Clases de ¨¢rabe sin ayuda p¨²blica

Santa Eul¨¤lia es uno de los barrios de L'Hospitalet de Llobregat (Barcelon¨¨s) donde el ¨ªndice de inmigraci¨®n es mayor, m¨¢s del 10% de la poblaci¨®n, pero pocas entidades se dedican a atender las necesidades de este colectivo. La Asociaci¨®n Cultural ?rabe de Educaci¨®n y Ense?anza ha conseguido una especie de milagro en el barrio. En un precario local de alquiler de apenas 80 metros cuadrados y con el material m¨ªnimo indispensable ha adecuado un colegio de ense?anza de la lengua ¨¢rabe al que acuden tres veces por semana cerca de un centenar de ni?os de origen marroqu¨ª que viven en el barrio. Pese a esta labor social y cultural, la entidad se siente "abandonada" por la Administraci¨®n, a la que pide un nuevo local, material y profesores para impartir clases de castellano.

"Estamos haciendo este trabajo de ense?anza como un paso cultural hacia la integraci¨®n y la convivencia", asegura Abdeslam Sabban, presidente de la asociaci¨®n, que abri¨® sus puertas hace cuatro a?os en la calle de Cultura. La entidad se encuentra a escasos metros de la iglesia rom¨¢nica de Santa Eulalia de M¨¦rida, un s¨ªmbolo cristiano distintivo de la ciudad de L'Hospitalet.

Con el objetivo de preservar la propia cultura ¨¢rabe, para que los centenares de inmigrantes que viven en el barrio no olviden su origen y su lengua materna, y para solventar el vac¨ªo de este tipo de ense?anza en la educaci¨®n reglada, el peque?o local de la calle de Cultura abre sus puertas todos los d¨ªas de la semana para acoger a los ni?os marroqu¨ªes. "Muchos de los ni?os que vienen a nuestro local pasan la mayor parte del d¨ªa en el colegio sin posibilidad de hablar y practicar en su lengua materna. En el tiempo de vacaciones, cuando vuelven a sus pa¨ªses de origen tienen verdaderos problemas para comunicarse con sus familiares", asegura Sabban.

Este inmigrante ha conseguido un verdadero milagro en el barrio teniendo en cuenta el escaso material con el que contaba para iniciar su modesto proyecto, que se ha convertido en un ejemplo de tenacidad y constancia. El alquiler del local cuesta 488 euros al mes y los padres, s¨®lo los que pueden, pagan una cuota simb¨®lica de 10 euros que sirve para pagar el agua, la electricidad, el tel¨¦fono y la conexi¨®n a Internet, as¨ª como los honorarios de los profesores de ¨¢rabe. El propio Abdeslam se hizo con pupitres y sillas abandonadas por un colegio barcelon¨¦s que cerr¨® sus puertas y compr¨® a bajo precio cuatro ordenadores de segunda mano con los que muchos ni?os pueden hacer sus deberes del instituto. "Aqu¨ª los ni?os disfrutan de un material que no encuentran en sus propias casas".

Adem¨¢s de las clases de ¨¢rabe que unos 90 ni?os reciben en las instalaciones, ¨¦stas se utilizan como centro polivalente: como escuela de ¨¢rabe para adultos, peque?o club deportivo con seis equipos jugando en la actualidad en la liga escolar, biblioteca, sala de ordenadores y una asesor¨ªa que ha servido para la regularizaci¨®n de permisos de conducci¨®n y residencia de unos 200 ciudadanos.

Pese a esta importante actividad de integraci¨®n ciudadana, el presidente de la asociaci¨®n asegura que la entidad "est¨¢ discriminada y abandonada por la Administraci¨®n p¨²blica". Sabban realiza esta cr¨ªtica pocos d¨ªas despu¨¦s de la firma de un convenio de colaboraci¨®n del Ayuntamiento de L'Hospitalet con tres entidades no ¨¢rabes que prestan el servicio de acogida a la nueva ciudadan¨ªa: la Asociaci¨®n Solidaria La Llumeneta, la Asociaci¨®n Cultural Tretze y la Fundaci¨®n Akwaba. El acuerdo recoge que las tres entidades ser¨¢n el punto de referencia para acoger a los reci¨¦n llegados a la ciudad. El Ayuntamiento, por su parte, dar¨¢ a ¨¦stas una subvenci¨®n para realizar actividades que promuevan la integraci¨®n social del colectivo como complemento del trabajo de los servicios sociales.

El presidente de la asociaci¨®n cultural ¨¢rabe dice que por la actividad que ¨¦sta desarrolla merece entrar en el convenio y recibir una subvenci¨®n que le ayudar¨ªa a abrir nuevos locales y atender a m¨¢s ni?os. "S¨®lo nosotros, los inmigrantes, conocemos las necesidades verdaderas del colectivo. Necesitamos material escolar para los ni?os, como mesas y sillas, y un profesor para dar clases de castellano que hemos pedido al Ayuntamiento, pero no hemos recibido respuesta", dice Sabban.