Ciutat Vella proh¨ªbe temporalmente la apertura de m¨¢s bares, restaurantes y hoteles
El distrito suspende la concesi¨®n de licencias hasta que se apruebe el nuevo plan de usos
![Blanca Cia](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2F70edf4ed-89aa-4a75-829e-9b1c086d3f82.png?auth=66d6d7f9098d96aad8d8145ed72bd9e856a8b89cc9b008d13c23f968f5e1fcfd&width=100&height=100&smart=true)
Primero fue Gr¨¤cia y ahora le toca el turno a Ciutat Vella. El distrito central de Barcelona ha decidido suspender temporalmente la concesi¨®n de licencias para la apertura de bares, restaurantes y hoteles por la saturaci¨®n que padece y para evitar que sea la demanda la que acabe configurando el distrito. Ya se han iniciado las conversaciones con los sectores implicados para redactar un plan de usos de los locales de libre concurrencia, un ep¨ªgrafe que engloba desde discotecas hasta locutorios, pasando por los locales de alterne y las charcuter¨ªas que ofrecen degustaci¨®n.
El plan de usos actual fue aprobado hace cuatro a?os. Pese a que no es demasiado tiempo, s¨ª ha sido suficiente para que Ciutat Vella haya experimentado un cambio importante, desde la llegada masiva de la inmigraci¨®n a la apertura de cientos de locales de todo tipo en las calles del Barri G¨®tic, el Raval y la Barceloneta.
El n¨²mero de estos locales no lo conoce ni el propio distrito, que est¨¢ elaborando algo parecido a un censo o mapa para situar toda la oferta. "Lo que ha ocurrido en Ciutat Vella es lo mismo, o parecido, a lo que ha pasado en buena parte de Barcelona al convertirse en una ciudad de ¨¦xito. Eso, que est¨¢ bien, desencadena problemas hay que intervenir si es necesario, que es lo que vamos a hacer", explica el concejal del distrito, Carles Mart¨ª. La apertura de bares y restaurantes ha tenido efectos positivos que se han convertido en negativos al acumularse gran parte de la oferta. Es el panorama, por ejemplo, del barrio de la Ribera, el Raval norte y el G¨°tic sur.
Mart¨ª considera que la oferta de hoteles, locutorios y locales nocturnos est¨¢ cubierta. Adem¨¢s, la concentraci¨®n de bares de copas es uno de los factores que m¨¢s problemas de convivencia provocan en los barrios de Ciutat Vella. En el sector de la restauraci¨®n la oferta est¨¢, en opini¨®n del regidor, casi cubierta, pero de forma desigual. Frente a la saturaci¨®n del G¨°tic, en el Casc Antic y el Raval no hay un gran n¨²mero de esos establecimientos.
Que el mercado de la restauraci¨®n est¨¢ bastante saturado tambi¨¦n lo comparten algunos de los operadores del sector. "Creo que la Administraci¨®n tiene la obligaci¨®n de intervenir cuando se corre el riesgo de que se ejerzan activididades incontroladas, como ocurri¨® cuando en los locutorios se vend¨ªa todo tipo de productos de alimentaci¨®n", recuerda Ignasi Torralba, propietario del restaurante Amaya y vicepresidente del Gremio de Restauradores de Barcelona. No todas las voces se expresan en el mismo sentido. Por ejemplo, en la zona comercial Barnacentre las cosas se ven de otro color, ya que la oferta es de todo tipo de tiendas de moda, pero no hay mucha restauraci¨®n.
Mejorar la calidad
La suspensi¨®n de licencias entrar¨¢ en vigor esta semana con la firma de un decreto de alcald¨ªa, seg¨²n se?alaron fuentes municipales. La suspensi¨®n engloba las cuatro categor¨ªas de establecimientos de libre concurrencia: bares, restaurantes y algunos locales que ofrecen degustaci¨®n pero que en realidad son restaurantes u hornos de pan que se convierten en cafeter¨ªas; locales de noche -bares musicales, caf¨¦s teatro, salas de conciertos-; hoteles, pensiones y apartamentos tur¨ªsticos, y locutorios, asociaciones culturales y ludotecas. En el caso de los apartamentos tur¨ªsticos, el distrito pedir¨¢ a la Generalitat que no otorgue ning¨²n permiso m¨¢s para controlar la expansi¨®n de esa f¨®rmula.
