El volc¨¢nico Joe Cocker
Across from midnight tour contiene hora y media de Joe Cocker en acci¨®n. En Waldb¨¹hne, el inmenso anfiteatro berlin¨¦s, repasa sus ¨¦xitos: desde la visceral Feelin' alright a Cry me a river en clave de soul, sin olvidar las baladas tipo Up where I belong. Parte del show est¨¢ en formato ac¨²stico; all¨ª, Cocker recuerda a compa?eros de generaci¨®n como Van Morrison y Eric Burdon. El disco se pondr¨¢ a la venta a partir de ma?ana, junto con EL PA?S, por 6,95 euros.
La de Joe Cocker es una trayectoria tan atormentada como reconfortante: en varios momentos, parece devorado por sus demonios pero siempre logra recuperarse y resurgir. Como vendedor de discos y artista de directo, disfruta de un p¨²blico multigeneracional, resultado de 40 a?os de carrera.
John Robert Cocker nace (20 de mayo de 1944) en la ciudad inglesa de Sheffield. De origen proletario, alterna su empleo como fontanero en la compa?¨ªa del gas con diversos grupos de escasa fortuna. Como parte de The Grease Band, es fichado en 1967; la compa?¨ªa destaca su nombre y deja al resto como combo de acompa?amiento. En 1968, explosiona su primer n¨²mero uno, With a little help from my friends, en una hiperdram¨¢tica versi¨®n por la que los Beatles le felicitan. Y establece la f¨®rmula: Joe ralentiza o acelera canciones conocidas, con una voz que deriva sus manierismos del gran Ray Charles. Aunque conviene mencionar que tambi¨¦n saca gran beneficio de melod¨ªas hechas a su medida.
Su espect¨¢culo asusta a las televisiones: hirsuto y desarreglado, Cocker se mueve espasm¨®dicamente mientras toca un instrumento invisible, unos modos esc¨¦nicos plasmados en la pel¨ªcula Woodstock. Y no todo es show: bien acogido en Estados Unidos, Joe acepta todas las tentaciones de la contracultura y queda damnificado, en lo personal y en lo profesional. Sus desdichas se multiplican por un desastroso estilo de vida: su familia acude a adecentar su casa y encuentra, perdido entre las tripas de un sof¨¢, un tal¨®n millonario de su discogr¨¢fica que Joe olvid¨® cobrar.
Se gana antecedentes policiales en varios pa¨ªses: por drogas, por conducir borracho y por violencia. Y tiene desencuentros con sus managers, que terminan en los tribunales. Hasta que pacta con Roger Davies, el promotor australiano que concibi¨® el relanzamiento de Tina Turner. Davies entiende que se trata de un artista fr¨¢gil: se trata de cuidar su salud, mimar su decreciente voz, dosificar sus giras y ajustar los discos a las expectativas de sus oyentes.
Funciona. Y es que , incluso en sus temporadas m¨¢s bajas, Cocker acumula ¨¦xitos. El cine le aprecia: Up where I belong, el dueto con Jennifer Warnes que suena en Oficial y caballero, gana un Oscar y un Grammy en 1983; su lectura de You can leave your hat on, en Nueve semanas y media, inmortaliza la pieza de Randy Newman. Siempre popular en la Europa continental, el DVD Joe Cocker live: Across from midnight tour se graba a todo lujo en Alemania, con un eficaz equipo televisivo holand¨¦s, dirigido por Egbert van Hees. Un decorado inspirado en un jukebox sirve para enmarcar a Joe y sus ocho acompa?antes en el vasto escenario de Waldb¨¹hne, el auditorio berlin¨¦s que construyeron los nazis.
Vestido de negro Armani, recrea sus grandes cl¨¢sicos y temas de los noventa como Across from midnight o Have a little faith. Recupera la idea de Organic, el disco grabado con Don Was en 1996, para desenchufar temas de los Animals (Don't let me be misunderstood), Van Morrison (Into the mystic) o su propio Delta lady. Dedica You're so beautiful a Diana de Gales y la noche se ilumina con mecheros y bengalas. Las gre?as, el barro, el caos de Woodstock quedan lejos; desde luego, Joe Cocker no lo echa de menos.
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