Ediciones Carena
La tercera tarde de s¨¢bado de cada mes, se re¨²ne en el Real C¨ªrculo Art¨ªstico de Barcelona la tertulia Di¨¢logos literarios. Asisten a ella sencillos aficionados a la literatura, escritores en ciernes e incluso algunos poetas con varios libros a cuestas. Todos leen sus textos, los discuten con camarader¨ªa po¨¦tica y, casi siempre, terminan la tarde comentando lo dif¨ªcil que es encontrar un editor que se interese en sus trabajos. Consciente de que libro sin editar, sin presentar y sin dedicar es un libro inexistente, Jos¨¦ Membrive, un poeta andaluz de ojos vivaces y asiduo de la tertulia, decidi¨® crear Ediciones Carena. Fue hace 10 a?os y empez¨® en el peque?o estudio que ten¨ªa en su piso. All¨ª, entre el llanto de su hijo y las quejas de la esposa por la presencia permanente de extra?os en la casa, empez¨® a editar una colecci¨®n de poes¨ªa que fue su primera locura editorial.
Ediciones Carena ayuda a dar salida a la multitud de expresiones humanas que no logran tener espacio en las p¨¢ginas de los diarios
Algunos eran buenos libros, otros lo eran menos, otros eran francamente malos, pero todos cumpl¨ªan con una hermosa cualidad: los escritores estaban orgullosos de haberlos escrito y acariciaban las solapas reci¨¦n salidas de imprenta como s¨®lo se puede acariciar la materializaci¨®n de un sue?o. Este car¨¢cter de f¨¢brica de ilusiones dio a Carena un relativo ¨¦xito y los amigos y conocidos de los poetas publicados empezaron a llevar m¨¢s libros de poes¨ªa, novelas que nadie hab¨ªa querido editar, libros de ensayo que tampoco entraban en los planes de las grandes casas editoras, libros juveniles que ya estaban a punto de morir, textos de autoayuda que no encontraban quien les diera una mano, textos escritos por inmigrantes que apenas dominaban el espa?ol, y hasta apareci¨® un importante cr¨ªtico de flamenco que convenci¨® al despistado editor para que se aventurara en una colecci¨®n de libros sobre cantaores y bailaores famosos.
Desde ese momento, con ediciones financiadas a medias entre editor y autor, y con m¨¢s voluntad de permanecer que de ganar dinero, Carena entr¨® en una especie de v¨¦rtigo editorial que le ha servido para editar algo m¨¢s de 100 t¨ªtulos, algunos de relativo ¨¦xito, pero la mayor¨ªa de ellos de muy dif¨ªcil difusi¨®n. Cada uno de estos textos, m¨¢s que producto de la sapiencia y habilidad, es resultado de la voluntad del autor y, en gran medida, producto del tes¨®n de Membrive. ?ste, no s¨®lo hace las veces de empresario y editor, sino de corrector de pruebas, transportista y presentador de la mayor¨ªa de textos que edita. Su trabajo muchas veces incluye la reescritura completa de alguno de los t¨ªtulos y suele alargarse d¨ªas, semanas y a?os despu¨¦s de las presentaciones porque es normal que Membrive deba dar largas y exhaustivas explicaciones a los autores que, despu¨¦s de las euforias iniciales, descubren que el ¨¦xito no siempre est¨¢ a la vuelta de la esquina o que deba dar consuelo e insuflar ¨¢nimos a aquellos que reaccionan con tristeza, l¨¢grimas o depresiones ante la cruel realidad.
Entrar en el despacho de la editorial, ver la foto perpleja de Antonio Machado que cuelga de una de las paredes, ver el caos de manuscritos en las estanter¨ªas, ver el escritorio de Membrive a punto de ser aplastado por cajas y cajas de libros que no terminan de encontrar lectores y ver el cuidadoso inter¨¦s de Pilar, su ¨²ltima asistente por que el trabajo sea lo m¨¢s perfecto posible, habla con claridad del trabajo y esfuerzo que se ha requerido para que Ediciones Carena siga funcionando despu¨¦s de 10 a?os.
O¨ªr a Membrive contar que cada vez que la editorial ha gozado de un m¨ªnimo de liquidez el dinero se ha desvanecido en apuestas editoriales que no cuajaron, o¨ªrle contar que siempre ha ca¨ªdo en manos de distribuidoras pirata a las que nunca a conseguido cobrarles ni un duro, que sus salarios como profesor de literatura en un instituto de L'Hospitalet son la mayor fuente de financiaci¨®n de la editorial y que, incluso, ha tenido problemas personales y crisis nerviosas por persistir en esta aventura, sirve para entender la obsesi¨®n de los seres humanos por la escritura como medio de comunicaci¨®n.
Nada m¨¢s intenso y lleno de afectuosidad y esperanza que las presentaciones de los libros de Editorial Carena. En la mesa, es corriente ver al editor, al autor y a alg¨²n personaje importante que ha decidido apoyar al aprendiz de literato. Escuchar a aquellos que s¨®lo tienen la ilusi¨®n o la honestidad para disertar, ver las caras orgullosas y satisfechas de los familiares y amigos que asisten al evento y ver los abrazos y las felicitaciones emocionadas que se intercambian siempre al final de los actos puede incluso hacerle recuperar a uno la fe en la cultura. Aunque es imposible saber si la vida ser¨ªa mejor y m¨¢s f¨¢cil si a¨²n se pudiera rimar como en tiempos de Quevedo, o si la muerte ser¨ªa m¨¢s llevadera si todo aquel que deseara escribir y dejar impresas sus memorias pudiera hacerlo, lo que s¨ª es posible es ver que Ediciones Carena ayuda a dar salida a la multitud de expresiones humanas que no logran tener espacio en las p¨¢ginas y en los suplementos culturales de los diarios.
Para comprobar cu¨¢n efervescentes y valiosas son estas inquietudes y para enterarse de cu¨¢nto empe?o se pone en sacarlas a la luz, s¨®lo hay que visitar uno de los sectores m¨¢s abandonados de la Zona Franca de Barcelona, buscar la calle de Sovelles, pasar bajo el r¨®tulo que dice Ediciones Carena y sentarse a charlar un rato con Jos¨¦ Membrive, editor.
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