La Gescartera de los jamones
Un empresario jamonero de Trev¨¦lez desaparece sin devolver pr¨¦stamos millonarios a cientos de alpujarre?os
Antonio Herrera era para todos un buen hombre. Nadie en Trev¨¦lez (Granada) pod¨ªa sospechar nada raro de ese vecino de buena familia y con estudios que, tras trabajar una temporada en la sucursal de la caja de ahorros del pueblo, decidi¨® hace 11 a?os dedicarse a la principal empresa de este rinc¨®n de la Alpujarra: el jam¨®n. En diciembre de 1993, Herrera se convirti¨® junto a su mujer en administrador de Jamones Fernando, una empresa familiar que, en poco tiempo, se convirti¨® en uno de los principales establecimientos del pueblo dedicados a su producto se?ero. Durante a?os pidi¨® a sus paisanos que invirtieran sus ahorros en su compa?¨ªa a cambio de intereses de entre el 18% y el 22%. Pero el pasado 28 de septiembre desapareci¨®. Con ¨¦l se esfumaron las aportaciones que los afectados valoran en 23 millones de euros.
En un pueblo en el que se conocen todos, Herrera ofrec¨ªa un negocio redondo. "Empez¨® pidiendo dinero a sus amistades", explica Antonio L¨®pez, presidente de la plataforma de perjudicados que exige que se le devuelvan los 42.000 euros que le entreg¨® a cambio de un inter¨¦s del 18%. "Con el tiempo se corri¨® la voz", prosigue. "Herrera se sentaba a tu lado y hac¨ªa n¨²meros comparando lo que te pod¨ªa dar el banco por tu dinero con lo que te dar¨ªan los jamones, y claro, te convenc¨ªa porque ten¨ªa un pico de oro", a?ade el trevele?o, jamonero como su deudor, frente a uno de los secaderos del pueblo por donde, casualmente, pasa Jos¨¦ Antonio Mart¨ªn.
Mart¨ªn ha resultado, si cabe, todav¨ªa m¨¢s perjudicado que L¨®pez. Hace dos a?os entreg¨® a Herrera 120.000 euros. El empresario desaparecido le correspondi¨® con un papel en el que se compromet¨ªa a abonarle un 22% de intereses a raz¨®n de 2.200 euros al mes. El documento establec¨ªa que, cuando se cancelara el pr¨¦stamo, en caso de que no pudiera devolverle la inversi¨®n, Herrera responder¨ªa con sus jamones y, en su defecto, con su propia empresa. Jamones Fernando cumpli¨® hasta el pasado septiembre, cuando Herrera dej¨® de pagar los intereses y se larg¨® con el principal.
Al tam-tam del dinero f¨¢cil no s¨®lo acudieron empresarios del sector. Otros muchos trevele?os, seg¨²n la plataforma de perjudicados, vaciaron sus calcetines con los ahorros de toda la vida y se los entregaron al ahora fugado. "Se trata en muchos casos de dinero no declarado, por eso ahora hay mucha gente que no se atreve a hablar", explica L¨®pez. Entre ellos se encuentra el propietario de una tienda de alimentaci¨®n abierta junto a las oficinas del desaparecido, que se pregunta d¨®nde se encuentran los 18.000 euros que le confi¨®. "[Herrera] dec¨ªa que con el dinero compraba jamones para curarlos", dice el comerciante. "Al venderlos se compromet¨ªa a darte el 50% de los beneficios como intereses", a?ade.
El due?o de Jamones Fernando aceptaba tambi¨¦n inversiones en especie, es decir, en perniles. Los empresarios se los ced¨ªan para que ¨¦l los colgara en los secaderos de la empresa a cambio de una comisi¨®n en los beneficios de su posterior venta, lo que los trevele?os llaman la maquila (porci¨®n de grano, harina o aceite que le corresponde al molinero por la molienda, seg¨²n el diccionario de la Real Academia). Pero, los perjudicados aseguran que Herrera extend¨ªa varios recibos con el mismo n¨²mero a nombre de personas distintas por una misma partida de jamones. El resultado, dice L¨®pez es que, seg¨²n los albaranes, "cada una de las piezas que permanecen en los secaderos tienen dos o m¨¢s due?os".
