'Porca mis¨¨ria'. Cultura e investigaci¨®n en Catalu?a

El d¨ªa 25 de noviembre, TV-3 inaugur¨® una nueva serie: Porca mis¨¨ria. La coprotagonista es una joven y activa investigadora de la biorregi¨®n catalana. La fren¨¦tica actividad del d¨ªa a d¨ªa en el laboratorio absorbe buena parte de sus energ¨ªas. Su no menos apurado compa?ero trabaja en el sector de la comunicaci¨®n. No deja de ser sintom¨¢tico que ambos se incardinen plenamente en actividades propias de la sociedad posindustrial -investigaci¨®n y comunicaci¨®n- y que los guionistas hayan buscado protagonistas congruentes con una sociedad del conocimiento que va dejando atr¨¢s los t¨®picos industriales. M¨¢s all¨¢ de aciertos y desaciertos, en la tipificaci¨®n de los personajes, ello supone un giro copernicano. Hasta ahora ninguna serie, culebr¨®n o s¨ªmil producido en el entorno televisivo catal¨¢n hab¨ªa estereotipado la figura de investigadores o investigadoras. Durante centenares de episodios telenovelados hemos visto desfilar todo tipo de respetables personajes: lampistas, divorciados, curas, madres solteras, tenderos, inmigrantes, peluqueras, discapacitados, homosexuales, roqueros, tenderos, mossos d'Esquadra, m¨²sicos, etc¨¦tera. Pero jam¨¢s hab¨ªan aparecido investigadores. El cient¨ªfico era algo extra?o, socialmente ignorado y tan poco valorado que ni siquiera ten¨ªa rango suficiente para aparecer en los coloristas seriales televisivos.

De entrada, hay que felicitarse por esta novedosa propuesta. El factor cient¨ªfico se abre paso, se revela cotidiano, y ello significa, en definitiva, y por extra?o que parezca, un reconocimiento social; a fin de cuentas lo que no sale en televisi¨®n no existe. Esperemos que la iniciativa se multiplique y que la investigaci¨®n y la innovaci¨®n cobren presencia sistem¨¢tica en los medios de comunicaci¨®n de masas y que tal casu¨ªstica pueda contribuir a un cambio cultural de la sociedad catalana. Deseamos y esperamos, pues, que Porca mis¨¨ria responda o sea un s¨ªntoma de evoluci¨®n de actitudes mentales respecto a la ciencia y la tecnolog¨ªa.

Un entorno social que valore y promocione la investigaci¨®n es indispensable para que ¨¦sta pueda prosperar. El desarrollo tecno-cient¨ªfico en Catalu?a, vital para mantenerse en la carrera de la competencia y la competitividad, va a tener que enfrentarse, a corto y medio plazo, a retos que dif¨ªcilmente van a poder superarse sin la complicidad de la opini¨®n p¨²blica.

Una ciudadan¨ªa que d¨¦ apoyo, sin fisuras, a la actividad de nuestros cient¨ªficos puede y debe convertirse en palanca de progreso que haga saltar lastres e inercias del pasado para responder a las demandas emergentes de la sociedad posindustrial.

En teor¨ªa, y sobre el papel, las m¨¢s diversas opiniones empiezan a reconocer que las actividades de investigaci¨®n e innovaci¨®n, m¨¢s all¨¢ de sus valores universalistas y humanistas, van a convertirse en uno de los principales motores de la actividad econ¨®mica del siglo XXI. Sin investigaci¨®n no hay futuro, y menos en Catalu?a. Pero la teor¨ªa no se corresponde con la pr¨¢ctica, y nuestro presente se caracteriza por una realidad dispar: buena parte de nuestras empresas no desarrollan investigaci¨®n, ni innovaci¨®n, ni emplean a investigadores para optimizar sus actividades. A su vez, un sector significativo de nuestros universitarios muestra un cierto desd¨¦n frente a todo aquello que signifique colaboraci¨®n con empresas. Las administraciones, hasta el momento, tampoco han apostado abiertamente por la promoci¨®n de la investigaci¨®n. Por otra parte, amplios sectores ciudadanos miran con desconfianza actividades cient¨ªficas que imaginan al servicio de finalidades espurias. La sociedad catalana, tan generosa con las m¨¢s diversas concepciones y realidades culturales, ignora y menosprecia la cultura cient¨ªfica, la m¨¢s universal de las culturas, y sus inherentes valores humanistas. Tal evidencia emp¨ªrica es f¨¢cilmente constatable: un sector significativo de nuestros j¨®venes investigadores est¨¢n empantanados, lamentablemente, en las aut¨¦nticas fronteras de Porca mis¨¨ria.

Para avanzar necesitamos un salto cualitativo y cuantitativo en investigaci¨®n e innovaci¨®n. Todas las variables pueden contribuir al cambio, entre las principales, una pol¨ªtica razonable por parte de las administraciones, una mayor sensibilidad y compromiso empresarial y m¨¢s proactividad por parte de las universidades. Sin embargo, la actitud de la ciudadan¨ªa, de la opini¨®n p¨²blica, va a ser determinante. El salto adelante s¨®lo va a ser posible si se genera una cultura ciudadana que d¨¦ valor a la investigaci¨®n, la ciencia y la praxis emprendedora.

El futuro de nuestro sistema tecno-cient¨ªfico no s¨®lo se decide en laboratorios, rectorados o despachos de la Administraci¨®n. Se va a decidir tambi¨¦n en la televisi¨®n, la radio, los peri¨®dicos y los centros educativos. Un tir¨®n significativo en investigaci¨®n s¨®lo va ser posible con una sociedad sensibilizada que lo empuje.

Los desaf¨ªos a los cuales va a tener que enfrentarse la sociedad catalana en cuanto a desarrollo tecno-cient¨ªfico y econ¨®mico son complejos. La necesidad de un pacto cultural por la ciencia y la innovaci¨®n, impl¨ªcito y expl¨ªcito, que implique a todo tipo de agentes sociales, pol¨ªticos, econ¨®micos y educativos parece indispensable para poder ganar el futuro.

Francesc Xavier Hern¨¢ndez es director general de Investigaci¨®n de la Generalitat de Catalu?a.