Funeral del pueblo en la hist¨®rica mezquita de Al Azhar
Centenares de cairotas se concentran para rendir homenaje a Arafat
Minutos despu¨¦s de finalizar el funeral militar de Yasir Arafat, la megafon¨ªa de las mezquitas de El Cairo, encargadas de difundir la jutba (serm¨®n) de los imanes, brotaban cargadas de homenaje al fallecido presidente palestino. Las calles, sin embargo, estaban igual de tranquilas que cualquier viernes (festivo entre los musulmanes) de fin de Ramad¨¢n.
Los cairotas, en su segundo d¨ªa de luto oficial, no pudieron acudir ayer en masa al funeral del rais ni tampoco expresar su p¨¦same en ning¨²n acto colectivo al estar prohibidas las manifestaciones en Egipto, donde rige el estado de excepci¨®n, fuera de los recintos destinados a este prop¨®sito. Pero en la mezquita de Al Azhar, una de la m¨¢s importantes para los sun¨ªes de todo el mundo, lugar de concentraci¨®n de los Hermanos Musulmanes de Egipto y conocida por sus actos de apoyo a la segunda Intifada, decenas de personas decidieron desafiar a las autoridades y concentrarse para expresar su ira en contra de Estados Unidos, de Israel y del Ejecutivo de Hosni Mubarak, por no permitir un funeral p¨²blico.
Las mujeres que sal¨ªan en tromba de la oraci¨®n de las doce, algunas de ellas con pa?uelos palestinos en la cabeza, dieron el pistoletazo de salida a una concentraci¨®n supuestamente espont¨¢nea, pero que las autoridades egipcias esperaban, a tenor de los cientos de polic¨ªas que cercaban el templo. A las mujeres se les sumaron los hombres, tambi¨¦n pertrechados con pa?uelos, banderas palestinas y carteles de Arafat. "?Abu Amar! [nombre de guerra del l¨ªder palestino], ?Abu Amar!, ?Egipto no es una agencia de los americanos!". "?Con nuestra alma y nuestra sangre nos sacrificamos por el islam!", repet¨ªan una y otra vez.
Kemal Abu Aitha, l¨ªder de la oposici¨®n naserista y el partido de los trabajadores, Tagamu, estaban al frente de la protesta. Rabab, en la treintena, aseguraba haber sido convocada a la concentraci¨®n a trav¨¦s de un mensaje de tel¨¦fono m¨®vil. "Ma?ana, en la mezquita de Al Azhar, despu¨¦s de la oraci¨®n. El funeral del pueblo a favor del pueblo palestino", rezaba el texto. Mientras, hombres a hombros de otros hombres, con los zapatos en la mano, se dejaban la garganta en Al Azhar. "Siempre estar¨¢s en nuestra alma, presidente. Eres uno de nuestros h¨¦roes", gritaban.
"Sharon domina el mundo, sin tener en cuenta los derechos humanos. Ni siquiera respeta el deseo de un hombre muerto de ser enterrado en Al Qods (Jerusal¨¦n)", se quejaba Mahmud Abu el Bechir, un ingeniero egipcio. "El funeral en el aeropuerto ha sido una verg¨¹enza. Ha sido nuestro l¨ªder durante 40 a?os y no podemos ni celebrarlo. ?Queremos un funeral p¨²blico! La protesta fue subiendo de tono y de n¨²mero de manifestantes. Fue entonces cuando polic¨ªas de paisano aparecieron en escena, conminando a los centenares de congregados a disolver la concentraci¨®n. Y as¨ª se hizo.
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