Due?os que, adem¨¢s, ni siquiera pueden disponer de ellos, porque, seg¨²n el abogado de 50 de los perjudicados, Jos¨¦ Bernardo Mu?oz, Herrera los utiliz¨® como garant¨ªa para pedir pr¨¦stamos a una caja de ahorros. Desde que el empresario desapareci¨®, todos esos jamones est¨¢n hipotecados (pignorados, en t¨¦rminos jur¨ªdicos) por la Caja Rural de Granada en tanto que el dinero no se devuelva.
Los cientos de denuncias de los acreedores han derivado en dos procesos judiciales. El primero, de car¨¢cter penal, lo lleva un juzgado de Instucci¨®n de ?rgiva. El segundo ha declarado la quiebra de Jamones Fernando destituyendo a sus administradores y nombrando a otros dos que ahora estudian la situaci¨®n financiera de la empresa y los t¨ªtulos de los distintos acreedores con el objeto de esclarecer c¨®mo hacer frente a las m¨²ltiples deudas. El pr¨®ximo martes, los administradores judiciales se reunir¨¢n con los afectados para informarles sobre el haber y el debe de Jamones Fernando que, seg¨²n gritaron en la manifestaci¨®n convocada el pasado lunes en ?rgiva, ha dejado a muchos en la ruina.
?D¨®nde est¨¢ Fernando?
Fernando, su marca, era el mote por el que todos conoc¨ªan Antonio Herrera en Trev¨¦lez. Ahora se preguntan d¨®nde est¨¢. Tambi¨¦n el titular del Juzgado n¨²mero 1 de Primera Instancia e Instrucci¨®n de ?rgiva, que el pasado jueves interrog¨® durante m¨¢s de una hora a su madre, Sagrario Garc¨ªa, para intentar dilucidar su paradero.
Garc¨ªa asegur¨® ante el juez que desconoc¨ªa d¨®nde estaba su hijo aunque explic¨® que, antes de desaparecer, se encontraba muy nervioso y estresado. Dijo adem¨¢s que no sab¨ªa nada de la marcha de la empresa pero se manifest¨® extra?ada de que en los ¨²ltimos tiempos, Jamones Fernando "realizara inversiones por encima de sus posibilidades en un momento no especialmente bueno", afirm¨® su abogado, Miguel Ruiz de Almod¨®var, a Europa Press.
La mujer sugiri¨® que la desaparici¨®n de Herrera podr¨ªa deberse a supuestas amenazas de muerte, tal y como le dijo uno de los empleados que todav¨ªa trabajan en la empresa. Garc¨ªa pidi¨® al juzgado que llamara a declarar al trabajador as¨ª como a otro que contact¨® con ella para devolverle una cartera con tarjetas de cr¨¦dito y 40 d¨¦cimos de loter¨ªa sin pagar.
La r¨¢pida expansi¨®n de la empresa de Herrera le permiti¨® ampliar su negocio con otras dos empresas denominadas Comercial Alimentaria de Trev¨¦lez (dedicada a la distribuci¨®n de jamones) y Despensa de la Alpujarra, (una cadena de tiendas que comercializa alimentos t¨ªpicos de la comarca). En total, el "Grupo Fernando", como era conocido en el pueblo, lleg¨® a tener en plantilla a unas 50 personas, seg¨²n uno de los diez empleados que permanecen en la empresa "esperando que se tenga en cuenta su antig¨¹edad".
Sin embargo, el procedimiento concursal (quiebra) iniciado por el juzgado de Primera Instancia n¨²mero 15 de Granada, por el momento s¨®lo afecta a Jamones Fernando, la compa?¨ªa matriz. La plataforma de afectados exige que se extienda a los dem¨¢s establecimientos.
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