Vuelta a las barricadas

Cuando un problema econ¨®mico de cierta envergadura no se resuelve de manera clara en poco tiempo, tiende a enconarse hasta que se hace imposible su resoluci¨®n pactada. El caso de los astilleros p¨²blicos Izar es un ejemplo. El Gobierno propuso una soluci¨®n inicial razonable: segregaci¨®n del grupo en astilleros militares -sostenidos por capital p¨²blico- y civiles, para los que habr¨ªa que buscar financiaci¨®n privada y que, l¨®gicamente, deber¨ªan asumir recortes de plantilla para recomponer su viabilidad. Los sindicatos utilizaron como arma de presi¨®n la algarada para evitar que Izar dejara el paraguas estatal, y consiguieron que la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), titular del capital p¨²blico de los astilleros, avalara una propuesta distinta: un holding participado por la SEPI gestionar¨ªa los astilleros, divididos en una sociedad p¨²blica para los militares y otra privada, con participaci¨®n casi mayoritaria de las cajas de ahorro, para los civiles. En este plan, presentado a la Comisi¨®n Europea, Izar segu¨ªa de hecho bajo tutela p¨²blica.

Pero Bruselas ha dicho no. Las cajas son entidades de derecho privado, s¨ª, pero bajo control p¨²blico, y tal circunstancia invalida el plan SEPI-Sindicatos. De forma que la situaci¨®n es hoy peor que la anterior al 19 de octubre, fecha de la firma del acuerdo entre ambas partes, porque el tiempo no se ha detenido, no hay soluci¨®n a la vista y el 1 de enero Izar entrar¨¢ en causa de disoluci¨®n societaria. Todav¨ªa debe citarse un nuevo factor de agravamiento. Los sindicatos entienden que la SEPI ha actuado de forma desleal, porque estar¨ªa utilizando la negativa de la Comisi¨®n Europea para imponer el plan que prefiere, que es el de la segregaci¨®n y privatizaci¨®n del sector civil.

No es descartable que la SEPI est¨¦ utilizando la t¨¢ctica de cerrar todas las puertas que no sean las del plan inicial para llevar a los sindicatos a una firma obligada. Pero tambi¨¦n es cierto que la Comisi¨®n Europea ha repetido en numerosas ocasiones que no aceptar¨¢ componendas que disfracen ayudas p¨²blicas. Mientras, los trabajadores han vuelto a la agitaci¨®n urbana y a las manifestaciones. La situaci¨®n se asemeja cada vez m¨¢s a un t¨ªpico callej¨®n sin otras salidas que el plan inicial de segregaci¨®n o la disoluci¨®n pura y simple de Izar. ?No deber¨ªa utilizarse el poco tiempo disponible en articular de la mejor manera posible la segregaci¨®n empresarial de Izar, en lugar de enzarzarse en la elaboraci¨®n de planes sin futuro y sin presente, como el que ha rechazado Bruselas?