Por un cambio presupuestario, hacia una pol¨ªtica social y ecologista
Los Presupuestos para 2005 deber¨ªan orientarse, seg¨²n el autor, hacia una pol¨ªtica social y medioambiental m¨¢s decidida y dejar atr¨¢s cuanto antes la herencia recibida del anterior Gobierno del PP
Dec¨ªan bien los sindicatos cuando hablaban de los Presupuestos de 2005 como de unos presupuestos de transici¨®n. Hoy es tan importante la discusi¨®n sobre los escenarios de futuro como el debate sobre el gasto presente. Dif¨ªcilmente podemos hablar de giro social, de una pol¨ªtica de gasto con mayor atenci¨®n hacia los sectores sociales con mayores necesidades, sin discutir y reorientar la pol¨ªtica de ingresos. No se puede olvidar que el diferencial en gasto social respecto a la media europea de los Quince va parejo a una menor carga impositiva, especialmente en impuestos directos. Y sin afrontar algo tan b¨¢sico no hay cambio posible.
En los condicionantes de futuro era clave, desde una perspectiva progresista, que el Gobierno se comprometiera con la realizaci¨®n de una reforma fiscal antes de la preparaci¨®n de los pr¨®ximos presupuestos. Que los primeros presupuestos de la nueva etapa est¨¦n hipotecados por la pol¨ªtica fiscal del PP es un problema, que los segundos presupuestos tambi¨¦n lo estuviesen ser¨ªa un grave error. Y si bien es cierto que desde la izquierda del Congreso hemos forzado la aceleraci¨®n de los tiempos, el reto principal es que esta reforma de la fiscalidad se haga desde la recuperaci¨®n de la equidad y la progresividad.
No se puede hacer frente a las deudas sociales y ambientales sin capacidad de endeudamiento
El segundo requisito fundamental para poder afrontar una negociaci¨®n con garant¨ªas de futuro, era fundamental la salida del dogma del d¨¦ficit cero. No se puede hacer frente a las deudas sociales y ambientales sin capacidad de endeudamiento. Se trata de que el Estado, pero sobre todo las CC AA y los ayuntamientos, tengan la capacidad razonable para poder hacer frente a las inversiones necesarias y urgentes, situ¨¢ndonos al mismo nivel que nuestros vecinos europeos. Si la Ley de Estabilidad Presupuestaria, aprobada la pasada legislatura, con los ¨²nicos votos del Partido Popular, niega el m¨¢s ¨ªnfimo margen, era fundamental el compromiso por parte del Gobierno de modificar esta ley de forma paralela a los Presupuestos Generales del Estado para 2005.
M¨¢s all¨¢ de los requisitos b¨¢sicos para situar el terreno y la discusi¨®n en un escenario de futuro diferente, otra gran noticia del pre¨¢mbulo presupuestario es, sin duda, la desaparici¨®n de la Ley de Acompa?amiento: instrumento que ha acabado pervirti¨¦ndose para que lobbies e intereses se colasen por la puerta de atr¨¢s en negociaciones de ¨²ltimo minuto sin debate ni transparencia.
A partir de aqu¨ª, la discusi¨®n sobre presupuestos tiene el condicionante de un escenario de ingresos definido por el Gobierno anterior. Siendo ¨¦stos unos presupuestos con mucho lastre, m¨¢s importante que la cantidad absoluta, muy limitada, es la orientaci¨®n y la innovaci¨®n que se da en los mismos. Y a¨²n hay margen para abrir nuevos escenarios.
En el campo de la pol¨ªtica social tenemos tres ejemplos muy claros. El incremento en vivienda social, a¨²n por debajo de las necesidades reales, debe desarrollarse en paralelo a una orientaci¨®n de la inversi¨®n que, para que sea exitosa, tendr¨¢ que estar encabezada por las CC AA de acuerdo con el criterio de subsidiariedad y el reparto de competencias. Adem¨¢s, requiere de una reorientaci¨®n de las desgravaciones fiscales haciendo que ¨¦stas pierdan peso a favor de una mayor inversi¨®n directa en vivienda. Un segundo ejemplo, que apunta pero no remata, es el anunciado fondo para los ayuntamientos con importante carga migratoria. ?ste no puede ser tan s¨®lo una partida de escasos millones, sino un cap¨ªtulo de fuerte apuesta por la cohesi¨®n en nuestros barrios y ciudades.
