1421
Probablemente a estas alturas de curso el lector sabr¨¢ que seg¨²n Gavin Menzies, 1421 fue el a?o en el que China descubri¨® el mundo. En una de esas novelas hist¨®ricas que en las librer¨ªas de los aeropuertos se amontonan al lado de los libros de autoayuda, Gavin cuenta c¨®mo la flota imperial china, bajo el mando del almirante eunuco Zheng He, descubri¨® Am¨¦rica 71 a?os antes de que Crist¨®bal Col¨®n llegase a las costas de Guanahani. El mundo nunca se enter¨® de tan fausto acontecimiento porque el emperador reinante perdi¨® el poder y China se sumergi¨® en un largo sue?o aut¨¢rquico que arrumb¨® su proyecto de unir al mundo bajo la armon¨ªa confuciana, una renuncia que abri¨® a Crist¨®bal Col¨®n, a los Reyes Cat¨®licos y al Imperio espa?ol las puertas de la historia universal.
China se ha convertido en el tercer socio comercial de Brasil y Argentina, mientras que Asia supone alrededor de un tercio de las ventas chilenas
Si la historia anterior fuese cierta -lo que francamente es poco probable- no dejar¨ªa de ser un sarcasmo que China haya elegido precisamente la semana del III Congreso de la Lengua Espa?ola y de la XIV Cumbre Iberoamericana para re-descubrir Latinoam¨¦rica. Aunque para ser justos habr¨ªa que hablar de un redescubrimiento mutuo: en los dos ¨²ltimos a?os han abundado los viajes oficiales de mandatarios latinoamericanos a Asia y ahora, en reciprocidad, los mandatarios asi¨¢ticos se han reunido en Santiago de Chile con sus contrapartes latinas para celebrar el Foro Asia-Pac¨ªfico para la Cooperaci¨®n Econ¨®mica (APEC).
Quiz¨¢s todav¨ªa haya alguien que se pregunte qu¨¦ busca China en Latinoam¨¦rica y viceversa. Y la respuesta no puede ser m¨¢s sencilla: crecimiento. ?sa es la palabra m¨¢gica. China, como cualquier econom¨ªa con aspiraciones hegem¨®nicas, necesita asegurar su suministro de materias primas y diversificar sus mercados. Y la soja de Brasil y Argentina, el cobre de Chile, el petr¨®leo de Colombia, Venezuela, Ecuador y M¨¦xico son muy buenas oportunidades. Y por su parte, los pa¨ªses latinos que, escaldados de experiencias anteriores, tratan ahora de obtener sus d¨®lares exportando en vez de endeud¨¢ndose, han encontrado en el dinamismo del mercado interno chino un aut¨¦ntico objeto de deseo. No en balde, ya en 2004, China se ha convertido en el tercer socio comercial de Brasil y Argentina, mientras que Asia supone alrededor de un tercio de las ventas chilenas.
Todos quieren m¨¢s. Los 21 pa¨ªses reunidos en Santiago de Chile suponen el 57% de la producci¨®n mundial y el 47% del comercio internacional, pero tambi¨¦n un porcentaje muy elevado de la poblaci¨®n mundial que vive por debajo del umbral de la pobreza. Necesitan crecer. Y todo indica que est¨¢n dispuestos a hacer lo que haya que hacer para conseguirlo. Hasta echar por la borda atavismos hist¨®ricos que tendr¨ªan que haber llevado a considerar a China -y su base de producci¨®n a muy bajo coste- como una amenaza ante la cual la ¨²nica respuesta honorable era ignorar el riesgo y lamentar ex post los da?os. En lugar de ello, Lula, Kirchner, Lagos y dem¨¢s mandatarios se han puesto a la cabeza de la manifestaci¨®n y se han sentado a hablar de liberalizaci¨®n comercial, relanzamiento de la Ronda Doha, y para reconocer -como ya lo han hecho Brasil, Argentina y probablemente lo har¨¢ en breve Chile- que China es una econom¨ªa de mercado, un paso que m¨¢s all¨¢ de la exageraci¨®n, lo que supone es que los pa¨ªses latinos aceptan una reducci¨®n ex ante y unilateral del arsenal de barreras proteccionistas no arancelarias con las que los pa¨ªses suelen tratar, bien es verdad que in¨²tilmente, de defenderse de la extraordinaria competitividad de China.
Es una gran noticia que Latinoam¨¦rica haya optado por una respuesta inteligente y cargada de futuro. Sobre todo para la regi¨®n y para Espa?a que tantos intereses hist¨®ricos, pol¨ªticos y econ¨®micos tiene en la regi¨®n. Si a la regi¨®n la pr¨®xima mano le viene mejor que las del pasado, a nosotros nos ir¨¢ tambi¨¦n mucho mejor. No son pues tiempos para lamentarse de ausencias, sino para repensar -ahora s¨ª- c¨®mo vamos a construir nuestras relaciones con una regi¨®n a la que ya es insuficiente ofrecerle que somos el puente con la Europa que le permitir¨¢ diversificar sus estrechas relaciones con EE UU. Latinoam¨¦rica ha crecido y se ha hecho m¨¢s global. Y ¨¦se es el nuevo elemento ante el que realmente hay que responder. Y tampoco hay que perder de vista que China que, como mostr¨® Angus Maddison, ya fue en el siglo XIV la econom¨ªa con mayor renta per capita del mundo, se ha tomado en serio lo de convertirse en la mayor econom¨ªa del mundo all¨¢ por el a?o 2050. Tomen nota de ambas cosas. Lo otro, es puro chismorreo.
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