Este Valencia es una ruina
El equipo de Ranieri, superado en todos los frentes por el Getafe, sigue su ca¨ªda en picado
Ha entrado el Valencia en una din¨¢mica peligrosa, lastrado por las bajas y por la incapacidad de sus jugadores (los mismos jugadores que hace bien poco hicieron historia) para cambiar el rumbo, contagiados por un t¨¦cnico que parece estar hecho un l¨ªo. Reconociendo que las lesiones de futbolistas de la talla de Ayala, Aimar y Vicente, sobre todo Vicente, no tienen precio como excusa, lo cierto es que el conjunto vive en estado de coma y da la sensaci¨®n de saltar al c¨¦sped a jugar, o como se llame, porque no tiene otra cosa mejor que hacer.
El juego del Valencia parece reflejar su estado de ¨¢nimo. Est¨¢ mustio el equipo, sin brio, sin fe. Sin nada. Poco que ver con el grupo que la pasada campa?a, aun sin enamorar, gobern¨® en la Liga con mano firme. Quiz¨¢ el problema actual sea, precisamente, de gobierno, con el club golpeado por noticias de aspecto turbio, que si la inacabable lesi¨®n de Vicente, que si el culebr¨®n de la renovaci¨®n de Mista, que si la rebeli¨®n de Fiore... Entre unas cosas y otras, el Valencia actual es irreconocible, y puede verse, como se vio ayer, a merced del Getafe, un equipo construido desde la modestia, parcheado aqu¨ª y all¨¢, y que, a falta de otras virtudes relacionadas con el glamour, ense?a un f¨²tbol m¨¢s que decente.
GETAFE 1 - VALENCIA 0
Getafe: S¨¢nchez Broto; Yanguas, Belenguer, Nano, Pern¨ªa; Vivar Dorado, Gabi, Diego Rivas, Riki (Craioveanu, m. 78); M¨ªchel (Gallardo, m. 63) y Pach¨®n.
Valencia: Ca?izares; Curro Torres, Marchena, Caneira, Carboni; Baraja (Sissoko, m. 81), Albelda; Rufete (Xisco, m. 69), Mista (Corradi, m. 46), Angulo; y Di Vaio.
Gol: 1-0. M. 18. Falta en el v¨¦rtice izquierdo del ¨¢rea grande que lanza M¨ªchel y su disparo, raso, se cuela por la barrera y entra por el palo derecho de Ca?izares.
?rbitro: Daud¨¦n Ib¨¢?ez. Amonest¨® a Gallardo, Gabi, Gallardo, Baraja, Albelda y Corradi.
Unos 14.000 espectadores en el Coliseum Alfonso P¨¦rez de Getafe.
Los de Quique, a falta de virtudes relacionadas con el 'glamour', ense?an un f¨²tbol m¨¢s que decente
Dos ocasiones dignas de llamarse as¨ª tuvo el Valencia. La primera la protagoniz¨® Belenguer, a la saz¨®n defensa del Getafe, autor de un fant¨¢stico remate que se estrell¨® en el larguero de su propia porter¨ªa. La segunda la desbarat¨® S¨¢nchez Broto, quien de forma espectacular sac¨® el cabezazo de Corradi. Era el minuto 92 de partido, de un partido que tir¨® por la borda el Valencia con un f¨²tbol plomizo, t¨¢ctico hasta el bostezo, plano, irrelevante.
Se movi¨® el Getafe al son que marc¨® Gabi, h¨¢bil en la direcci¨®n, sobrio, quien lejos de meterse en jaleos se aprovech¨® de la labor de desgaste de Diego Rivas para dirigir a los suyos con buen criterio. El cuadro madrile?o, que comenz¨® su andadura en Primera con la timidez propia del debutante, se ha quitado el susto de encima. Y lo ha hecho apelando a valores a menudo vetados para un club peque?o, como la valent¨ªa. Buena parte de culpa, sin duda, la tiene el inquilino de su banquillo, Quique Flores, que se ha empe?ado en que el equipo apueste por el f¨²tbol ofensivo, por mucho Valencia, o Real Madrid, que tenga enfrente.
Le falta gol al Getafe y es ¨¦sta una desventaja de enorme calado. Porque si no le faltara gol habr¨ªa salido a hombros del Bernab¨¦u en la jornada anterior. Ayer super¨® el trance gracias a un tanto de M¨ªchel que pasar¨¢ a la historia por lo que signific¨®, no por su ejecuci¨®n. Porque se produjo de la manera m¨¢s tonta. Fue una falta en el v¨¦rtice del ¨¢rea. Toc¨® M¨ªchel en corto, Gabi pis¨® el bal¨®n, y el tiro de aqu¨¦l, raso, al palo izquierdo de Ca?izares, no promet¨ªa nada. Sucedi¨®, sin embargo, que Rufete y Di Vaio, que se pusieron en la barrera se supone que para obstaculizar el disparo, hicieron lo contrario. Se dieron la vuelta como si se les viniera encima una pedrada, levantaron los pies y el bal¨®n rod¨® por ah¨ª, directo al palo m¨¢s cercano, con Ca?izares paralizado al suponer que quienes formaban la barrera eran amigos o, al menos, compa?eros de equipo.
Se vio el Getafe por delante en el marcador y se gust¨®. No fue capaz de sentenciar en un par de llegadas que merec¨ªan mejor premio que la p¨¦rdida del bal¨®n por parte de un M¨ªchel que, reci¨¦n salido de una lesi¨®n, se empe?¨® en el m¨¢s dif¨ªcil todav¨ªa cuando es obvio que su f¨²tbol anda lejos de parecerse al de Zidane. Pero el Valencia no daba se?ales de vida. De hecho, durante muchos minutos su acci¨®n m¨¢s recordada fue la entrada de Carboni a Yanguas, al que clav¨® los tacos de forma alevosa. Cuesti¨®n de impotencia.
Ranieri opt¨® por mover ficha y prescindi¨® de Mista en beneficio de Corradi. Y lo cierto es que algo cambi¨®. El Getafe, que apenas sufr¨ªa en defensa, fue olvid¨¢ndose del bal¨®n, del que se apoder¨® el Valencia no se sabe bien para qu¨¦. Albelda y Baraja no consegu¨ªan darle salida y las bandas eran territorio hostil. De poco sirvi¨® que apareciera Xisco, al que se supon¨ªa capacitado para darle chispa al equipo. Por entonces el Getafe hab¨ªa plegado velas a la espera de que alg¨²n contragolpe le reportara alguna ganancia. Pero su inocencia le impidi¨® llegar m¨¢s lejos, am¨¦n de que bastante ten¨ªa con apagar los fuegos que iba provocando Corradi.
Tras uno de ellos, el italiano caz¨® el centro desde la banda de Angulo y cabece¨® con todo. Vol¨® S¨¢nchez Broto y sac¨® con la manopla el bal¨®n, que se iba dentro, en lo que hubiera supuesto el empate, un castigo inmerecido para un Getafe que super¨® a un rival min¨²sculo, cuyo f¨²tbol ha desaparecido entre el ruido de sables que se ha apoderado del club.
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