El 0,7% diez a?os despu¨¦s

Fue una movilizaci¨®n heterog¨¦nea, horizontal y con gran dosis de espontaneidad. Un gran ¨¦xito con una respuesta y una repercusi¨®n social que nadie esperaba. Y visto en perspectiva, el origen de una red de colectivos, organizaciones y personas que integran los movimientos sociales que han gestado iniciativas como la Red Ciudadana para la Abolici¨®n de la Deuda Externa, que impuls¨® la consulta popular del a?o 2000; campa?as como la de rechazo a la Cumbre Europea de Barcelona de 2001, y las hist¨®ricas manifestaciones contra la invasi¨®n de Irak. El s¨¢bado se conmemor¨® con una jornada de debate el d¨¦cimo aniversario del inicio de las acampadas que durante cinco semanas llenaron parques y plazas de muchas poblaciones catalanas en demanda de la aportaci¨®n del 0,7% de los presupuestos p¨²blicos a ayuda a los pa¨ªses en desarrollo.

En Barcelona, un millar de tiendas abarrotaron el c¨¦sped de la Diagonal. Participantes procedentes de movimientos de solidaridad, ecologistas, antimilitaristas, cat¨®licos de base, defensores de los derechos humanos, miebros de asociaciones de vecinos, de mujeres... o ciudadanos que se engancharon.

Otro gran grupo lo integraron los estudiantes. Como David Llistar, que iba para f¨ªsico, ten¨ªa 22 a?os y "ganas de hablar de algo m¨¢s que de ¨¢tomos". Hoy trabaja en el Observatorio de la Deuda de la Universidad Polit¨¦cnica (UPC) y distingue entre quienes "se estrenaron" con ¨¦l y quienes, con unos a?os m¨¢s, lo impulsaron. "La mezcla de procedencias y generaciones dio lugar a una cultura asamblearia y una red de contactos que permiti¨® estructurar otras formas de movilizaci¨®n y que hoy es una de las patas del movimiento antiglobalizaci¨®n", afirma.

La repercusi¨®n m¨¢s inmediata de las acampadas del 0,7% fue introducir en la opini¨®n p¨²blica la discusi¨®n sobre las desigualdades, la pobreza y sus or¨ªgenes. "?sa fue la gran victoria, la convulsi¨®n social y el debate medi¨¢tico sobre las causas de las desigualdades entre el norte y el sur", asegura Juan Mart¨ªnez, de 47 a?os y profesor de la C¨¢tedra Unesco de Desarrollo Sostenible de la UPC.

La lucha por el 0,7% es hist¨®rica, recuerda Mart¨ªnez. Viene de la d¨¦cada de 1960, cuando la ONU inst¨® a los pa¨ªses a dedicar el 1% de sus presupuestos a ayuda al desarrollo. Una d¨¦cada despu¨¦s, visto el nulo ¨¦xito, la propuesta se reparti¨®: las administraciones aportar¨ªan el 0,7% y el sector privado el 0,3% restante. "De ¨¦ste, nunca m¨¢s se habl¨®", se?ala.

Pero ?y que pas¨® con el 0,7%? "En los a?os siguientes a 1994, la Administraci¨®n central dio un paso atr¨¢s. Curiosamente se remont¨® un poco con el PP, a partir de 1998", recuerda Mart¨ªnez. El actual Gobierno se ha comprometido a alcanzar el 0,3% del PIB. "Pero lo que s¨ª se logr¨® fue una gran respuesta de gobiernos regionales y, sobre todo, ayuntamientos, que crearon ¨¢reas de cooperaci¨®n", subraya.

Las ONG son las otras grandes beneficiarias de la movilizaci¨®n del 0,7%. "Deber¨ªan estar eternamente agradecidas por ese movimiento de solidaridad", afirma Gabriela Serra, de 52 a?os, de la organizaci¨®n Entre Pobles. La ONG a la que pertenece fue de las pocas que se sumaron a la campa?a del 0,7%. "Desconozco por qu¨¦ la mayor¨ªa de las ONG no se sumaron. Quiz¨¢ porque les vino grande, por un cierto recelo, porque se vieron abrumadas...", son causas que apunta. Lo cierto es que no s¨®lo se vieron beneficiadas, sino que el boom de creaci¨®n de ONG de mediados de los noventa tuvo origen precisamente en las acampadas.

Tanto Llistar, en la treintena, como Mart¨ªnez y Serra, con recorridos m¨¢s largos en los movimientos sociales, destacan, por encima de los porcentajes, el antes y el despu¨¦s que marc¨® la protesta de noviembre y diciembre de 1994. "Una reivindicaci¨®n muy concreta que deriv¨® en una reflexi¨®n mucho m¨¢s profunda y de mayor alcance sobre las pol¨ªticas neoliberales", dice Serra. "Proceso de madurez", lo llama Llistar. "Un instrumento social y pol¨ªtico que dio lugar a una ¨¦poca muy interesante", define Mart¨ªnez.