A su vez, el presupuesto debe marcar l¨ªneas a seguir, significando un salto adelante en el desarrollo del Estado de bienestar. El derecho a la asistencia de personas dependientes es un derecho subjetivo que hay que crear y que debe abrirse paso. ?ste es un reto de legislatura, pero para que acabe siendo realidad deber¨ªamos subjetivarlo hoy para su posterior desarrollo.
En el cap¨ªtulo del presupuesto sostenible tambi¨¦n tenemos ejemplos claros de cantidad y de calidad. Necesitamos un fuerte incremento para el impulso de las energ¨ªas renovables, pero con ello no nos basta. Se trata de que la sosteniblidad sea un criterio que se extienda por todo el presupuesto. De esta manera, el aut¨¦ntico giro sostenible se debe centrar en el modelo de infraestructuras. En este terreno tiene especial importancia el tipo de inversi¨®n ferroviaria que se afronte. Es necesario reorientar la inversi¨®n del AVE a favor de la mejora de la l¨ªnea convencional ofreciendo mejores prestaciones, consiguiendo l¨ªneas de velocidad alta (220 km/h) y trasladando el transporte de mercanc¨ªas hacia el ferrocarril. El coste es claramente inferior. Si bajamos a nivel territorial hay ejemplos clamorosos. Esto se ve claro en el caso de Catalu?a: no se trata s¨®lo del aumento de las inversiones en infraestructuras, sino del tipo de inversiones a ejecutar. De esta manera, no s¨®lo es fundamental que no se financien obras como el cuarto cintur¨®n de Barcelona (autov¨ªa orbital), sino que haya un compromiso para el estudio de un tren orbital que supla las funciones de una red viaria que, al cabo de los a?os -como todas las redes viarias orbitales-, quedar¨ªa colapsada. Sin embargo, no se termina de dar este giro tan necesario para vertebrar un territorio con una movilidad m¨¢s sostenible. Se contin¨²a optando mayoritariamente por hipotecar la inversi¨®n en infraestructuras con opciones como el AVE, que ni es multifuncional ni da respuestas al 98% de los usuarios del ferrocarril.
Por ¨²ltimo, de nada servir¨ªan unos presupuestos que negasen uno de los grandes avances de la nueva etapa: un liderazgo internacional diametralmente opuesto al que represent¨® Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar. En este sentido, la integraci¨®n en el quinteto contra el hambre y la salida de la "foto de las Azores" tendr¨ªa mucho de ret¨®rico si no fuese acompa?ado de concreci¨®n presupuestaria. Y aqu¨ª tenemos un doble problema: el hecho que no lleguemos a lo comprometido por el actual presidente del Gobierno en ayuda oficial al desarrollo agrava la situaci¨®n. M¨¢s, cuando el mayor incremento en inversi¨®n se produce a trav¨¦s de cr¨¦ditos FAD, que tienen m¨¢s que ver con la pol¨ªtica comercial que con la cooperaci¨®n.
El debate, a partir de ahora, se sit¨²a en ver si estos presupuestos pueden mejorar. Existe un margen tanto en los ejemplos expuestos como en muchos otros campos. El papel de los grupos de izquierdas es ser ambiciosos, ofrecer las pistas necesarias para empezar a situar pilares mucho m¨¢s s¨®lidos para el desarrollo de la econom¨ªa espa?ola. Hasta el momento, las negociaciones presupuestarias serv¨ªan para rebajar contenidos y hacerlos m¨¢s conservadores. Pero, a estas alturas, nadie entender¨ªa que fuese un grupo conservador vestido de catalanidad el que echase agua al vino, al igual que no se compartir¨ªa una opci¨®n socialista cerrada a las razonables demandas procedentes de la izquierda. Lo que pedimos es un mayor compromiso para mejorar la orientaci¨®n de los presupuestos, pero para orientar de forma m¨¢s decidida las pol¨ªticas del futuro. El reto -que no es peque?o- es agotar todas y cada una de las posibilidades de giro social y ambiental y garantizar que el periodo de transici¨®n enmarcado por la pol¨ªtica econ¨®mica del PP no dure m¨¢s de un a?o. La oportunidad est¨¢ clara: hacer que el Gobierno en minor¨ªa del PSOE tenga, adem¨¢s de una exigencia ciudadana, el complemento de una exigencia parlamentaria de izquierdas y ecologista.
Joan Herrera i Torres es portavoz de Izquierda Verde-IU-ICV en el Congreso de los Diputados.
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