"Quiero llevar a la Academia la voz de la sociedad civil"
No es creador, pero entiende perfectamente los pulsos de ese mundo porque ha vivido desde ni?o el p¨¢lpito de la cultura apasionadamente. Gregorio Mara?¨®n y Bertr¨¢n de Lis (Madrid, 1942) entra hoy en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, a propuesta de Fernando Chueca, Rafael Canogar y Luis de Pablo, para llevar la voz de la sociedad admiradora del arte a sus sillones. Su experiencia de gesti¨®n y agitaci¨®n en varios frentes de la cultura -en la m¨²sica como patrono del Teatro Real, en la escena como presidente del teatro de La Abad¨ªa, en la literatura y la comunicaci¨®n, como miembro del consejo del Grupo PRISA o del Patrimonio, donde ha sido impulsor de iniciativas como la Fundaci¨®n Toledo- puede aportar a la instituci¨®n la sal de un sentido pr¨¢ctico que nunca viene mal. Mara?¨®n, abogado, con experiencia en la banca y empresas de distintos sectores, homenajear¨¢ a Toledo en su discurso de ingreso, una ciudad que ha defendido, que le ha inspirado, que ha sufrido y que ha contribuido a poner de cara al futuro sin que le haya hecho falta renunciar a la enorme y fertil¨ªsima carga de su tradici¨®n.
"El actual auge econ¨®mico de Toledo supone tambi¨¦n un riesgo para su fr¨¢gil centro hist¨®rico, que se hab¨ªa preservado por la decadencia"
"En Espa?a hemos sufrido desprecio al patrimonio por falta de sensibilidad y educaci¨®n c¨ªvica y cultural, pero lo vamos superando"
Pregunta. Ingresa hoy en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando con un discurso que se inspira en Toledo. ?Qu¨¦ representa esa ciudad para usted?
Respuesta. El discurso se titula Un juego de espejos: Toledo desde un cigarral. Pretende ser un testimonio hist¨®rico y literario, mirando a la ciudad desde el cigarral que yo adquir¨ª a mi familia y que es crucial en mi vida, el para¨ªso de los juegos de mi ni?ez, el lugar los sue?os de adolescencia y hoy el refugio gozoso de mi edad madura. Quiero relatar y relacionar lo que sucede en la ciudad y en el cigarral en los ¨²ltimos cuatro siglos y funciona.
P. ?Por qu¨¦?
R. Porque la evoluci¨®n de Toledo se comprende muy bien desde la atalaya del cigarral, desde su propia y peque?a historia. Toledo, que vivi¨® el momento de mayor esplendor hacia 1570 y el de mayor decadencia en 1640, parec¨ªa una ciudad muerta en el siglo XIX, y ser¨¢ s¨®lo a comienzos del siglo XX cuando recuperar¨¢ la vida, gracias, entre otras cosas, a unos impulsos que le llegan de fuera y que coinciden con el redescubrimiento de El Greco. Rilke, llega a Toledo en 1911; poco despu¨¦s, Picasso, Diego Rivera, los impresionistas, las vanguardias norteamericanas, Zuloaga, Sorolla... Bu?uel, Dal¨ª y Alberti, forman la Orden de Toledo, Lorca viene con la Barraca, Mara?¨®n, de la mano de Gald¨®s, adquiere el cigarral. La ciudad se convierte en un s¨ªmbolo de la cultura. Y as¨ª hasta llegar al presente, que se caracteriza por el desdoblamiento de Toledo, que abarca un incomparable centro hist¨®rico, en el que viven 10.000 de sus 70.000 habitantes, y una ciudad moderna.
P. ?C¨®mo ha podido sobrevivir Toledo con cierta dignidad a los desmanes patrimoniales que se han cometido en este pa¨ªs?
