El PP 'sienta' a Zapatero en el banquillo
La oposici¨®n quiere hacer un juicio sobre c¨®mo los socialistas ganaron las elecciones del 14-M
El presidente del Gobierno, Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero, en lo que ser¨¢ la primera comparecencia de un jefe del Ejecutivo espa?ol ante una comisi¨®n de investigaci¨®n parlamentaria desde la transici¨®n pol¨ªtica, explicar¨¢ hoy en la comisi¨®n del 11-M que a pesar de haber alcanzado la convicci¨®n, en la noche del 11 de marzo, de que la masacre hab¨ªa sido perpetrada por un comando terrorista islamista, mantuvo al PSOE en la orientaci¨®n de no cuestionar frontalmente la informaci¨®n y datos que proporcionaba el Gobierno de Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, exhort¨¢ndole a ofrecer con diligencia los datos disponibles. Rodr¨ªguez Zapatero intentar¨¢ deshacer la t¨¢ctica del Partido Popular de convertir su comparecencia en un banquillo sobre el presunto beneficio que los socialistas obtuvieron del atentado del 11-M y superar la crispaci¨®n que caracteriz¨® la declaraci¨®n de su antecesor, Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, el pasado 29 de noviembre, mediante una oferta de pacto de Estado contra el terrorismo islamista. Una idea que deber¨ªa, seg¨²n los socialistas, recogerse en las conclusiones de los trabajos de la Comisi¨®n del 11-M.
A las 20.00 del d¨ªa 11, Zapatero percibi¨® un cambio en el tono de voz y actitud de Aznar
El l¨ªder del PSOE habl¨® con Aznar desde el hospital donde visitaba a las v¨ªctimas
Zarzalejos y Rubalcaba mantuvieron una partida de pimp¨®n verbal en la medianoche del jueves
Rajoy declar¨® tener "la convicci¨®n moral" de que la autora del atentado era ETA
Avanzada la tarde del jueves 11 de marzo, el secretario general del PSOE, Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero, visit¨® a heridos y familiares de los atentados en las estaciones de trenes de El Pozo, Santa Eugenia y Atocha, en el hospital madrile?o Gregorio Mara?¨®n. All¨ª, junto al secretario general del Partido Socialista de Madrid (PSM), Rafael Simancas, tambi¨¦n habl¨® con los m¨¦dicos. Rodr¨ªguez Zapatero abandon¨® el hospital no sin antes conversar con el presidente del Gobierno, Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, que le estaba llamando. All¨ª, en una sala, el dirigente socialista escuch¨® de labios de Aznar que se hab¨ªa hallado una furgoneta en Alcal¨¢ de Henares y que en ella se encontraron siete detonadores y una cinta con versos cor¨¢nicos, una informaci¨®n que el ministro del Interior, ?ngel Acebes, se aprestaba a anunciar p¨²blicamente. Hac¨ªa aproximadamente 12 horas que Rodr¨ªguez Zapatero hab¨ªa recibido la primera llamada telef¨®nica de Aznar, poco despu¨¦s de los atentados, de modo que el l¨ªder socialista estaba en condiciones de intuir el recorrido que hab¨ªa hecho el estado de ¨¢nimo del presidente del Gobierno durante la jornada.
Esa ma?ana, muy temprano, Aznar explic¨® a Rodr¨ªguez Zapatero que los autores de la matanza eran comandos de la banda terrorista ETA y le inform¨®, acto seguido, que hab¨ªa resuelto convocar manifestaciones en todo el pa¨ªs para las siete de la tarde del viernes 12 de marzo. Rodr¨ªguez Zapatero balbuce¨® algo en relaci¨®n con la convocatoria. No le dijo con brutalidad lo que pensaba ?Qu¨¦ era? Que deb¨ªan ser todos los partidos pol¨ªticos quienes deb¨ªan convocar las movilizaciones, habida cuenta de que se trataba de evitar cualquier sombra de duda sobre la utilizaci¨®n electoralista de los atentados, a tres d¨ªas de las elecciones del 14-M.
En esos momentos, Rodr¨ªguez Zapatero era consciente de que deb¨ªa andarse con cuidado. Ya sab¨ªa c¨®mo se las gastaba Aznar, sobre todo al utilizar contra el PSOE, hac¨ªa pocas semanas, una informaci¨®n del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) que le hab¨ªa proporcionado el entonces director, Jorge Dezcallar, en relaci¨®n a una reuni¨®n entre el flamante conseller en cap del Gobierno de la Generalitat de Catalu?a, Josep Llu¨ªs Carod Rovira, y dirigentes de ETA, a primeros de enero de 2004. Al ver cierto tono cr¨ªtico en Rodr¨ªguez Zapatero acerca de la convocatoria de las movilizaciones, Aznar no pudo reprimir su rudeza. Le dijo algo as¨ª como que si los socialistas quer¨ªan, pod¨ªan acudir. Rodr¨ªguez Zapatero, teniendo en cuenta las declaraciones del lehendakari, Juan Jos¨¦ Ibarretxe, culpando a ETA, y lo que le hab¨ªa trasmitido Aznar por tel¨¦fono, hizo una declaraci¨®n p¨²blica se?alando la autor¨ªa de ETA.
