Cervantes, un genio con mala suerte
De la vida de Cervantes se saben cuatro cosas. El resto se deduce y a veces se imagina. Pero dejar de ser un hombre para convertirse en literatura es un destino envidiable, al menos para un escritor. Y Cervantes hace tiempo que es un texto, una especie de palimpsesto que cada generaci¨®n ha borrado y reescrito, dejando en esa tarea su rastro ideol¨®gico. Cada siglo tiene su Cervantes, un fen¨®meno de extraordinaria riqueza que no hubiera sido posible si hubi¨¦semos manejado datos m¨¢s fiables. Las enormes lagunas que hay entre los islotes documentales han permitido a las sucesivas generaciones de cervantistas utilizar su propia argamasa ideol¨®gica para rellenar las elipsis del relato y construir el Cervantes que cada tiempo desea y necesita.
El sacrificio de Lepanto no le sirvi¨® de nada. Tras su liberaci¨®n s¨®lo encontr¨® empleo como recaudador de impuestos
De su infancia, por ejemplo, apenas hay noticia. Aparece en Alcal¨¢ de Henares el d¨ªa de su bautizo, 29 de octubre de 1547, y desaparece durante 20 a?os, hasta la fecha de sus primeros poemas. Sabemos algo m¨¢s de su vida militar, pero nada de las razones por las que se hace soldado. El cautiverio de Argel es tambi¨¦n bastante oscuro. Nuestras informaciones provienen de relatos interesados y poco fiables. Ignoramos su verdadera relaci¨®n con los captores. Documentos diversos nos permiten seguir a trompicones los a?os posteriores a la liberaci¨®n, pero nos siguen faltando piezas. ?Por qu¨¦ cuando parece que va a retomar su carrera literaria la abandona para casarse en Esquivias? ?Y por qu¨¦ renuncia a esa sosegada vida? ?Para trabajar durante quince a?os como recaudador itinerante de impuestos en Andaluc¨ªa? Nos sorprende tambi¨¦n la invenci¨®n del Quijote cuando su autor parece haber llegado a la cumbre de su mala fortuna y que sea en la ¨²ltima etapa de su vida cuando se convierte en ese hombre, dice una de sus hermanas, que escribe y trata negocios.
Cervantes no tuvo suerte. As¨ª percibimos su vida desde nuestro tiempo. Su mala fortuna irrumpi¨® a finales de los sesenta, interrumpiendo su naciente carrera literaria. No hab¨ªa hecho sino publicar sus primeros poemas cuando hiri¨® a un tal Sigura en un duelo por razones que desconocemos. Orden de b¨²squeda y captura. Salto a Roma. Criado de un cardenal. Y luego soldado. Pero la guerra s¨®lo le granje¨® la p¨¦rdida de la mano izquierda y el cautiverio en Argel. Cuando regresaba a Espa?a tras cuatro a?os de vida militar por el Mediterr¨¢neo, su galera fue asaltada por los berberiscos, que lo hicieron prisionero. Tambi¨¦n es mala suerte. Cinco a?os permaneci¨® cautivo. Cuatro veces intent¨® escapar. Pero fue el pago del rescate lo que finalmente le dej¨® en libertad. Corr¨ªan los a?os ochenta. Siempre presumi¨® de Lepanto, pero aquel sacrificio no le sirvi¨® de nada. Tras su liberaci¨®n s¨®lo encontr¨® empleo como recaudador de impuestos, un trabajo que le proporcion¨® poco dinero y una prolongada estancia en la c¨¢rcel de Sevilla. En un par de ocasiones intent¨® cambiar de fortuna y marcharse a Am¨¦rica, pero ambas solicitudes de empleo en las Indias le fueron denegadas.
En lo personal tampoco fue
muy afortunado. De sus relaciones a mediados de los ochenta con una mujer casada, Ana Franca, naci¨® Isabel, su ¨²nica hija. A finales de 1584, Cervantes se cas¨® con Catalina de Palacios Salazar, una mujer mucho m¨¢s joven que acababa de conocer en Esquivias. Vivieron juntos tres a?os. Luego Cervantes se hizo recaudador y se inici¨® entre ellos una larga separaci¨®n. Volvemos a encontrarlos bajo el mismo techo en 1604, en Valladolid, donde se ha trasladado la corte. Con ellos viven las hermanas de Miguel y una sobrina. All¨ª residen hasta su regreso a Madrid en la segunda mitad de la d¨¦cada.
Su fortuna literaria no puede compararse a la de su vecino madrile?o, Lope de Vega, con quien mantuvo alg¨²n rifirrafe. Cervantes fue conocido y algo admirado tras la publicaci¨®n del Quijote, cuando contaba 58 a?os.
Antes, durante su etapa de Esquivias, hab¨ªa publicado un libro de pastores, la Galatea, y representado unas cuantas comedias. Cervantes no aprovech¨® el ¨¦xito del primer Quijote para publicar inmediatamente, sino que dej¨® pasar ocho largos a?os antes de sacar las Novelas ejemplares. Le quedaban tres de vida y la mala suerte sigui¨® ceb¨¢ndose con ¨¦l: en 1614 un tal Avellaneda sac¨® a la luz una continuaci¨®n de su Quijote. Ese mismo a?o Cervantes public¨® el Viaje del Parnaso; y al siguiente la segunda parte del Quijote y un volumen que recog¨ªa su teatro, Ocho comedias y ocho entremeses. Muri¨® en 1616. Los trabajos de Persiles y Sigismunda es su libro p¨®stumo.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.