La seducci¨®n y el poder del canto
Cristophe Barratier estrena 'Los chicos del coro', el ¨²ltimo gran ¨¦xito del cine franc¨¦s
Fui un ni?o diferente de los otros ni?os. Era solitario, un poco t¨ªmido, triste. Viv¨ª una infancia lejos de mis padres. Viv¨ªa con mi abuela fuera de Par¨ªs. Cada s¨¢bado esperaba la llegada de mi padre y nunca vino. Fue una infancia dif¨ªcil que me marc¨® mucho. Me salv¨® la m¨²sica". A pesar de la dureza de esta narraci¨®n, Cristophe Barratier (Par¨ªs, 1963) lo cuenta con una absoluta ausencia de rencor. Es m¨¢s, cuando su padre le reprocha ahora que cuente en p¨²blico estas intimidades, Barratier le asegura que lo hace sin odio y le dice: "Te doy las gracias porque quiz¨¢s si hubieras estado conmigo entonces no hubiera hecho la pel¨ªcula nunca". Los chicos del coro, el filme al que se refiere este realizador franc¨¦s y que se estrena hoy en Espa?a, es una narraci¨®n en clave autobiogr¨¢fica de su infancia, que se ha convertido en el ¨²ltimo gran ¨¦xito del cine franc¨¦s. Con m¨¢s de ocho millones y medio de espectadores, Los chicos del coro, el primer largometraje de Barratier, basado en el filme de Jean Dr¨¦ville La cage aux rossignols (1945), es un delicioso viaje a la infancia y un cari?oso homenaje al poder y la seducci¨®n de la m¨²sica. El filme, elegido por Francia para los Oscars y candidato a tres premios de la Academia de Cine Europeo -mejor pel¨ªcula, mejor actor (G¨¦rard Jugnot) y mejor composici¨®n musical (Bruno Coulais)-, narra el encuentro de un m¨²sico fracasado con un grupo de ni?os en un centro de reeducaci¨®n de menores dif¨ªciles en 1949 en Francia, en el que entra a trabajar como vigilante. El descubrimiento de la m¨²sica como instrumento eficaz y poderoso para el acercamiento a los ni?os lleva al profesor a crear un coro, lo que provoca un duro enfrentamiento con el r¨ªgido director del centro. La m¨²sica y el canto transformar¨¢n sus vidas para siempre.
El filme supera los ocho millones y medio de espectadores en Francia
Cristophe Barratier y G¨¦rard Jugnot forman una pareja especial, tan especial como la pel¨ªcula que les ha unido por primera vez. Ayer en Madrid contaron las dificultades que encontraron para la producci¨®n de un proyecto que todos consideraban pasado de moda. "Yo fui el ¨²nico que al principio crey¨® en la historia, pero siempre supe que iba a tener ¨¦xito, aunque nunca imagin¨¦ el fen¨®meno social en el que se ha convertido en Francia. Fue muy importante que un actor como G¨¦rard, tan popular y querido en nuestro pa¨ªs, se uniera a la pel¨ªcula", asegur¨® Barratier. Jugnot, un tipo encantador, no s¨®lo acept¨® el papel de ese m¨²sico bonach¨®n y honesto, sino que entr¨® como coproductor. "No es la primera vez que lo hago. Me parece importante comprometerme y meterme de lleno en lo que hago", asegur¨® el actor.
Cont¨® ayer Barratier que en Los chicos del coro ha unido las dos cosas m¨¢s importantes de su vida: el cine y la m¨²sica. El cine le viene de casta -"toda mi familia, sin excepci¨®n, vive del cine"-, y la m¨²sica, que fue su salvaci¨®n en la infancia -"esperaba con ansia la llegada de los mi¨¦rcoles, que era el d¨ªa de mi clase de guitarra"-. No era tanto una necesidad por cerrar heridas de la infancia, sino un deseo de homenajear el poder de la m¨²sica. "Fue mi abuela quien me anim¨® a estudiar m¨²sica. Result¨® que era bueno como guitarrista y por primera vez en mi vida me sent¨ª un poco superior a los otros ni?os. Quiz¨¢s es un poco simple decir que la m¨²sica transforma una vida. Tambi¨¦n el deporte o cualquier otra actividad que exija disciplina y concentraci¨®n".
Jugnot no conoc¨ªa el poder de la m¨²sica, pero se ha dejado claramente seducir por ¨¦l. En su papel de jefe del coro, el actor asegura que en lugar de dirigir ¨¦l la m¨²sica, ha sido la m¨²sica la que le ha llevado a ¨¦l a un mundo de bellas voces. "Me ha conmovido realizar esta pel¨ªcula. Yo he sido el primer espectador de esa m¨²sica. Para m¨ª, el hecho de escuchar esa voz de oro de Jean-Baptiste [el ¨²nico ni?o del coro que canta realmente] y saber que ser¨¢ irrepetible me ha provocado una emoci¨®n personal".
Es el aspecto universal de la m¨²sica -"no es de derechas ni de izquierdas, es una belleza pura"- el que, seg¨²n Jugnot, ha contribuido al gran ¨¦xito del filme, no s¨®lo en Francia, sino en todos los festivales por los que ha pasado (Toronto, Shanghai...).
Los ni?os -todos primerizos en el cine excepto Jean-Baptiste Maunier- han dado algo m¨¢s que juego en la pel¨ªcula. "Han dado vida al rodaje. Fue una mezcla de disciplina y juego", dice el director. Jugnot tuvo que gan¨¢rselos personal y cinematogr¨¢ficamente. No s¨®lo era el jefe del coro en la pel¨ªcula, ten¨ªa que llevarlos al huerto en las emociones, captar su atenci¨®n para trasladar esas sorpresas a la pantalla.
Hoy en Francia han proliferado los conjuntos corales infantiles y la palabra choriste [t¨ªtulo original del filme] se ha convertido en un adjetivo -"es un libro choriste, esta historia es choriste"- que refleja simpat¨ªa y sencillez. "Es el milagro de la vida y del cine", resume G¨¦rard Jugnot.
Babelia
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