Cuando Aznar compareci¨®, pasadas las 14.30 del jueves 11, acus¨® a la banda terrorista, pero omiti¨® referirse a ETA directamente. No fueron pocos los corresponsales extranjeros que pidieron explicaciones en La Moncloa. La respuesta fue: Aznar no suele proferir la palabra ETA; es una costumbre arraigada. Esta versi¨®n lleg¨® a la sede socialista de Ferraz, lo que llev¨® a consultar la hemeroteca para aclarar el dilema. Una de las informaciones m¨¢s recientes, la que hac¨ªa referencia a declaraciones de Aznar sobre la reuni¨®n de Carod Rovira con dirigentes de ETA, estaba repleta de alusiones a la banda terrorista. Los dirigentes socialistas concluyeron que por razones de costumbre, Aznar pod¨ªa haber citado a ETA. Sin embargo, no se explicaban por qu¨¦ el presidente del Gobierno aseguraba en privado que la responsabilidad era de ETA y se hab¨ªa negado a hacerlo en su primera comparecencia despu¨¦s de los atentados.
Doce horas despu¨¦s, pasadas las 20.00 del jueves 11, Rodr¨ªguez Zapatero escuch¨® al otro lado del tel¨¦fono a otro Aznar. Tras informarle del hallazgo de la furgoneta, el presidente insisti¨® en la autor¨ªa de ETA. Pero Rodr¨ªguez Zapatero crey¨® percibir un cambio notable en la voz y en la actitud de Aznar. Era, a sus o¨ªdos, otra persona. Rodr¨ªguez Zapatero crey¨® confirmar que lo que hab¨ªa sido una mera hip¨®tesis voluntarista, basada en conjeturas y antecedentes incoherentes -la autor¨ªa de ETA- se hab¨ªa venido abajo. Y que los autores del atentado proced¨ªan de otras latitudes, o "desiertos y monta?as no lejanos", que dice ahora Aznar... Del terrorismo islamista. Ll¨¢mese Al Qaeda o cualquier otra sigla.
Fue esa llamada de Aznar, la que arraig¨® en Rodr¨ªguez Zapatero la convicci¨®n, basada ahora en los indicios hallados en la furgoneta, de que ETA no hab¨ªa sido la responsable del 11-M.
Una de las razones por las que Rodr¨ªguez Zapatero se hab¨ªa juramentado a actuar con cautela ten¨ªa que ver, entre otras cosas, con un cruce de acusaciones que ya hab¨ªa protagonizado con Aznar durante la campa?a de las elecciones auton¨®micas y municipales del 25 de mayo de 2003, cuando a ra¨ªz de los atentados en la Casa Espa?a de Casablanca (Marruecos), el l¨ªder socialista acus¨® al Gobierno del PP de "poner a Espa?a en la lista del terrorismo internacional" con su apoyo entusiasta a la invasi¨®n y la guerra de Irak. En cierto modo, seg¨²n alguno de sus colaboradores, Rodr¨ªguez Zapatero no consideraba que esa intervenci¨®n hab¨ªa sido del todo feliz.
El hecho es que a la luz de los nuevos datos, y como guinda la impresi¨®n causada por la llamada de Aznar la noche del d¨ªa 11, Rodr¨ªguez Zapatero y sus m¨¢ximos colaboradores, Alfredo P¨¦rez Rubalcaba y Jos¨¦ Blanco, creyeron que era necesario hablar con el Gobierno, antes de hacer una declaraci¨®n p¨²blica. Zapatero conoc¨ªa el rumor de que hab¨ªan sido hallados restos de un kamikaze entre los escombros de la masacre y lo coment¨® con el director de un diario que luego hizo p¨²blica la conversaci¨®n.
Esa noche, Jos¨¦ Blanco habl¨® por tel¨¦fono con Gabriel Elorriaga, coordinador de la campa?a electoral del candidato del PP, Mariano Rajoy. Le explic¨® que los datos apuntaban al terrorismo islamista y que el Gobierno estaba retrasando informaci¨®n. Elorriaga insisti¨® en ETA, pero, al parecer por agotamiento de la bater¨ªa de su tel¨¦fono m¨®vil, la comunicaci¨®n se cort¨®.
Un rato m¨¢s tarde, sobre la medianoche, el secretario general de Presidencia del Gobierno, Javier Zarzalejos, llam¨® a Alfredo P¨¦rez Rubalcaba. ?Ten¨ªa que ver con la conversaci¨®n interrumpida entre Elorriaga y Blanco? El hecho es que la iniciativa fue de Zarzalejos. Ambos mantuvieron una partida de ping pong verbal durante unos 30 minutos. Zarzalejos explic¨® los antecedentes que apoyaban la hip¨®tesis de ETA y minusvalor¨® los hallazgos en la furgoneta de Alcal¨¢ de Henares, mientras Rubalcaba sosten¨ªa que la autor¨ªa era del terrorismo islamista.
