Juan Mari Bandr¨¦s y los derechos humanos
San Sebasti¨¢n ten¨ªa pendiente un gesto de reconocimiento a uno de sus ciudadanos m¨¢s comprometidos a lo largo de su trayectoria pol¨ªtica con la defensa de los Derechos Humanos: Juan Mar¨ªa Bandr¨¦s. Por eso, el Ayuntamiento de San Sebasti¨¢n, con el apoyo de todos los grupos municipales, ha decidido este a?o conmemorar el D¨ªa Internacional de los Derechos Humanos, que se celebra el 10 de diciembre, tribut¨¢ndole, en nombre de la ciudadan¨ªa donostiarra, un merecido homenaje.
Juan Mar¨ªa Bandr¨¦s se ha dedicado en cuerpo y alma a una causa, a un compromiso pol¨ªtico y ¨¦tico: los derechos de la persona, la libertad del ser humano y el combate contra la explotaci¨®n y el sufrimiento de los pueblos del Sur. Y lo ha hecho por encima de siglas, intereses partidistas, y muchas veces en soledad.
Paz, libertad, dignidad humana y justicia son t¨¦rminos que se escriben en letras may¨²sculas en el diccionario de la trayectoria personal, pol¨ªtica y profesional de Juan Mar¨ªa Bandr¨¦s. Constituyen la base de su trabajo y su apuesta personal, de una vida dedicada desde diversas tribunas y ¨¢mbitos (fundador de Euskadiko Ezkerra, diputado en el Congreso, senador, europarlamentario,...) a la lucha c¨ªvica a favor de la convivencia en paz, respeto y libertad de personas y pueblos. Bandr¨¦s es un ejemplo de luchador por la libertad del pueblo vasco y a la vez por otros pueblos del mundo, por los que luch¨® con igual entrega.
Su voz no se call¨® denunciando la dictadura y la represi¨®n franquista. Tampoco al rechazar, sin tibiezas ni justificaciones, la violencia y los atentados de ETA, restaurado ya el sistema democr¨¢tico, o la pr¨¢ctica de la tortura que dejaba al desnudo las verg¨¹enzas del naciente Estado de Derecho.
Bandr¨¦s, que siempre ha sido un hombre de ideas, convencido pacifista, mantuvo la posici¨®n, tras la llegada de la democracia, de que la violencia terrorista destruye la convivencia, anula la libertad, genera odios y divisiones de dif¨ªcil curaci¨®n y atenta contra los derechos fundamentales de las personas, deslegitimando la defensa en su nombre de cualquier causa pol¨ªtica.
Tras luchar contra la dictadura, y dentro de un per¨ªodo pol¨ªtico de gran inestabilidad, se produjo su decisiva contribuci¨®n a la desaparici¨®n de ETA Pol¨ªtico-Militar y su implicaci¨®n en las posteriores negociaciones para la reinserci¨®n de presos. Estas y otras aportaciones de Bandr¨¦s al desarrollo democr¨¢tico de la sociedad vasca y espa?ola testimonian su inequ¨ªvoca actitud de entrega a la democracia, desde la coherencia personal y sin concesiones en todo momento y coyuntura pol¨ªtica.
Su compromiso c¨ªvico a favor de los Derechos Humanos, especialmente para las minor¨ªas y los ciudadanos y pueblos m¨¢s desfavorecidos, no ha tenido m¨¢s fronteras que su capacidad y entusiasmo. Su trabajo y dedicaci¨®n en la defensa de la causa de los refugiados (Sahara, Bosnia, Mozambique,...) desde la Comisi¨®n Espa?ola de Ayuda al Refugiado (CEAR), hacen tambi¨¦n de ¨¦l un referente imprescindible para los que trabajan por la otra globalizaci¨®n, la de la solidaridad, el desarrollo de la democracia y el bienestar de los pueblos m¨¢s pobres.
Hoy, que vivimos tiempos en los que podemos llegar a sentirnos hu¨¦rfanos de representantes pol¨ªticos con ideas frescas, de personalidades capaces de articular un discurso pedag¨®gico despegado de los intereses del poder y la alta pol¨ªtica, nos viene a la memoria la figura de Juan Mar¨ªa Bandr¨¦s como un referente c¨ªvico para los vascos y un modelo de comportamiento pol¨ªtico respetado en toda Espa?a. Un ejemplo a seguir por quienes desean realmente construir la paz y un mundo m¨¢s justo.
Una confesi¨®n final. Yo siempre me qued¨¦ con las ganas de votar a Juan Mari y, tras largos a?os de trabajo desde el interior del PSE para lograr la refundaci¨®n con EE, llegaron los momentos m¨¢s ingratos y las situaciones pol¨ªticas m¨¢s adversas, que, primero, debilitaron y luego congelaron aquel proyecto de fusi¨®n entre vascos. Pero a¨²n mantenemos las fuerzas y la ambici¨®n para recuperar aquel esp¨ªritu.
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