La propuesta de reordenaci¨®n en la que trabaja el distrito aspira a alcanzar el equilibrio de la oferta. Mart¨ª cree que se tiene que buscar un modelo para conciliar la intensa actividad de la zona y la convivencia de esa actividad con los residentes, conciliaci¨®n que salta por los aires de forma peri¨®dica a causa de varios factores, desde la falta de limpieza y los ruidos que generan los locales a la prostituci¨®n callejera.
El distrito quiere poner freno definitivo a la concentraci¨®n de bares y apuesta por la mejora de los existentes; de modo, por ejemplo, que un local con licencia de bar se transforme en un restaurante o se gane espacio en los ya existentes y se modernicen las instalaciones. Y de paso, controlando que realmente todos los restaurantes lo sean y que no se trate de caterings encubiertos.
El nuevo plan de usos no se aprobar¨¢ de un d¨ªa para otro. Habr¨¢ un debate previo en el consejo de comercio del distrito que arrancar¨¢ la semana pr¨®xima. Con las ideas que salgan de ¨¦l se elaborar¨¢ un documento de criterios para redactar la propuesta de plan. ?sta ir¨¢ al consejo del distrito el 9 de diciembre y se aprobar¨¢ inicialmente. Tras un periodo de exposici¨®n p¨²blica, el plan de usos deber¨¢ ser aprobado de forma definitiva. Entre una cosa y otra pasar¨¢ unos tres o cuatro meses, y seg¨²n los c¨¢lculos del concejal de Ciutat Vella, la nueva normativa entrar¨¢ en vigor en marzo de 2005.
Los rostros de una misma calle
Hay algunas calles de Ciutat Vella que han mudado el rostro varias veces en menos de una d¨¦cada. Por ejemplo, la del Doctor Dou, una de las v¨ªas del Raval en las que se ensay¨® la edificaci¨®n de bloques de pisos que luego se extendi¨® en el Eixample. Muchos de ellos fueron patrimonio de la jerarqu¨ªa eclesi¨¢stica durante d¨¦cadas.
Hace poco m¨¢s de 10 a?os, lo que marcaba esa calle, de dos manzanas -desde la de Elisabets hasta la del Carme- era la comisar¨ªa de polic¨ªa. Y un local diametralmente opuesto, el bar Raval. S¨®lo hab¨ªa un restaurante, el Antic Forn, en la esquina de Pintor Fortuny. La mayor parte de los locales de los bajos eran almacenes de todo tipo de productos, pero especialmente de alimentaci¨®n y de marroquiner¨ªa. Una peque?a droguer¨ªa tambi¨¦n acab¨® cerrando las puertas.
La apertura del Macba fue determinante en la primera transformaci¨®n de la calle, que a partir de 1994 vio c¨®mo los almacenes se convert¨ªan en galer¨ªas de arte. En dos o tres a?os se abrieron varias en unos locales grandes y blancos. Nada que ver con los oscuros y desordenados espacios de los almacenes. La urbanizaci¨®n de la calle tambi¨¦n mejor¨®. Se ampliaron las aceras, se plantaron ¨¢rboles y casi desapareci¨® la sempiterna doble fila de veh¨ªculos en la calle.
Pero el sector galerista acab¨® haciendo agua y la mayor parte de los locales -algunos transformados temporalmente en tiendas de art d¨¦co o en bares de copas- acabaron cerrando.
El rostro de la calle volvi¨® a mudar casi por completo. Y las persianas volvieron a abrir, pero esta vez para mostrar la reconversi¨®n de los espacios en modernos restaurantes, en algunos de los cuales han tenido el buen tino de recuperar los arcos de ladrillo del techo.
Otros han optado por la moda, algo casi inevitable teniendo en cuenta la expansi¨®n de ese sector en todo el Raval. Pocos de los antiguos locales han resistido ante tanto movimiento. Lo que parece inmutable son los edificios de viviendas que descansan en esos bajos. Aunque tampoco es as¨ª porque no se han librado del baile inmobiliario.
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