Europa toma Bosnia

La Uni¨®n Europea tiene desde esta semana un ej¨¦rcito de 7.000 hombres procedentes de 22 pa¨ªses desplegados por toda Bosnia-Herzegovina para mantener la paz, perseguir a la delincuencia y capturar a criminales de guerra a¨²n fugitivos. De haber sido anunciado este hecho hace tan s¨®lo un par de a?os, s¨®lo habr¨ªa generado sonrisas esc¨¦pticas. Hoy es ya una realidad tras el traspaso de poderes del mando de la OTAN a la UE y el relevo de la Fuerza de Estabilizaci¨®n (SFOR) por la Operaci¨®n Althea. Se trata de la primera gran operaci¨®n militar en la historia de la Uni¨®n Europea y de su mayor reto como garante de la seguridad en esta regi¨®n, todav¨ªa uno de los eslabones fr¨¢giles de la estabilidad en el continente.

La ceremonia de relevo del mando en el campo de Butumir, junto a Sarajevo, fue protagonizada por el secretario general de la OTAN y el responsable de Pol¨ªtica Exterior y Seguridad de la UE, Javier Solana, y supone la entrega de una responsabilidad a la UE que ¨¦sta era incapaz de asumir cuando, hace una d¨¦cada, la antigua rep¨²blica yugoslava era escenario de una terrible guerra. Quien tuvo que intervenir entonces fue Estados Unidos bajo el paraguas de la OTAN, en la primera operaci¨®n b¨¦lica de la Alianza Atl¨¢ntica desde su fundaci¨®n, en 1949.

Desde entonces, mucho ha cambiado en Bosnia, y para bien, aunque a nadie se le oculta que la paz que la intervenci¨®n impuso mediante los Acuerdos de Dayton no ha dado los frutos que muchos esperaban. El mero hecho de que tras nueve a?os de presencia de un formidable contingente de la OTAN sea imprescindible todav¨ªa mantener un amplio despliegue militar revela que a¨²n quedan muchas heridas por cerrar. Sin embargo, el m¨¢ximo responsable de aquella guerra, Slobodan Milosevic, est¨¢ en el banquillo de La Haya, como algunos otros de los principales criminales de guerra de todas las comunidades ¨¦tnicas implicadas. Centenares de miles de refugiados han vuelto a sus lugares de origen y la reconstrucci¨®n avanza, al igual que la seguridad ciudadana.

La Operaci¨®n Althea, en principio con un mandato de dos a?os, deber¨¢ proseguir con esta labor y tratar de mejorar los escasos resultados de la busca y captura de los m¨¢s relevantes genocidas, como los serbios Radovan Karadzic y el general Ratko Mladic. La UE debe demostrar a los pueblos de Bosnia y a s¨ª misma que es capaz de ejercer la autoridad necesaria con su fuerza militar. En ello se juega, adem¨¢s de la estabilidad de la dividida rep¨²blica y del conjunto de los Balcanes, la credibilidad europea dentro y fuera de sus fronteras.