?Qu¨¦ tienen las n¨®rdicas?

El World Competitiveness Report de este a?o, publicado por el World Economic Forum, confirma lo que ven¨ªan anticipando los ¨²ltimos tres: las econom¨ªas del norte de Europa se encuentran entre las m¨¢s competitivas del mundo. Destacan en los dos ¨ªndices principales: el relativo a la competitividad de las naciones, Global Competitiveness Index (GCI) y el de la capacidad competitiva de sus empresas, The Business Competitiveness Index (BCI).

El primer ¨ªndice de competitividad descansa sobre tres pilares ampliamente aceptados como esenciales para el crecimiento econ¨®mico: la calidad del entorno macroecon¨®mico, la de las instituciones p¨²blicas y la dotaci¨®n tecnol¨®gica. En la configuraci¨®n de los ¨ªndices se combinan datos econ¨®micos p¨²blicamente disponibles con opiniones de m¨¢s de 8.700 l¨ªderes empresariales en 104 pa¨ªses, acerca de un amplio rango de factores que determinan la calidad del entorno empresarial y un crecimiento econ¨®mico sostenido.

Sin que pueda ser identificado como la raz¨®n del ¨¦xito de esas econom¨ªas, sus administraciones desempe?an un papel m¨¢s activo que otros pa¨ªses

Por tercer a?o consecutivo, Finlandia aparece como la econom¨ªa m¨¢s competitiva del mundo. Espa?a repite posici¨®n en el puesto n¨²mero 23. Las otras tres n¨®rdicas ocupan posiciones preferentes: Suecia (3?), Dinamarca (5?), Noruega (6?) e Islandia (10?). Los atributos que las hacen merecedoras de esa destacada posici¨®n no s¨®lo derivan de su muy buena gesti¨®n macroecon¨®mica, sino igualmente de la calidad de sus instituciones p¨²blicas (baj¨ªsimos niveles de corrupci¨®n, al tiempo que sus empresas operan en un entorno legal en el que existe un escrupuloso respeto a las leyes).

En este ¨¢mbito, Espa?a baja al puesto 34? desde el 31? del a?o pasado. En la tercera de las ¨¢reas de este ¨ªndice, el desarrollo tecnol¨®gico y la propensi¨®n innovadora de sus empresas, las valoraciones son igualmente muy destacadas para las escandinavas. En este apartado, Espa?a sube al 20? desde el 25?.

El segundo de los grandes ¨ªndices, el BCI, de naturaleza microecon¨®mica, eval¨²a la sofisticaci¨®n de las practicas y estrategias empresariales, por un lado, y la calidad del entorno microecon¨®mico en el que las mismas compiten, por otro. Finlandia vuelve a ocupar el 2? lugar, Suecia el 4? y Dinamarca el 7?. Espa?a pasa del 25? al 26?. Otras clasificaciones similares, como la realizada por la escuela de negocios IMD, aportan resultados similares a los comentados.

Como era previsible, esas posiciones se corresponden con las muy similares en el m¨¢s expresivo de los indicadores de bienestar de los pa¨ªses: el PIB por habitante. Para el a?o 2003, seg¨²n la Organizaci¨®n para la Cooperaci¨®n y Desarrollo Econ¨®mico (OCDE), los cinco pa¨ªses se encuentran entre los 15 m¨¢s pr¨®speros del mundo: Noruega (139% de la media de la OCDE), Dinamarca e Islandia (115%), Suecia (108%) y Finlandia (105%). Espa?a ocupa la posici¨®n 18?, con una renta per capita equivalente al 89% la media de la OCDE. Las tasas de desempleo se mantienen relativamente bajas: con la excepci¨®n de Finlandia (9,1%), todas las econom¨ªas destacadas en competitividad ten¨ªan al final del pasado a?o una tasa de desempleo significativamente inferior a la media de la OCDE (6,9%). La espa?ola, del 11,3%, era de las m¨¢s elevadas de la OCDE.

Sin que pueda ser identificado como la raz¨®n del ¨¦xito de esas econom¨ªas, en todas ellas sus administraciones p¨²blicas, lejos de mantenerse inhibidas de la actividad econ¨®mica, desempe?an un papel m¨¢s activo que en las dem¨¢s, a juzgar por la proporci¨®n que representa el gasto p¨²blico sobre el PIB en cada una de ellas. Con datos de la OCDE, Suecia (58,3%) encabeza la clasificaci¨®n mundial, seguida de Dinamarca (55,8%); en Finlandia representa el 50,1%; en Noruega, un 47,5%, y un 46% en Islandia. Esa relaci¨®n es en la econom¨ªa espa?ola del 39,9%.

Ese empe?o en la equidad de las naciones n¨®rdicas no s¨®lo no est¨¢ siendo incompatible con un manifiesto saneamiento de las finanzas p¨²blicas, sino que, como los datos anteriores demuestran, tampoco parece serlo con la eficiencia global de sus econom¨ªas.