La ma?ana siguiente, Jos¨¦ Blanco resolvi¨® que era necesario dar un toque de atenci¨®n p¨²blico al Gobierno, una iniciativa que P¨¦rez Rubalcaba, seg¨²n fuentes informadas, consider¨®, como m¨ªnimo, algo prematura. Pero Blanco sigui¨® adelante. En declaraciones a Antena 3 TV, el secretario de Organizaci¨®n del PSOE revel¨® que su partido ten¨ªa "sospechas de que el Gobierno est¨¢ retrasando la informaci¨®n" sobre la autor¨ªa de los atentados, y urgi¨® al Ejecutivo a transmitir con celeridad los datos sobre los autores. "La gente no puede acudir a las urnas bajo la duda y bajo la sospecha", dijo. Pero Blanco fue un paso m¨¢s adelante. "Hay sospechas fundadas de la implicaci¨®n del terrorismo internacional", precis¨®.
Pero las afirmaciones de Blanco no fueron un rayo en cielo sereno. En paralelo, Rodr¨ªguez Zapatero, a la luz de su propia intuici¨®n tras la conversaci¨®n con Aznar en la v¨ªspera y los datos existentes, decidi¨® tambi¨¦n dar un toque al Ejecutivo. En una conferencia de prensa, el l¨ªder socialista pidi¨® al Gobierno que informara con "la mayor diligencia posible" de todo lo relacionado con los atentados. Tambi¨¦n, dado el curso de los acontecimientos, se consider¨® liberado para hacer una matizaci¨®n pol¨ªtico sobre la conducta del Gabinete. "Si yo hubiese sido presidente del Gobierno, ayer hubiera reunido a los partidos para, entre otras cuestiones, hacer una declaraci¨®n conjunta de unidad". Y a?adi¨®: "Quiz¨¢s hubiese sido tambi¨¦n conveniente una reuni¨®n de la comisi¨®n de seguimiento del Pacto Antiterrorista, pero no quiero hacer de esto una cuesti¨®n para criticar", agreg¨®.
Tras hablar con Aznar en la ma?ana del jueves 11, el ex presidente de la Generalitat Jordi Pujol dijo a sus colaboradores que ¨¦ste hab¨ªa convocado por su cuenta un "acto electoral" para el d¨ªa siguiente, sin contar con nadie m¨¢s, con una pancarta donde la alusi¨®n a ETA figuraba junto a otra sobre la defensa de la Constituci¨®n. Pero la manifestaci¨®n tuvo un sesgo antigubernamental. Las expresiones m¨¢s coreadas fueron "?qui¨¦n ha sido?" y "?d¨ªgannos qui¨¦n ha sido!".
El d¨ªa 13, jornada de reflexi¨®n, los dirigentes socialistas observaron at¨®nitos un grave error del PP. Rajoy declar¨® "tener la convicci¨®n moral de que ETA" era la autora de la masacre. Pero, a la vez, se pon¨ªa la venda antes de la herida. "Tengo la firme convicci¨®n de que los asesinos no decidir¨¢n sobre la opini¨®n de los espa?oles ni sobre cu¨¢l es el partido en el que m¨¢s conf¨ªan", dijo. Rajoy ya ten¨ªa serias presunciones de que el atentado pod¨ªa ser de origen islamista.
A medida que las pruebas contra el terrorismo isl¨¢mico, la tarde del s¨¢bado 13, se hicieron m¨¢s evidentes, las bases de los partidos que hab¨ªan protagonizado las grandes movilizaciones contra la guerra de Irak salieron a la calle y se manifestaron frente a las sedes del PP. El PSOE no convoc¨® esas concentraciones.
Por la noche, Rajoy denunci¨® la situaci¨®n. Rubalcaba, tras convenir con Zapatero la necesidad de responder, dio una conferencia de prensa en la que dijo: "Los espa?oles merecen un Gobierno que no les mienta, un Gobierno que les diga siempre la verdad".
A la luz de la estrategia actual del PP, aquella advertencia de Rajoy la noche del s¨¢bado 13, seg¨²n la cual los asesinos no decidir¨ªan "sobre la opini¨®n de los espa?oles ni sobre cu¨¢l es el partido en el que m¨¢s conf¨ªan", se resolvi¨® en sentido contrario. Aznar, Rajoy, Acebes y Eduardo Zaplana sostienen ahora que "los asesinos decidieron sobre la opini¨®n de los espa?oles y sobre cu¨¢l es el partido en el que m¨¢s conf¨ªan". Un hombre tan alejado como Richard Armitage, subsecretario de Estado norteamericano, el brazo derecho de Colin Powell, desestim¨® esta justificaci¨®n de derrota la semana siguiente a los atentados, cuando declar¨® en Washington que el PP hab¨ªa perdido las elecciones por su mala gesti¨®n de la informaci¨®n sobre los atentados del 11-M.
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