Historias de piratas

Las historias de piratas - las protagonizadas por personajes de ficci¨®n como Long John Silver o reales como Barbarroja o Francis Drake- han sobrevivido rodeadas por un halo de romanticismo y aventura. La pirater¨ªa fue, y sigue siendo en algunas zonas del mundo del siglo XXI, una amenaza para la navegaci¨®n y una condena para quienes la practicaban. El Museo Vasco inaugur¨® ayer la exposici¨®n que reconstruye la forma de vida de los bucaneros en lo largo de los siglos: Piratas. Ladrones del mar sigue su pistas desde los ataques al comercio en el Mediterr¨¢neo del mundo cl¨¢sico a nuestros d¨ªas. La muestra estar¨¢ abierta al p¨²blico hasta el 16 de enero de 2005.

La comisaria, la doctora en Antropolog¨ªa, Sandra Y. Rodriguez, ha reunido objetos aut¨¦nticos y r¨¦plicas de piezas antiguas para revivir las viejas aventuras de piratas. Su objetivo ha sido que la muestra actue como "fabuladora de aquellos ladrones del mar", al tiempo que revela hechos ver¨ªdicos sobre las costumbres, las formas de navergar y los escenarios que ha visto el desarrollo de la pirater¨ªa.

La exposici¨®n est¨¢ compuesta por una veintena de expositores, apoyados por paneles que explican su contenido y gu¨ªan el recorrido por la muestra. Sendas maquetas del Mediterr¨¢neo y el Caribe permiten conocer la ubicaci¨®n de los puntos calientes de la pirater¨ªa a lo largo de la historia.

La cronolog¨ªa de Piratas comienza con restos datados en los siglo I y II, como una balanza romana y monedas. El camino que sigue la exposici¨®n se detiene en la denominada edad de oro de la pirater¨ªa, que coincidi¨® con el desarrollo del comercio transoce¨¢nico entre los siglo XV y XVIII. De esta ¨¦poca proceden numerosos instrumentos de navegaci¨®n, como sextantes, astrolabios y br¨²julas o simples relojes de arena, pero tambi¨¦n las banderas negras, que luc¨ªan los barcos piratas con las calaveras o las tibias cruzadas como s¨ªmbolos de sus criminales reglas de juego, y las armas m¨¢s utilizadas

La exposici¨®n muestra los detalles de la vida cotidiana de los ladrones del mar. La carne de vacuno y cerdo, conservada gracias a las t¨¦cnicas de ahumando que los piratas dominaban, eran parte fundamental de su dieta. El rancho de las largas traves¨ªas sin tocar puerto obligaba a conservar con vida a bordo a las tortugas, regandolas frecuentemente con agua de mar. La bebida reina en los barcos piratas era el ron, mezclado a veces con agua y otras sustancias para conseguir el grog.

Piratas. Ladrones del mar documenta con claridad las diferencias entre los distintos nombre que se han aplicado a los navegantes que practicaban el pillaje. Corsarios eran los propietarios de un barco que dispon¨ªan de patante de corso para atracar naves de potencias enemigas, bucaneros los contrabandistas, fundamentalmente franceses, que burlaban el monopolio espa?ol en el Caribe, mientras que filibusteros eran los piratas ingleses y holandeses que operaban en el Caribe en los siglos XVI y XVII con naves de f¨¢cil maniobra.

La intensa existencia de los piratas de las pel¨ªculas ten¨ªa un triste final en la vida real. Sab¨ªan que su fin era la pena de muerte si eran capturados y luchaban con extrema crueldad. "La mayor¨ªa de las veces la rom¨¢ntica aventura de los piratas sol¨ªa terminar muy pronto, con la muerte, la mutilaci¨®n o la pobreza". La exposici¨®n tambi¨¦n revela que los peligros de la pirater¨ªa contin¨²an vigentes en los mares de Filipinas, Indonesia y en las desembocaduras de los r¨ªos Amazonas y Orinoco.