Respuesta de un agricultor
Se?or director, escribo esta carta en contestaci¨®n a la publicada a Antonio Rojas Romero el pasado d¨ªa 2 de noviembre. Desde hace a?os, los agricultores y ganaderos espa?oles tenemos que aguantar impotentes un desagradable soniquete que nos acusa de pedig¨¹e?os y subvencionados. Incluso hay un t¨®pico muy difundido que dice que quienes trabajamos en el campo vivimos muy bien, a pesar de que estemos todo el d¨ªa quej¨¢ndonos. Lamentablemente, casi todas estas quejas provienen de ciudadanos que viven c¨®modamente en sus ciudades, y s¨®lo pisan los pueblos para disfrutar en los fines de semana.
Pero quienes vivimos en ellos, en ellos realizamos nuestro trabajo diario, y en ellos queremos permanecer, vemos la situaci¨®n de un modo muy diferente. Vemos que tenemos un sector agrario muy envejecido, y en el que no se est¨¢ produciendo el necesario relevo generacional, ya que los j¨®venes no ven m¨¢s futuro que la emigraci¨®n a la gran ciudad. Tenemos casi todos los precios de nuestros productos intervenidos por la Pol¨ªtica Agr¨ªcola Europea, por lo que no podemos repercutir los aumentos en los costes de producci¨®n (como sucede ahora, con la subida del petr¨®leo y sus derivados). Nos vemos obligados a competir en un mercado mundial dominado por las grandes multinacionales de la industria agroalimentaria, que ponen precios ¨ªnfimos para los costes de producci¨®n occidentales, mientras explotan mano de obra barata y roban la tierra a los campesinos del sur...
Podr¨ªa seguir con otros muchos ejemplos, pero no se trata de exponer una lista de problemas, sino de pedir respeto cuando reclamamos soluciones a nuestros problemas. Unas soluciones que no pasan por que "cada palo aguante su vela, adoptando una actitud genuinamente empresarial", sino por un cambio de rumbo de las pol¨ªticas dirigidas a nuestro sector, de manera que se entienda por fin que la labor que desarrollamos los agricultores y los ganaderos va mucho m¨¢s all¨¢ del simple negocio. Que el producir alimentos sanos, saludables y de una manera respetuosa con el medio ambiente tenga el reconocimiento social que nos merecemos quienes vertebramos el territorio mientras impedimos que los pueblos desaparezcan.
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