Baja el paro
El encarecimiento del petr¨®leo y las dudas sobre la consolidaci¨®n de la recuperaci¨®n est¨¢n creando en las ¨²ltimas semanas un clima de incertidumbre, que se traduce en un retroceso en los indicadores de confianza y en una revisi¨®n a la baja de las perspectivas de crecimiento para la segunda mitad de este a?o y el pr¨®ximo. Sin embargo, como es usual en el comportamiento de los animal spirits, este deterioro de las expectativas est¨¢ yendo m¨¢s all¨¢ de lo que se deduce de los datos estad¨ªsticos que vamos conociendo.
El martes el INE public¨® los resultados de la Encuesta de Poblaci¨®n Activa (EPA) del tercer trimestre, que constituye la base estad¨ªstica fundamental para medir el pulso del mercado laboral y, por ende, del total de la econom¨ªa. Los datos constituyeron una relativa sorpresa positiva. Digo relativa porque ya las estad¨ªsticas mensuales de afiliaci¨®n a la Seguridad Social (gr¨¢fico izquierdo) y de paro registrado mostraron un comportamiento positivo en el tercer trimestre en su conjunto, lo que da coherencia a los ¨²ltimos datos de la EPA. Lo de la sorpresa es porque el aumento del empleo super¨® las previsiones. El ritmo de crecimiento interanual del empleo (personas ocupadas), que estaba situado en el 2,3% en el segundo trimestre, pas¨® al 2,5% en el tercero. Por su parte, la tasa intertrimestral, obtenida con los datos desestacionalizados y expresada en t¨¦rminos anualizados, aument¨® hasta el 3,2%, un punto porcentual m¨¢s que en los dos primeros trimestres (gr¨¢fico central).
El deterioro de la confianza est¨¢ yendo m¨¢s all¨¢ de la situaci¨®n que revelan los datos estad¨ªsticos
A la vista de estos datos, y bajo la hip¨®tesis razonable de que el avance de la productividad aparente del trabajo no haya variado mucho respecto a lo que se ven¨ªa observando, podr¨ªa concluirse incluso que el crecimiento del PIB se aceler¨® en el tercer trimestre. Sin embargo, el conjunto de indicadores de producci¨®n y de demanda disponibles nos hacen ser m¨¢s cautos. Hay que tener en cuenta que la EPA, como cualquier estad¨ªstica basada en una muestra, incorpora un margen de error, y en este caso, este margen habr¨ªa podido sesgar al alza el crecimiento del empleo, pues tampoco parece coherente esa tasa intertrimestral del 3,2% con el ritmo al que viene creciendo nuestra econom¨ªa. En cualquier caso, el conjunto de datos sobre el mercado laboral avala un buen comportamiento del empleo en el tercer trimestre, lo que significa, por un lado, que la inversi¨®n de las empresas sigue al alza y, por otro, que crece a buen ritmo la fuente principal de las rentas y del gasto de los hogares. Eso s¨ª, el crecimiento del PIB sigue siendo muy desequilibrado, como revelan los datos de comercio exterior de agosto, conocidos esta semana, que muestran un profundo deterioro de los intercambios con el exterior. Tambi¨¦n hay que anotar que la creaci¨®n de empleo sigue descansando en mayor medida de lo deseable en contrataci¨®n temporal.
El fuerte aumento del empleo estimado por la EPA en el tercer trimestre coincidi¨® con una desaceleraci¨®n notable del ritmo de crecimiento de la poblaci¨®n activa, lo que se tradujo en una ca¨ªda de la tasa de paro del orden de medio punto porcentual respecto al trimestre precedente (gr¨¢fico derecho), intensific¨¢ndose la ligera tendencia a la baja que se viene observando desde finales de 2002. Todo esto son estupendas noticias, pero encierran un grave peligro: que los responsables pol¨ªticos y los l¨ªderes sindicales y empresariales caigan en la complacencia y se olviden de que la continuidad de la creaci¨®n de empleo a medio plazo pasa por profundas reformas en nuestro mercado laboral.
?ngel Laborda es director de coyuntura de la Fundaci¨®n de las Cajas de Ahorros (Funcas).
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