Zapatero a bordo del 'Pr¨ªncipe de Asturias'
Lo dicho por el jefe del Estado Mayor de la Defensa, F¨¦lix Sanz, reclamando "m¨¢s generosidad" por parte de Washington hacia las necesidades de Espa?a en el terreno internacional, viene a insistir en el estado de opini¨®n instalado entre los andaluces sobre lo que se recibe por parte de EE UU por la contribuci¨®n que presta Espa?a para su despliegue militar en Europa. Este m¨¢ximo responsable de los ej¨¦rcitos de nuestro pa¨ªs se?ala, adem¨¢s, que, en el plano militar, "creo que las relaciones pueden poner en un balance la notable aportaci¨®n de las bases espa?olas a la estrategia de EE UU", a?adiendo que "damos muchos y recibimos poco".
Estas declaraciones han provocado malestar en nuestro principal aliado pero, al mismo tiempo, tienen la virtud de poner de manifiesto algo que en Andaluc¨ªa se tiene bien presente: no se observa gesto alguno que se pueda interpretar como una compensaci¨®n clara a la contribuci¨®n que ofrecemos hacia los norteamericanos. Y no se trata de un fen¨®meno nuevo sino que se ha demostrado que este maltrato se viene arrastrando desde hace a?os. Por ejemplo, hace m¨¢s de dos que siguen sin resolverse las reivindicaciones de los trabajadores espa?oles en la Base Naval de Rota sobre sus retribuciones y los problemas fiscales que les merman sus ingresos. O, por ejemplo, sigue sin concretarse esa especie de se?uelo que lanzaron en su d¨ªa para que la Bah¨ªa de C¨¢diz se convirtiera en sede para la reparaci¨®n de los buques de las VI Flota norteamericana que opera en el Mediterr¨¢neo, iniciativa que podr¨ªa eliminar las incertidumbres sobre el futuro de los astilleros de la zona. Llegaron a apuntar esa posibilidad, incluso desde el mandato de Felipe Gonz¨¢lez, pero luego nada m¨¢s se supo.
La verdad es que no se ha conseguido mucho, y s¨ª, en cambio, un notable desgaste por parte de nuestros gobernantes como ocurre ¨²ltimamente con las escalas en la base rote?a, cada vez m¨¢s frecuentes, de submarinos nucleares. Y, estrictamente, no cabe atribuir esta adversa realidad al desacuerdo del actual Gobierno de Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero con George W. Bush por la guerra de Irak. No estamos ante una simple rabieta o castigo por la actitud de desmarque que mantenemos con ellos. Estos asuntos sin resolver se arrastran desde mucho tiempo atr¨¢s, tal y como este mismo peri¨®dico desvelaba el pasado mi¨¦rcoles dando cuenta del bloqueo de la financiaci¨®n de proyectos espa?oles en la OTAN que viene efectuando EE UU desde hace a?os.
El problema est¨¢ ah¨ª y alguna salida habr¨¢ que buscar. Por de pronto, hay que empezar a actuar en la propia casa de uno por lo que resulta imprescindible subrayar la decisi¨®n de los socialistas andaluces de incluir enmiendas en el proyecto de los PGE de 2005 para que se contemplen compensaciones econ¨®micas en aquellos municipios que acogen instalaciones militares de envergadura como son los de Barbate, San Fernando y Rota, en C¨¢diz y Mor¨®n y Arahal, en Sevilla. La trascendencia de este paso no debe estar, desde luego, en la escu¨¢lida dotaci¨®n que tiene esta partida sino, m¨¢s bien, en el precedente que se establece as¨ª como en las posibilidades que se abren para estos ayuntamientos a la hora de establecer futuros aprovechamientos de los terrenos que dejen de tener uso castrense. Es en este punto donde se plantea un importante debate en el que los ayuntamientos afectados y la propia Junta tendr¨¢n mucho que decir.
Son, en realidad, apuntes de un viejo problema, el de la servidumbre militar que soporta a Andaluc¨ªa, que cobra mayor actualidad ahora teni¨¦ndose en cuenta que, esta semana, el presidente del Gobierno, Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero presidir¨¢ el martes, la reuni¨®n de Jefes de Estado Mayor en el portaviones Pr¨ªncipe de Asturias, en aguas de la bah¨ªa gaditana. Un encuentro "altamente significativo", seg¨²n palabras del ministro, Jos¨¦ Bono ya que se va a aprobar la Directiva Nacional de Defensa, documento en el que se establecen las l¨ªneas b¨¢sicas de la pol¨ªtica de Defensa. Es un buen momento para que se tome nota y se sea plenamente consciente, por parte de nuestros gobernantes, del alto precio que paga Andaluc¨ªa por dicha servidumbre militar.
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