R. En Toledo ocurre algo diferente a lo que ha pasado en ciudades como Granada o Sevilla. Es un lugar que se recupera hace un siglo gracias a las personas que acuden de fuera atra¨ªdas por lo que es y significa, y s¨®lo a finales del siglo XX, recobrar¨¢ su propio impulso vital, al ser la capital de Castilla-La Mancha y contar con una universidad propia. Son dos factores esenciales que le devuelven la capacidad de so?ar futuros. Pero el actual auge econ¨®mico de Toledo supone tambi¨¦n un riesgo para su fr¨¢gil centro hist¨®rico, que en gran medida se hab¨ªa preservado por la decadencia de la ciudad.
P. ?Qu¨¦ riesgo?
R. El riesgo que comporta la especulaci¨®n, la mediocridad, la falta de cultura, la insensibilidad c¨ªvica... Para combatir esto, para contribuir constructivamente a encontrar las mejores soluciones para la conservaci¨®n y la habitabilidad del casco, para movilizar a la sociedad civil a favor de la causa de la ciudad, hace 15 a?os se constituy¨® la Real Fundaci¨®n de Toledo. Unos a?os antes, publiqu¨¦ un art¨ªculo en EL PA?S con el t¨ªtulo Salvar Toledo, en el que denunciaba que con la coartada de que se estaban cuidando sus grandes monumentos, se pretend¨ªa destruir la trama urbana medieval y el paisaje de la ciudad, que son los que le daban su inmenso valor de conjunto.
P. ?Qu¨¦ persegu¨ªa la Fundaci¨®n?
R. Su vocaci¨®n es preservar el legado recibido y hacerlo compatible con la vida nueva. Porque el centro hist¨®rico de Toledo sin habitantes, se convertir¨ªa en una ciudad museo, en un lugar muerto, si se quiere en un parque tem¨¢tico. Recuperar la vida ciudadana para el centro hist¨®rico es, en definitiva, una opci¨®n pol¨ªtica. Hace unos a?os impulsamos el plan especial del casco que realiz¨® extraordinariamente el arquitecto Joan Busquets, y ahora estamos trabajando con el Ayuntamiento en la redacci¨®n de un Plan Especial de Cigarrales. Son dos instrumentos esenciales.
P. ?Por qu¨¦ hay tanta afici¨®n al desprecio al patrimonio en Espa?a? ?Qu¨¦ razones lo explican?
R. La falta de sensibilidad y de educaci¨®n c¨ªvica y cultural. Es algo que se va superando poco a poco. Se ha perdido mucho, pero es tanto lo que tenemos que el patrimonio de Espa?a sigue siendo uno de los m¨¢s importantes de Europa. En otros pa¨ªses se ha reaccionado antes y se han hecho pol¨ªticas muy eficaces, como en Francia e Italia, donde se considera la conservaci¨®n algo compatible con la modernidad. Porque, cuidado, conservar no quiere s¨®lo decir mantener, sino tambi¨¦n hacer convivir en el aire de las ciudades el arte de nuestro tiempo. En eso estoy de acuerdo con Ortega, cuando dec¨ªa que es preferible equivocarse que incurrir en la trivial soluci¨®n de copiar el viejo estilo.
P. Mucha gente le considera un aut¨¦ntico mecenas. ?Qu¨¦ opina?
R. Yo creo que los mecenas son personas muy generosas que aportan medios econ¨®micos para impulsar la cultura. Yo, a falta de bienes, entrego mi tiempo, mi ilusi¨®n, una parte importante de mi vida. En m¨ª, esta actitud no es un gesto de liberalidad, sino la asunci¨®n de un deber c¨ªvico.
P. ?Con qu¨¦ prop¨®sitos llega a la Academia de Bellas Artes?
R. Primero con un inmenso sentido de la gratitud, pues para m¨ª la elecci¨®n ha sido un reconocimiento muy generoso, un regalo precioso. Creo que la Academia es un lugar donde deben estar principalmente representados los creativos mientras que las personas como yo debemos hacer llegar la voz de la sociedad civil e intentar introducir los elementos de eficacia que conocemos a trav¨¦s de nuestras experiencias profesionales. Tratar de hacer realidad lo que Juan Ram¨®n expresaba en uno de sus versos: "Alas que arraiguen y ra¨ªces que vuelen".
Babelia
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