Un millar de becarios se forman como investigadores en condiciones precarias
Reclaman que el actual sistema de becas se transforme en contratos de formaci¨®n
La investigaci¨®n tiene en el Pa¨ªs Vasco, de la misma forma que en el resto de Espa?a, m¨¢s de vocaci¨®n que de profesi¨®n. S¨®lo as¨ª se puede entender el camino que han decidido tomar el millar de j¨®venes que cuentan con alg¨²n tipo de beca para la realizaci¨®n de su tesis doctoral o su participaci¨®n en un proyecto cient¨ªfico en alguna de las tres universidades, UPV, Deusto y Mondragon, centros tecnol¨®gicos o departamentos de I+D. El "disfrute" -este es el t¨¦rmino utilizado con mayor asiduidad en las distintas convocatorias- de estas ayudas requiere superar un proceso de selecci¨®n exigente en el que un buen (en ocasiones m¨¢s que eso) expediente acad¨¦mico en la carrera es uno de los principales requisitos. A cambio se ofrece un periodo de formaci¨®n que puede prolongarse durante a?os y a?os, con retribuciones inferiores (a veces muy inferiores) a la media de las ganancias de los licenciados de las distintas titulaciones en la empresa y la Administraci¨®n, sin vinculaci¨®n contractual -lo que significa ausencia de cotizaci¨®n a la Seguridad Social: es decir, sin prestaciones por desempleo, sin reconocimiento de su trabajo a efectos del c¨®mputo de pensiones de jubilaci¨®n-, sin previsi¨®n de vacaciones o de baja por paternidad o maternidad y sin una legislaci¨®n m¨ªnima general que regule sus derechos y deberes.
"Hay gente de 40 a?os con una formaci¨®n alt¨ªsima que nunca ha cotizado a la SS"
Por si fuera poco, el sacrificio que supone plegarse a estas condiciones puede que no signifique nada. El grado de incertidumbre que rodea el futuro de los j¨®venes investigadores convierte su decisi¨®n de aceptar una beca -es casi el ¨²nico modo de entrar en este mundo- en un salto al vac¨ªo. La a¨²n escasa relevancia de la innovaci¨®n y el desarrollo en el tejido productivo, el paup¨¦rrimo valor a?adido de un t¨ªtulo de doctor otorgado fuera de la carrera acad¨¦mica, la imposibilidad de las universidades de absorber todo el personal que forma y, sobre todo, la inexistencia de una planificaci¨®n real y de una carrera investigadora como tal, condenan a muchos de estos j¨®venes a un trasiego de beca en beca sin un porvenir claro. No son pocos quienes emigran, llevan a cabo una labor de prestigio en una universidad de renombre en el extranjero y, aunque quieren, no pueden volver, mientras que otros, ante la perpetuaci¨®n de esta perspectiva, optan por abandonar. "Hay gente de 40 a?os con una formaci¨®n alt¨ªsima que no ha cotizado ni una peseta a la Seguridad Social", declara Lander Intxausti, becario pre-doctoral del Gobierno vasco.
Lander forma parte de Euskobekadunak, una asociaci¨®n que agrupa a 70 becarios de investigaci¨®n que, de forma coordinada con grupos similares en el resto del pa¨ªs, tratan de dar a conocer esta situaci¨®n y reclamar a las distintas instituciones una transformaci¨®n de esta realidad. "Queremos que se supriman las becas y que se creen contratos de formaci¨®n al estilo del MIR [en la Sanidad P¨²blica]. Muchos nos achacan que no se puede hacer porque nos estamos formando, pero la realidad es que todos los trabajadores se est¨¢n formando de una manera u otra a lo largo de su vida laboral", argumentan. Una legislaci¨®n de m¨ªnimos que unifique los sistemas de formaci¨®n en Espa?a y en Europa y un plan de investigaci¨®n y desarrollo que impulse y d¨¦ forma a la carrera investigadora son otras de las reivindicaciones b¨¢sicas de este grupo.
Uno de sus interlocutores, el Departamento de Educaci¨®n, que subvenciona a la mayor parte de los becarios de investigaci¨®n en el Pa¨ªs Vasco, ha mostrado su disposici¨®n a realizar alg¨²n cambio en su oferta de ayudas. De hecho, en la pr¨®xima convocatoria, la de 2005, los becarios post-doctorales, es decir, los que ya han obtenido el t¨ªtulo de doctor, podr¨¢n elegir entre un contrato, siempre que su centro de investigaci¨®n se halle en Espa?a, o el modelo existente. Sin embargo, no parece dispuesto a continuar la senda de autonom¨ªas como Catalu?a, Andaluc¨ªa o Arag¨®n, que ofrecen en el apartado de becas pre-doctorales, de cuatro a?os de duraci¨®n, el llamado "2+2", esto es, los dos primeros a?os como becario y los dos ¨²ltimos como contratado laboral.
Desde la UPV, otro de los organismos que oferta estas becas y que, adem¨¢s, acoge a una parte relevante de sus beneficiarios -cerca de 600 seg¨²n el estudio realizado por la c¨¢tedra S¨¢nchez-Mazas de la misma universidad-, su vicerrector de Investigaci¨®n, Miguel ?ngel Guti¨¦rrez, pone el acento en la necesidad de un buen dise?o de la carrera investigadora. "Es fundamental que se d¨¦ una perspectiva, un futuro", subraya.
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