Bush promete a Fox la firma de un pacto sobre inmigraci¨®n en su segundo mandato
El Foro Asia-Pac¨ªfico quiere avanzar hacia un sistema comercial internacional m¨¢s libre
George W. Bush dijo ayer a su hom¨®logo mexicano Vicente Fox que la firma de un acuerdo migratorio es "una prioridad importante" de su Gobierno. El encuentro de ambos fue la ¨²ltima reuni¨®n bilateral en el marco de la cumbre del Foro Econ¨®mico de Asia Pac¨ªfico (APEC) celebrada durante el fin de semana. El pacto sobre inmigraci¨®n es importante para la lucha contra el terrorismo. Algunos de los jefes de Gobierno de los 21 miembros de la APEC recordaron a Bush que para ganar esa batalla hay que solucionar el conflicto de Oriente Pr¨®ximo.
Fox lleg¨® a Chile en la noche del s¨¢bado, por eso la reuni¨®n con Bush s¨®lo se pudo celebrar en la ma?ana de ayer. "He explicado al presidente [Fox] que compartimos la preocupaci¨®n de hacer m¨¢s seguras nuestras fronteras", dijo Bush tras la reuni¨®n, "y una de las formas de garantizar la seguridad en la frontera es con pol¨ªticas razonables de inmigraci¨®n. Le he dado la seguridad de que trataremos a los mexicanos con respeto y dignidad", asegur¨®.
El acuerdo sobre inmigraci¨®n es el gran asunto de las relaciones entre los dos pa¨ªses y qued¨® aparcado despu¨¦s del 11-S y mucho m¨¢s con la oposici¨®n de Fox a la guerra de Irak. Las relaciones tras este incidente se enfriaron. El trato entre los dos pa¨ªses, que comparten 3.200 kil¨®metros de frontera y enormes intereses econ¨®micos (el 87% de las exportaciones mexicanas se destinan a EE UU), pol¨ªticos y sociales, ha mejorado en los ¨²ltimos meses.
Cada a?o cruzan ilegalmente a EE UU 400.000 mexicanos, y ya hay m¨¢s de cinco millones viviendo de forma irregular en el pa¨ªs. El problema del acuerdo radica en la legalizaci¨®n de buena parte de estas personas indocumentadas. Este proceso de blanqueo es un requisito del Ejecutivo de Fox para aumentar la seguridad fronteriza, como le exige Washington.
Bush parece haber cedido terreno tras la conversaci¨®n de ayer, al prometer que la propuesta que su Administraci¨®n enviar¨¢ al Congreso incluir¨¢ medidas que ayuden a los trabajadores indocumentados a tener empleos legales. "Necesitamos asegurarnos de que donde hay un trabajador y un empleador dispuestos, el empleo podr¨ªa ser legalizado en el caso de que un estadounidense no lo ocupe", aclar¨® Bush. En Estados Unidos hay unos 15,5 millones de mexicanos, incluyendo los indocumentados. A principios de a?o, Bush lleg¨® a proponer un plan para dar permisos laborales renovables cada tres a?os a los que trabajan en EE UU en puestos que los estadounidenses no desean. No obstante, la idea fue muy criticada por los sectores m¨¢s conservadores, que la consideraron como un premio para quienes violan las leyes. Finalmente, el Congreso la rechaz¨® de plano. Tras las elecciones de noviembre, Bush se ha convertido en el primer presidente republicano en 70 a?os que cuenta con mayor¨ªa en las dos C¨¢maras, con lo que, si da prioridad al acuerdo migratorio con M¨¦xico, ¨¦ste puede ser una realidad a corto plazo.
Lucha contra el terrorismo
El tema de la inmigraci¨®n con M¨¦xico es importante desde el punto de vista de la seguridad y la lucha contra el terrorismo que encabeza Bush, pero aparte de esta cuesti¨®n, hay otras que son clave en la batalla.
La primera ministra neozelandesa, Helen Clark, se?al¨® que "la soluci¨®n a la cuesti¨®n palestina y la ampliaci¨®n de la coalici¨®n contra el terrorismo" son fundamentales para la lucha. Ambas cuestiones dependen mucho de la pol¨ªtica de Bush, y por ello tambi¨¦n el primer ministro malaisio, Abdul¨¢ Badawi, y la presidenta filipina, Gloria Arroyo, solicitaron al presidente estadounidense que impulse una soluci¨®n al conflicto de Oriente Pr¨®ximo. Tras renovar el mandato, ahora es el momento. Israel ya no puede argumentar que Arafat es un obst¨¢culo insalvable y Palestina tendr¨¢ una nueva autoridad tras las elecciones de enero.
Las preocupaciones por la seguridad y la necesidad de impedir el acceso de los terroristas al sistema financiero internacional est¨¢n recogidas en el documento final, pero tambi¨¦n se ha enfatizado en la necesidad de que los costes, tanto econ¨®micos como pol¨ªticos, de ese incremento de la seguridad, no maten al comercio.
Para compensar esos costes m¨¢s altos, el APEC propone dar un fuerte impulso al proceso de liberalizaci¨®n del comercio mundial, pr¨¢cticamente estancado desde el fracaso de la cumbre de la Organizaci¨®n Mundial de Comercio (OMC) celebrada hace un a?o en Canc¨²n.
Los 21 miembros coincidieron en la necesidad de avanzar hacia un sistema comercial internacional m¨¢s libre y, al mismo tiempo, m¨¢s equilibrado, y para ello se comprometieron a impulsar las negociaciones que arrancaron en Doha a finales de 2001 y que deber¨ªan culminar en la cumbre de Hong Kong de diciembre de 2005. Entre la negativa de EE UU, la UE y Jap¨®n a desmantelar sus sistemas de ayuda a la agricultura y la creciente desconfianza de los pa¨ªses pobres y en v¨ªas de desarrollo hacia los industrializados, poco o nada se ha avanzado en una mayor liberalizaci¨®n de las transacciones.
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