Una mesa de memoria para Fernando Buesa
El jueves pasado, en Vitoria y gracias a la Fundaci¨®n Fernando Buesa, tuvimos por fin la oportunidad de ver una mesa largamente anhelada por la ciudadan¨ªa vasca. En ella, estaban sentados los m¨¢ximos representantes de todos los Partidos vascos democr¨¢ticos; Javier Madrazo, Carmelo Barrio, Josu Jon Imaz, Bego?a Errazti y Patxi L¨®pez. El tema de la conferencia era la participaci¨®n de los j¨®venes en pol¨ªtica. Y a quienes est¨¢bamos all¨ª, nos daba la sensaci¨®n de que, como de repente, nuestros representantes pol¨ªticos hab¨ªan rejuvenecido, a base de relajaci¨®n y buenas formas, por lo menos unos 10 o 15 a?os.
Aquello ten¨ªa un tono distendido. No faltaron las alusiones a la agenda pol¨ªtica de actualidad ni a las estrategias propias en algunos casos, pero el sonido general de la mesa recordaba aquellos tiempos en los que todos los Partidos eran capaces de sentarse juntos para tratar un tema fundamental de forma compartida y complementaria lejos de la bronca pol¨ªtica y las malas formas.
Les pedir¨ªamos un tama?o m¨¢s amplio para el espacio de pensamiento de futuro
Tra¨ªa buenos recuerdos escucharles hablar sobre los elementos de lucha compartidos por todos a finales de los 70, cuando los all¨ª presentes eran j¨®venes dirigentes pol¨ªticos unidos por una misma causa; la b¨²squeda de una salida digna de la noche oscura de la dictadura y la entrada en los primeros pasos de un sendero hacia la democracia en Euskadi y en Espa?a.
Tras todo aquello, nuestro Pa¨ªs fue diversificando el camino, bifurcaciones hacia la derecha y hacia la izquierda y, en algunos casos hacia atr¨¢s, hicieron que los nuevos horizontes que cada uno fue marcando crearan distancias enormes entre unos y otros. Y aunque, en alg¨²n momento, Euskadi fue capaz de comprender que volv¨ªa a haber un objetivo com¨²n, el acuerdo de Ajuria Enea muri¨® entre miedos, ego¨ªsmos y errores estrat¨¦gicamente calculados por algunos.
Y desde entonces, los diferentes instrumentos democr¨¢ticos suenan tremendamente distorsionados en el pentagrama vasco, como alejados unos de otros, como interpretando melod¨ªas muy distintas en una sinfon¨ªa que s¨®lo volver¨¢ a sonar bien el d¨ªa en que todos ellos comprendan que tienen que entrar en el momento adecuado e interpretar la misma partitura y en la misma clave; la consecuci¨®n compartida por todos de la libertad en Euskadi.
No ser¨ªa malo que de la iniciativa de la Fundaci¨®n Fernando Buesa tomaran buena nota nuestros representantes pol¨ªticos porque, a pesar de las repetitivas construcciones nacionales de retroalimentaci¨®n de algunos (con las deconstrucciones intelectuales que estas llevan impl¨ªcitas para el conjunto de la sociedad vasca), Euskadi sigue teniendo horizontes que debieran estar compartidos por todos y que conforman las caracter¨ªsticas del Pa¨ªs en el que muchos j¨®venes de hoy vamos a vivir ma?ana.
Por eso, algunos de nosotros les pedir¨ªamos algunas cosas a esos j¨®venes de los 70 que hoy dirigen los Partidos y las Instituciones. En primer lugar, que nos dejen un Pa¨ªs sin violencia, donde nadie mate y nadie muera, donde nadie resulte amenazado por el color de sus ideas o la forma de su compromiso pol¨ªtico, social o profesional.
Un Pa¨ªs alejado de estas mediocridades actuales donde el cuerpo de pensamiento de nuestra sociedad soporta constantemente las intenciones reduccionistas de algunos que tratan de empeque?ecer el tama?o del pensamiento colectivo para reducirlo a un eje pol¨ªtico con variables cada vez m¨¢s cortas girando constantemente sobre s¨ª mismas.
Por eso, les pedir¨ªamos un tama?o m¨¢s amplio para el espacio de pensamiento pol¨ªtico de futuro. Un Pa¨ªs donde se pueda pensar y se pueda dudar, donde la reflexi¨®n y el compromiso pol¨ªtico no est¨¦n mal vistos, un Pa¨ªs donde la pol¨ªtica sea de nuevo un instrumento dignificado al servicio de los sue?os y no un espacio para la confrontaci¨®n empa?ado de predeterminaciones y "destinos manifiestos". Un cuerpo p¨²blico de futuro con m¨¢s pol¨ªticos y menos profetas.
Una sociedad donde esos famosos "temas fundamentales" est¨¦n resueltos para el viaje y protegidos por guardarra¨ªles s¨®lidos en nuestra particular autopista hacia el futuro. Un escenario pol¨ªtico envuelto por zonas de seguridad lo suficientemente amplias y bien construidas como para que no tengamos que volver a entrar en ellas; espacios asentados tras la superaci¨®n de los debates patri¨®ticos y territoriales, con modelos jur¨ªdicos no cuestionados constantemente y cuajados sobre el reconocimiento de su valor como pacto, la cercan¨ªa al ciudadano, la eficiencia econ¨®mica y la eficacia pol¨ªtica. Un Pa¨ªs valiente, moderno, alejado de los textos b¨ªblicos del S. XIX o de las constantes reivindicaciones indentitarias definidas desde el rechazo del otro y, en ocasiones, desde el odio al "diferente".
Un Pa¨ªs que, ma?ana, se sujete sobre los cimientos s¨®lidos de la memoria y no sobre el fr¨¢gil material con el que se construye el olvido. Un ma?ana bautizado sobre un principio de reconocimiento con todo lo que nos pas¨® para poder evitar as¨ª, futuras reca¨ªdas en este mar de aguas negras mezcladas con sangre; esta especie de r¨ªo del olvido, este Leteo interminable que nos lleva directos, si le dejamos y les dejamos, a la historia oficial de un Pa¨ªs de futuro donde "nos hayan olvidado a todos" que Fernando Buesa tiene una Fundaci¨®n que lleva su nombre porque hubo un d¨ªa en Euskadi en que unos asesinos desalmados le quitaron la vida.
Eduardo Madina es secretario general de Juventudes Socialistas de Euskadi.
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