No vale todo
Un fen¨®meno caracter¨ªstico del tiempo actual es la internacionalizaci¨®n de realidades que en otras ¨¦pocas eran consideradas de ¨¢mbito local. La globalizaci¨®n es hoy algo generalizado y tiene no s¨®lo una dimensi¨®n econ¨®mica, sino que tambi¨¦n afecta a otros problemas. Uno de ellos es el terrorismo, que atenta no ya a Estados aislados sino que golpea a toda la humanidad cualquiera que fuese el lugar del crimen.
Hablar de ello (aunque no sea el eje central de estas reflexiones) exige necesariamente hacer dos breves apuntes. El primero es que aun siendo importante la lucha contra el terrorismo, hay que recordar que en este mundo globalizado hay otra lacra humana ante la cual los pa¨ªses m¨¢s ricos nos sentimos m¨¢s distantes y poco responsables y que produce no ya centenares sino miles y millones de muertos cada a?o: la pobreza. El segundo apunte se refiere a que lamentablemente es poco frecuente que se analicen las causas profundas de aquel fen¨®meno, estando muchas de ellas enraizadas en la incultura, el fanatismo, el totalitarismo y, tambi¨¦n, y de nuevo volvemos, a la pobreza.
No se puede criticar los GAL y callar ante la extralimitaci¨®n rusa o norteamericana
No todo es eficaz ni inteligente, ni tampoco todo es asumible en democracia
Pero este art¨ªculo tiene por objeto desarrollar una tesis: frente al terrorismo no todo resulta adecuado o eficaz a largo plazo ni tampoco todo vale. Una de las conquistas de la civilizaci¨®n es que en las democracias avanzadas es fundamental la sujeci¨®n de los poderes p¨²blicos no s¨®lo a las normas nacionales y internacionales sino tambi¨¦n a los valores democr¨¢ticos que encarnan. Cuando como mecanismos de reacci¨®n ante ataques se admite con naturalidad que han de quedar arrinconados reglas y derechos caracter¨ªsticos de un sistema democr¨¢tico, aunque ello resulte aplaudidos por unos, otros han de ver encendidas luces rojas.
En una democracia no es indiferente c¨®mo reaccionar ni los l¨ªmites y as¨ª en la medida en que el terrorismo nos golpea a todos, a todos nos interesa que la respuesta haya de ser lo m¨¢s concertada posible o, al menos, lo m¨¢s racional e inteligente para conseguir unos resultados adecuados y, en todo caso, salvaguardando los principios democr¨¢ticos.
Hace casi dos meses del ¨²ltimo gran atentado: el del colegio de Beslan. Pocas acciones pueden ser m¨¢s crueles como un ataque semejante a unos indefensos ni?os. Dejando a un lado la contundente actuaci¨®n de Rusia en Chechenia (lo cual jam¨¢s podr¨ªa justificar tal acci¨®n), podr¨ªamos preguntarnos sobre la reacci¨®n del poder ruso sobre estos hechos. Pues bien, poco despu¨¦s de este criminal atentado, se anunciaron un conjunto de medidas legislativas inquietantes y fuertemente regresivas de la democracia en ese gran pa¨ªs, inici¨¢ndose un retroceso del pluralismo y la participaci¨®n ciudadana en la elecci¨®n de sus representantes territoriales. Incluso alguna autoridad extranjera muy relevante como Colin Powell expres¨® su preocupaci¨®n.
Quisiera recordar una experiencia personal. Este verano fui invitado a Rusia a dar una conferencia sobre descentralizaci¨®n territorial. Sin embargo, lo que pude escuchar all¨ª en los dos d¨ªas anteriores sobre la situaci¨®n de este pa¨ªs me hizo que cambiara el tema central de mi conferencia, la cual dediqu¨¦, adem¨¢s de al asunto inicial, sobre todo a hablar de gobernabilidad y consolidaci¨®n democr¨¢tica con constantes referencias a la independencia del poder judicial, la libertad de prensa, la ¨¦tica p¨²blica, etc¨¦tera.
En el otro "imperio", el norteamericano, pudimos asistir a c¨®mo la reacci¨®n ante los infames atentados del 11-S de hace tres a?os desemboc¨® en algo que no ten¨ªa que haber acontecido: la invasi¨®n de un Estado como confluencia de diversos intereses y el fracaso en la captura de Bin Laden (monstruo alimentado por los propios dirigentes norteamericanos cuando les interes¨® el apoyo a los talibanes afganos). La reacci¨®n del presidente norteamericano ha sido calificada con acierto por el fil¨®sofo italiano Cacciari como "la obra de quien queriendo extirpar un tumor, ha producido una met¨¢stasis". Pero aun siendo gravemente err¨®nea y con efecto bumer¨¢n la doctrina de la "guerra preventiva", no debe dejar de rechazarse como tras ¨¦sta se han sucedido acontecimientos de flagrante transgresi¨®n de derechos fundamentales, como Guant¨¢namo, los hechos en la prisi¨®n de Abu Ghraib o la aprobaci¨®n de leyes conocidas como Patriot Act regresivas en materia de libertades.
Otros supuestos de extralimitaci¨®n ante el terrorismo han conocido las democracias modernas, entre ellas en nuestro pa¨ªs el denominado GAL, en el que a toda costa y a cualquier precio desde algunas instituciones p¨²blicas se quiso generar una guerra sucia frente a los asesinos de ETA olvidando la regla sagrada en democracia: la sujeci¨®n de los poderes p¨²blicos a la ley y sus l¨ªmites.
En todo caso es fundamental ser consecuente y pedir que aquellos que rechazan la desmesura utilizada por los dirigentes norteamericanos o rusos en los hechos antes mencionados critiquen por la misma raz¨®n lo acontecido en la Espa?a de hace 20 a?os y exactamente igual al contrario, no pudiendo criticarse la actuaci¨®n de los GAL y callar ante la extralimitaci¨®n rusa o norteamericana y viceversa.
Ciertamente hay un sector de la poblaci¨®n que puede pensar que todo vale frente a la lucha contra el terrorismo. Frente a eso, aquellos que tenemos alg¨²n tipo de responsabilidad pol¨ªtica hemos de decir que no todo es eficaz ni inteligente ni tampoco que todo es asumible en democracia. Reflexionar sobre los l¨ªmites de la lucha contra esta maldad no significa en modo alguno ser d¨¦bil o contemporizador sino, por el contrario, fuerte en las convicciones, pudiendo compaginarse la tarea por el valor de la seguridad con el imprescindible compromiso de respeto a los derechos humanos.
Jes¨²s L¨®pez-Medel Bascones es abogado del Estado, miembro de la Comisi¨®n de Asuntos Exteriores del Congreso y diputado del PP por Madrid.
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