El Madrid asume su inferioridad
El Villarreal avasalla al cuadro de Garc¨ªa Rem¨®n en El Madrigal, pero falla en el remate
Un Madrid diminuto y acomplejado pas¨® ayer por El Madrigal. Sin una pizca de juego ni de ambici¨®n. Y lo que es peor: muy consciente de su inferioridad ante un Villarreal que lo super¨® en todo menos en el marcador. El conjunto de Garc¨ªa Rem¨®n nunca estuvo en disposici¨®n de ganar el partido. Siempre se dedic¨® a salvaguardar el empate. Y bastante satisfecho pareci¨® de haberlo conseguido, a pesar de que su imagen result¨® bochornosa. El partido bail¨® al son que marc¨® Riquelme, que fue el rey absoluto. Jug¨® con una autoridad insultante. Tanto, que lleg¨® a marcharse por velocidad de sus adversarios, algo in¨¦dito en alguien tan lento como ¨¦l. Pero, claro, se vio tan sobrado... Riquelme fue la soluci¨®n pero tambi¨¦n el problema para el conjunto castellonense, que dependi¨® demasiado de ¨¦l. Lo buscaron siempre y, a veces, no era necesario. La falta de gol es un mal end¨¦mico en el Villarreal, que siempre ofrece m¨¢s f¨²tbol que resultados. Por mucho que su presidente no pare de fichar delanteros: err¨® ayer Figueroa en todos los remates, menos en uno, el que no serv¨ªa: un cabezazo a gol en fuera de juego. Pinch¨® Guayre, que no aprovech¨® su velocidad, y tampoco Forl¨¢n resolvi¨® nada cuando entr¨®. El f¨²tbol, en todo caso, rompi¨® ayer enormes barreras: el club de una localidad de poco m¨¢s de 40.000 habitantes avasall¨® al gigante madridista, que acab¨® el partido defendi¨¦ndose con tres centrales (Samuel, Pav¨®n y Mej¨ªa). Sin ning¨²n pudor, sin embargo.
VILLARREAL 0 - REAL MADRID 0
Villarreal: Reina; Venta, Quique ?lvarez, Gonzalo, Arruabarrena; Cazorla (H¨¦ctor Font, m. 72), Josico (Pe?a, m. 87), Riquelme, Sor¨ªn; Guayre (Forl¨¢n, m. 66) y Figueroa.
Real Madrid: Casillas; M¨ªchel Salgado, Pav¨®n, Samuel, Ra¨²l Bravo; Beckham (Javi Garc¨ªa, m. 64), Celades, Helguera, Solari (Mej¨ªa, m. 81); Owen y Ronaldo (Morientes, m. 64).
?rbitro: Mejuto Gonz¨¢lez. Amonest¨® a M¨ªchel Salgado, Samuel, Gonzalo y Celades.
Unos 21.000 espectadores en El Madrigal.
Muy persuadido de la fase de indefinici¨®n por la que atraviesa, el Madrid renunci¨® desde el principio a llevar el peso del encuentro. Es un equipo que asume su falta de personalidad, muy dependiente de c¨®mo les d¨¦ el aire esa tarde a sus estrellas. Una tarde lluviosa ayer en Vila-real, muy h¨²meda, que no le sent¨® bien a los huesos de Ronaldo. Somnoliento como arranc¨® el partido, el brasile?o se durmi¨® donde no suele: dentro del ¨¢rea, delante del portero Reina, y tras un excelente pase de Owen, que hab¨ªa dejado atr¨¢s a tres defensores. Pero a Ronaldo, como a sus compa?eros, le falt¨® decisi¨®n y lleg¨® Venta para arrebatarle el bal¨®n.
Ubicado en la banda derecha, donde m¨¢s c¨®modo se le supone, Beckham tampoco aprovech¨® la ocasi¨®n para recuperar su evanescente reputaci¨®n. Dej¨® una falta al larguero, eso s¨ª, y despu¨¦s un piscinazo rid¨ªculo que fue pillado por el ¨¢rbitro. Nada m¨¢s. En este panorama desolador, s¨®lo Celades mantuvo cierto criterio en la primera parte para sacar el bal¨®n jugado como se debe, como varios buenos pases que originaron los mejores y escas¨ªsimos ataques madridistas.
Quien s¨ª dirigi¨® un ataque constante fue Riquelme, con la autoestima muy engordada tras su nuevo protagonismo en la selecci¨®n argentina. Transmiti¨® la sensaci¨®n de estar varios cuerpos por encima de todos los dem¨¢s. Ahora bien, subyugado como est¨¢ por el estilo de su estrella, el Villarreal quiso entrar tocando hasta la misma cocina. Y eso acab¨® pag¨¢ndolo. Le sobraron toques. E intentos de penetrar por el centro. Apenas se prodig¨® por los extremos. Y si bien la defensa madridista no es la m¨¢s segura de la Liga, tampoco iba a permitir ser burlada de manera tan escandalosa. Fracas¨® la apuesta de Pellegrini por Figueroa, reci¨¦n llegado del Cruz Azul mexicano, en detrimento de Forl¨¢n, que no hab¨ªa jugado el partido de UEFA, es decir, que ni siquiera estaba cansado. Un Figueroa lento y poco certero en el remate.
El Madrid increment¨® su inferioridad tras el descanso. Claudic¨® ante el emperador Riquelme, que actu¨® como si estuviera en el patio del colegio: con tiempo y espacio para recibir, girarse, pensar, elegir ... ya era el due?o absoluto del encuentro. Se dej¨® caer a la banda derecha y all¨ª entabl¨® conversaci¨®n con el menudo Cazorla, que estaba en la misma onda.
Despu¨¦s entr¨® otro pipiolo, H¨¦ctor Font, y achisp¨® todav¨ªa m¨¢s a los amarillos. Una vuelta de tuerca m¨¢s. M¨¢s presi¨®n a Casillas, que salv¨® varios disparos con sus reflejos de balonmanista. Pero el Villarreal sigui¨® pecando de manierismo, como dej¨® claro Sor¨ªn cuando intent¨® una rabona para centrar al ¨¢rea. Pifi¨¢ndola, por cierto. A este equipo le puede la est¨¦tica.
Garc¨ªa Rem¨®n retir¨® a Beckham y a Ronaldo en el minuto 64. Muy desganados ambos. Es como si el f¨²tbol haya dejado de ser un placer para ellos. El t¨¦cnico dio paso a Javi Garc¨ªa y Morientes, que tampoco solucionaron nada. La apat¨ªa de Morientes sugiri¨® su frustraci¨®n por el ostracismo en el que vive. Continu¨® el cuadro madridista sin dar dos pases seguidos y si el bal¨®n ca¨ªa en pies de Ra¨²l Bravo, peor. El Madrid acab¨® el partido como lo hab¨ªa comenzado: andando. Y rezando para que los delanteros del Villarreal siguieran tan negados ante el gol.
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