Agentes del FBI fueron testigos de malos tratos en Guant¨¢namo

Durante un interrogatorio en la base militar estadounidense de Guant¨¢namo en el mes de Ramad¨¢n de 2002, la sargento Lacey acarici¨® a un detenido, luego le agarr¨® los test¨ªculos y le dobl¨® los pulgares, ante la mirada incr¨¦dula de un agente del FBI. ?se y otros tres incidentes en los que hubo uso de "t¨¢cticas agresivas" dieron motivo a una queja del FBI, primero verbalmente en enero de 2003 y, ante la aparente inacci¨®n de la c¨²pula militar de EE UU, este verano volvieron a presentar la queja por carta.

La misiva y una serie de correos electr¨®nicos que reflejan la tensi¨®n entre el FBI y el Pent¨¢gono sobre los m¨¦todos de interrogaci¨®n en Guant¨¢namo los ha obtenido la Uni¨®n de Libertades Civiles de Estados Unidos (ACLU) y la agencia Associated Press, a trav¨¦s de la Ley de Libertad de Informaci¨®n, que obliga al Gobierno a revelar documentos.

La sargento Lacey le agarr¨® los test¨ªculos a un detenido y le dobl¨® los pulgares

Los responsables de Guant¨¢namo afirmaron ayer que las advertencias del FBI no cayeron en saco roto y forman parte de una investigaci¨®n "m¨¢s amplia" sobre supuestos casos de abuso en la base norteamericana en Cuba. Fuentes allegadas a la investigaci¨®n se?alan que hay al menos 10 casos documentados de "abusos leves", entre ellos el de una interrogadora que se subi¨® al regazo de un preso y el de un guardia que le tir¨® una radio a uno que le escupi¨®.

En otro de los casos denunciados por el FBI, un agente vio a un detenido amordazado con cinta aislante y cuando pregunt¨® la raz¨®n le respondieron que era un castigo "por no querer callarse de recitar el Cor¨¢n". Ocurri¨® en el oto?o de 2002. Poco despu¨¦s tambi¨¦n observaron la "intimidaci¨®n agresiva" con un perro a un preso al que posteriormente aislaron y sometieron a luces intensas y acab¨® en un rinc¨®n de su celda, agachado y hablando solo.

Aparte de los incidentes de los que fueron directamente testigos los agentes del FBI, hubo otros referidos indirectamente por marines que les explicaron c¨®mo los presos adoptaban posturas fetales a modo de defensa cuando sent¨ªan dolor. Las causas del dolor no se especifican en la correspondencia.

Seg¨²n Thomas Harrington, experto en lucha antiterrorista del FBI, sus agentes recibieron garant¨ªas de los abogados del Pent¨¢gono de que "comunicar¨ªan a los jefes militares nuestras preocupaciones sobre las t¨¢cticas agresivas". Pero aparentemente no ocurri¨® as¨ª. En una carta fechada el 14 de julio y dirigida a Donald Ryder, el general que investiga los alegatos de abuso en las c¨¢rceles de Irak, Afganist¨¢n y Guant¨¢namo, Harrington se hace eco de las reiteradas advertencias del FBI a los interrogadores sobre la "ineficacia" de las t¨¢cticas agresivas.

La mayor¨ªa de los supuestos abusos se produjeron mientras el general Geoffrey D. Miller dirig¨ªa la base de Guant¨¢namo. Miller fue destinado a mediados del a?o pasado a supervisar las c¨¢rceles de Irak para sustituir a la general que hab¨ªa estado al mando de Abu Ghraib, y hace dos semanas fue trasladado a Washington como encargado de mantenimiento de instalaciones militares.

El actual encargado de Guant¨¢namo, el general Jay Hood, ha dicho que los interrogadores, militares o contratistas civiles implicados en los incidentes ya no est¨¢n en la base. Hood insiste en que a los cerca de 550 "combatientes enemigos" detenidos en Guant¨¢namo se les trata de acuerdo a la Convenci¨®n de Ginebra, que proh¨ªbe la humillaci¨®n y la tortura.