Cu¨¢nto ingresamos, c¨®mo gastamos
El debate sobre los presupuestos es el debate pol¨ªtico m¨¢s importante del a?o. El debate sobre el estado de la regi¨®n es, sin duda, m¨¢s vistoso, un ejercicio de esgrima pol¨ªtica, de oratoria parlamentaria. Un lugar donde presentar iniciativas y propuestas pol¨ªticas desde el Gobierno y la oposici¨®n. Pero es en el debate presupuestario donde se decide la asignaci¨®n de recursos. Donde se puede valorar la veracidad de los compromisos pol¨ªticos. Es arduo y farragoso enfrentarse a cientos de programas y miles de partidas presupuestarias, pero merece la pena aprender a leer los n¨²meros para valorar c¨®mo nos va a ir a los ciudadanos el a?o pr¨®ximo en temas muy importantes para nuestras vidas como la sanidad, la educaci¨®n, la vivienda, los servicios sociales, el empleo, la salud laboral.
Lo primero que podemos ver en ellos es que crecen por encima del coste de la vida. Estamos ante los segundos presupuestos elaborados por el Gobierno de Esperanza Aguirre. El presupuesto de la Administraci¨®n auton¨®mica y sus organismos aut¨®nomos crece un 9,04%. En t¨¦rminos reales, tras descontar el deflactor del producto interior bruto (un 3,2%) el crecimiento del presupuesto es de un 5,8%. Podemos hablar de unos presupuestos expansivos que pretenden gastar m¨¢s de lo que crece la econom¨ªa madrile?a.
Aqu¨ª se presenta un primer problema para todo Gobierno. Para gastar m¨¢s hay que ingresar m¨¢s, y eso s¨®lo se consigue haciendo crecer los impuestos, endeud¨¢ndose o vendiendo patrimonio. El Gobierno regional ha optado por aumentar la recaudaci¨®n v¨ªa impuestos. Hay dos maneras de hacerlo. Pagando m¨¢s impuestos directos, lo cual no es muy probable que lo haga un Gobierno que se autodenomina liberal, o pagando m¨¢s impuestos indirectos. Los impuestos directos son m¨¢s visibles y justos. Quien m¨¢s tiene m¨¢s paga. Los impuestos indirectos son menos visibles, los pagamos todos por igual cuando consumimos cualquier producto. Son m¨¢s injustos.
Pues bien, los ingresos por impuestos directos crecen un 5,7%; los indirectos, un 13,8%. Los impuestos directos pierden peso en los ingresos totales, suponiendo un 34,6% del total, mientras que los indirectos ganan peso, crecen un 13,8% y alcanzan el 53,53% del total de la recaudaci¨®n.
Ya sabemos de d¨®nde y c¨®mo vienen los mayores recursos que son necesarios para incrementar el gasto. Veamos ahora c¨®mo se gasta el dinero que todas y todos depositamos en las arcas p¨²blicas.
El gasto en personal crece un 8,11%. Es un crecimiento derivado del incremento de plazas al servicio de la Administraci¨®n p¨²blica regional. Pese a este crecimiento, el peso del gasto de personal baja tres d¨¦cimas con respecto al a?o anterior, pasando de un 35,52% del gasto total al 35,22%. Otro tanto ocurre con las inversiones reales que, creciendo un 9,92%, crecen sin embargo muy poco en el conjunto del presupuesto, pasando del 7,26% del total al 7,32%.
Si el personal y las inversiones reales no ganan peso en el presupuesto, hay que valorar cu¨¢les son los cap¨ªtulos que avanzan. En primer lugar, los gastos corrientes en bienes y servicios, que crecen un 11,6% y pasan a pesar un 18,8%; las subvenciones, que crecen un 11,53% y pesan el 5,8%, y las transferencias corrientes, que crecen un 8,65% y pesan ya un 27,3% del presupuesto.
Estos datos son los que nos permiten afirmar que crecen las pol¨ªticas orientadas a transferir recursos hacia el sector privado, comprando bienes y servicios, concedi¨¦ndoles la gesti¨®n de servicios p¨²blicos, o pagando inversiones que hacen otros. La inversi¨®n p¨²blica no recupera el peso que perdi¨® en presupuestos anteriores y eso significa que perdemos la oportunidad de actuar desde la Administraci¨®n p¨²blica para consolidar la actividad econ¨®mica y el empleo. La dotaci¨®n de equipamientos p¨²blicos para responder a nuevas y viejas necesidades sociales, sin duda, se resentir¨¢.
Un primer repaso al crecimiento del presupuesto, sus cap¨ªtulos de ingresos y de gastos nos permiten extraer algunas conclusiones. Estamos ante unos presupuestos expansivos, que crecen sobre el incremento de los impuestos indirectos, fiscalmente m¨¢s injustos y que van a gastar m¨¢s en transferir recursos hacia el sector privado que en incrementar el esfuerzo realizado con medios propios. Unos presupuestos, los segundos de Aguirre, m¨¢s privatizadores que los del a?o anterior. Unos presupuestos que, ya desde su estructura de ingresos y de gastos, dif¨ªcilmente van a poder hacer frente a los retos de fortalecer el sistema productivo generando m¨¢s empleo estable, atender a las dependencias de nuestros mayores, garantizar unos sistemas sanitario y educativo bien dotados o dar respuesta y soluciones al problema de la vivienda.
Estos presupuestos 2005 que superan los 17.000 millones pueden ser una oportunidad perdida para la Comunidad si no se abre camino a un di¨¢logo social y pol¨ªtico que permita una asignaci¨®n sensata de los recursos de todos en la soluci¨®n de los problemas de la ciudadan¨ªa madrile?a.
Francisco Javier L¨®pez Mart¨ªn es secretario general de CC OO-Madrid
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