de que se opte por una u otra soluci¨®n dependiendo del pa¨ªs que no ratifique, si es que hay alguno. Uno de ellos, el espa?ol ??igo M¨¦ndez de Vigo, siempre ha comentado al respecto que "la UE no es una prisi¨®n" y que, por tanto, el que no acepte las reglas fundamentales puede irse. Se da la circunstancia de que el Tratado constitucional es el primero que precisamente recoge en un art¨ªculo la f¨®rmula para que un pa¨ªs socio pueda abandonar la Uni¨®n.

El todav¨ªa actual presidente de la Comisi¨®n, Romano Prodi, y el comisario de la Competencia, Mario Monti, se han mostrado esta misma semana partidarios de que, en efecto, el pa¨ªs que no ratifique el Tratado constitucional debiera abandonar la UE.

En cualquier caso, todo depender¨¢ de cu¨¢l sea ese pa¨ªs. Si fuera un pa¨ªs peque?o, se le podr¨ªa invitar a repetir el tr¨¢mite (se hizo en Irlanda con el vigente Tratado de Niza) o a salirse del club. Si fuera el Reino Unido, todos los expertos se?alan que cabr¨ªa la posibilidad de negociar con Londres un estatuto especial para que siguiera unido a la UE, aunque s¨®lo fuera en el mercado interior y en algunas otras ¨¢reas. Al respecto, no obstante, se precisa que en algunos terrenos b¨¢sicos, como el de la defensa, no es cre¨ªble una pol¨ªtica com¨²n de seguridad y defensa sin la participaci¨®n del Reino Unido. El ministro franc¨¦s de Exteriores, Michel Barnier, propone que, en caso de rechazo brit¨¢nico, el resto de pa¨ªses de la Uni¨®n apliquen el Tratado por su cuenta.

El problema ser¨ªa mucho m¨¢s grave, sin soluci¨®n posible, si fuera Francia, pa¨ªs fundador de la Uni¨®n, el que rechazara la Carta Magna en la consulta prevista a finales del a?o que viene. Encuestas realizadas en septiembre indican que el 65% de los franceses apoyan el texto, pero el 47% a¨²n est¨¢n indecisos. La izquierda francesa est¨¢ absolutamente dividida. Mientras el l¨ªder de los socialistas, Fran?ois Hollande, o los ex primeros ministros Michel Rocard y Lionel Jospin apoyan sin reservas el Tratado, el tambi¨¦n ex primer ministro Lionel Jospin lo rechaza aduciendo que carece de contenido social.

El hecho de que el proceso de ratificaci¨®n se mezcle con el debate sobre la entrada de Turqu¨ªa en la UE puede enrarecer el ambiente pol¨ªtico precisamente en Francia, uno de los pa¨ªses donde se registra un mayor rechazo al ingreso de Ankara en el club europeo.

Con fechas diferentes para los referendos o las ratificaciones en los Parlamentos, el proceso se puede enturbiar si un gran pa¨ªs rechaza el texto cuando a¨²n faltan numerosos pa¨ªses por superar el tr¨¢mite y sus Gobiernos o ciudadanos se preguntan por la utilidad de seguir el procedimiento. Para evitarlo, el Parlamento Europeo propuso concentrar todos los tr¨¢mites en dos o tres d¨ªas de mayo pr¨®ximo, pero el proyecto no fue aceptado por los l¨ªderes.

En todo caso, y si el proceso de ratificaci¨®n no culmina en un ¨¦xito, la UE seguir¨¢ funcionando con el actual Tratado de Niza. Eso s¨ª, nadie duda de que la Uni¨®n habr¨¢ echado el mayor freno posible al proyecto de construcci¨®n europea.