Lhasa aporta a sus temas nostalgia, emoci¨®n y el placer de la m¨²sica triste
La cantante act¨²a esta semana en Madrid, Barcelona y Valladolid
Dos discos -La llorona (1997) y The living road (2003)- han generado un merecido inter¨¦s por esta mujer de 32 a?os, nacida cerca de Woodstock, hija de un mexicano y una estadounidense, que hoy vive en Montreal. Lhasa asombr¨® este verano en el Festival La Mar de M¨²sicas y hoy canta en Madrid (Galileo); el jueves 2 de diciembre, en Barcelona (Sala Apolo), y el viernes 3, en Valladolid (Ambig¨²).
"Hasta los cinco meses no tuve nombre. Mi madre estaba leyendo el Libro tibetano de la vida y la muerte y, como yo era un beb¨¦ muy sonriente, con los ojos un poco rasgados, pens¨® que ese nombre era para m¨ª", dice Lhasa. Pas¨® su infancia viajando por Estados Unidos y M¨¦xico: "En un autob¨²s de escuela transformado en casa. Con mis padres, tres hermanas, un perro, tres gatos, un loro, dos pajaritos y dos tortugas", recuerda riendo. "Est¨¢bamos un poco aislados, pero muy unidos. Le¨ªamos todo el tiempo y por la noche mont¨¢bamos espect¨¢culos. Mi madre pod¨ªa mirarnos durante horas tan feliz. Creo que eso nos motiv¨® a todas para continuar". Con seis a?os se enamor¨® de V¨ªctor Jara. "Hab¨ªa una foto y era guapo como Che Guevara. Adem¨¢s, sab¨ªa que era un h¨¦roe, un m¨¢rtir, y me imaginaba lo que hab¨ªa vivido".
La primera vez que cant¨® en p¨²blico fue en un peque?o caf¨¦ de San Francisco, con 13 a?os. "Canciones de Billie Holiday a capella, dice con una carcajada, "temblando, pero las cantaba". Con 19 a?os se fue a Montreal, donde sus hermanas estudiaban en la Escuela del Circo. All¨ª conoci¨® al guitarrista y productor Yves Desrosiers. Tocaron cinco a?os en bares. "Al principio cantaba con los ojos cerrados y las manos en los bolsillos. Aprend¨ª a expresar las emociones que no me hab¨ªa permitido expresar antes, y a vivir cada instante de una canci¨®n. Cuando actuamos en alg¨²n lugar ruidoso, me dicen luego que nunca han visto al p¨²blico tan silencioso. Creo que es porque aprend¨ª en los bares a decir '?Aqu¨ª estoy!".
En 1997 grab¨® La llorona. "Aprend¨ª la canci¨®n de peque?a. Siempre me atrajo la m¨²sica triste. Chavela Vargas, Billie Holiday, Am¨¢lia Rodrigues, Maria Callas... Y pens¨¦ mucho en el mito universal de la sirena, que atrae a la gente con su voz, pero que es peligrosa. La emoci¨®n asusta". La llorona gana premios en Canad¨¢ y llega a los 300.000 discos vendidos en Francia. "La escena es un espejo. Hay que ser s¨®lido y quererse. Creo que es lo m¨¢s dif¨ªcil, y a¨²n m¨¢s para un artista, porque la materia con la que trabajas eres t¨² y est¨¢s confrontado permanentemente a ti mismo".
Cuando se esperaba el segundo disco, Lhasa decidi¨® reunirse con sus tres hermanas y pasar un a?o en su peque?o circo. "Me sent¨ªa como si hubiese construido una torre en la que me hab¨ªa quedado encerrada. Necesitaba bajar a tierra y regresar a la m¨²sica con la dignidad de una vida de persona. Me hab¨ªa ido haciendo m¨¢s y m¨¢s peque?a hasta sentir que iba a desaparecer. Nunca m¨¢s quiero sentirme culpable. Tengo 32 a?os y creo que a esta edad hay que hacer una elecci¨®n. Eliges ocupar tu sitio o hacer lo que piensas que los otros quieren de ti".
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