Los paramilitares colombianos empiezan a entregar las armas
La Corte Suprema avala la extradici¨®n a EE UU de los principales l¨ªderes irregulares
Sobre una mesa colocada en la cancha de f¨²tbol del caser¨ªo El Dos del municipio de Turbo, al norte de Colombia, quedaron las armas de 452 paramilitares del Bloque Bananero, que ayer se desmoviliz¨®. Fue un acto lleno de s¨ªmbolos que termin¨® con el abrazo de los verdugos a sus v¨ªctimas. Salvatore Mancuso, comandante de los grupos paramilitares cuya extradici¨®n reclama Estados Unidos, asisti¨® al acto y asegur¨® que lo importante es "mirar los hechos de paz".
En 10 a?os en que impusieron su ley en esta regi¨®n bananera de Urab¨¢, el Bloque dej¨® m¨¢s de 500 muertos en varios asesinatos colectivos. Esta desmovilizaci¨®n es la primera de una serie de 11 que hasta finales del a?o tiene previsto sacar de la guerra a 3.000 hombres y mujeres. Para el obispo Germ¨¢n Garc¨ªa, fue un espacio "de reconciliaci¨®n y perd¨®n".
Entre los 450 hombres y mujeres que entregaron sus armas hab¨ªa ex guerrilleros del Ej¨¦rcito Popular de Liberaci¨®n (EPL). Este grupo de inspiraci¨®n mao¨ªsta se desmoviliz¨® en 1991 y la mayor organizaci¨®n guerrillera del pa¨ªs, las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) le declarar¨® la guerra. Hernando Hern¨¢ndez, el comandante del bloque desintegrado, un hombre de 37 a?os que hace 12 se volvi¨® para y ha sobrevivido a dos atentados, fue el primero en entregar su fusil. Intent¨® d¨¢rselo a una v¨ªctima de las acciones paramilitares, un hombre que prefiri¨® pasarlo a las manos del comisionado de paz, Luis Carlos Restrepo, quien presidi¨® el acto en nombre del Gobierno.
A su lado estaban el delegado de la Organizaci¨®n de Estados Americanos (OEA), Sergio Caramagna, autoridades regionales y locales, y dos comandantes del Estado Mayor de los paramilitares: Ernesto B¨¢ez y Salvatore Mancuso. "Se abre una etapa dif¨ªcil, compleja, pero vale la pena correr el riesgo", dijo Caramagna, quien coordina la Misi¨®n de Apoyo al Proceso de Paz de Colombia, creada por la OEA.
El paramilitar Mancuso lleg¨® poco despu¨¦s de conocerse la decisi¨®n de la Corte Suprema de Justicia de avalar su extradici¨®n a Estados Unidos, al igual que la del desaparecido comandante para Carlos Casta?o -desde el pasado abril nadie sabe a ciencia cierta si est¨¢ vivo o muerto- y del guerrillero de las FARC Sim¨®n Trinidad, detenido en enero pasado. Los tres han sido reclamados por tribunales norteamericanos por delitos relacionados con el narcotr¨¢fico.
"El proceso contin¨²a igual", dijo Mancuso, "empe?¨¦monos en mirar los hechos de paz". Asegura que est¨¢ tranquilo. Las ¨®rdenes de captura contra ¨¦l est¨¢n suspendidas y hace 15 d¨ªas que tiene permiso para recorrer el pa¨ªs visitando la tropa que se desmovilizar¨¢ antes de finalizar el a?o.
Las extradiciones de Casta?o y Mancuso estaban en estudio desde 2003. EE UU ha repetido que no se echar¨¢ atr¨¢s en su decisi¨®n. Pero la ¨²ltima palabra la tiene el presidente colombiano. ?l decide si extradita o no. En la mesa de di¨¢logo, el comisionado de paz ha dicho que si se muestra verdadera voluntad de paz esta herramienta no ser¨¢ utilizada.
El caso de Sim¨®n Trinidad es diferente porque las FARC no est¨¢n en el proceso de paz. "El Gobierno trata de intimidar con la extradici¨®n porque no ha podido demostrar nada contra ¨¦l jur¨ªdicamente", declar¨® a este peri¨®dico ?scar Emilio Silva, abogado del guerrillero. Silva cree que si el Gobierno extradita a su defendido se descarta cualquier posibilidad de un acuerdo que permita un intercambio de guerrilleros presos por secuestrados pol¨ªticos, entre ellos la ex candidata presidencial Ingrid Betancourt. El presidente tiene 60 d¨ªas para pronunciarse, pero la previsi¨®n es que tome una decisi¨®n en las dos semanas siguientes al pronunciamiento de la Corte Suprema de Justicia.
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