La lacra de la inflaci¨®n
El IPC de noviembre nos dio esta semana una noticia positiva, confirmando las previsiones y el avance que el INE hizo a finales del mes pasado: la inflaci¨®n se redujo una d¨¦cima, hasta el 3,5%. Ahora bien, esto no quiere decir que la tendencia de la misma se oriente a la baja, pues la reducci¨®n se debi¨® a un factor extremadamente vol¨¢til ¨²ltimamente, la bajada de los precios de los combustibles y carburantes, gracias a la menor cotizaci¨®n del petr¨®leo y a la apreciaci¨®n del euro. Si tomamos el indicador de la inflaci¨®n subyacente, ¨¦sta se mantiene estable en el 2,9% por cuarto mes consecutivo.
Ambas tasas -la del IPC total y la subyacente- pueden parecer bajas en s¨ª mismas, pero no lo son si tenemos en cuenta algunos datos de referencia. En primer lugar, el diferencial con la zona del euro sigue aumentando, situ¨¢ndose este mes en 1,3 puntos porcentuales, lo que acent¨²a el problema de p¨¦rdida de competitividad que venimos arrastrando sin que nadie lo remedie desde hace a?os. En segundo lugar, la econom¨ªa crece por debajo de su ritmo tendencial de largo plazo desde 2001, lo que significa que, al menos te¨®ricamente, hay capacidad productiva sin utilizar, lo que debiera traducirse en una moderaci¨®n de los precios. Aquella situaci¨®n, tan publicitada en su d¨ªa como virtuosa, de que el crecimiento real de la econom¨ªa superaba a la inflaci¨®n hace ya tiempo que dej¨® de producirse. Por ¨²ltimo, los precios de las importaciones vienen reduci¨¦ndose desde 2001, debido a la competencia internacional y a la apreciaci¨®n del euro. Gracias a ello, la inflaci¨®n del IPC, que incluye obviamente los bienes y servicios importados, est¨¢ s¨®lo en el 3,5%, pues si se toma el deflactor del PIB -m¨¢s significativo que el IPC para medir la inflaci¨®n generada por la propia econom¨ªa, al no incluir los precios de las importaciones-, estamos en el 4%. Por tomar un punto de referencia, la econom¨ªa de Estados Unidos crecer¨¢ este a?o en torno al 4,5% en t¨¦rminos reales y el deflactor del PIB se situar¨¢ ligeramente por encima del 2%.
Las empresas aumentan sus precios en el mercado interior muy por encima del objetivo de inflaci¨®n
Los gr¨¢ficos adjuntos nos dan m¨¢s informaci¨®n acerca del proceso inflacionista de la econom¨ªa espa?ola. El PIB, es decir, la producci¨®n nacional, podemos descomponerlo entre los bienes y servicios que se destinan a la exportaci¨®n y los que se destinan al mercado interno (gr¨¢fico central). Pues bien, los precios de las exportaciones, que est¨¢n sometidos a la dura competencia internacional, crecen muy moderadamente -menos del 1% en media en los tres ¨²ltimos a?os-, mientras que los precios de los bienes y servicios destinados al mercado interno (de consumo y de inversi¨®n) lo hacen al 5,5%. En el gr¨¢fico derecho, el deflactor del PIB se descompone por factores de coste. Vemos que los costes laborales por unidad producida vienen creciendo constantemente por debajo de los precios (deflactor del PIB), mientras que el excedente bruto por unidad producida lo hace notablemente por encima, con un breve par¨¦ntesis en 2003. Lo que nos cuentan estos gr¨¢ficos es que las empresas espa?olas est¨¢n aumentando los precios de los bienes y servicios destinados al mercado dom¨¦stico muy por encima de lo que constituye el objetivo de inflaci¨®n de las autoridades monetarias, y tambi¨¦n por encima del aumento de los costes laborales. Esto s¨®lo es posible si hay un exceso de demanda y/o los mercados no son transparentes ni competitivos. Ambas cosas se producen en Espa?a, y a atajar estos problemas debieran dedicarse los responsables pol¨ªticos.
?ngel Laborda es director de coyuntura de la Fundaci¨®n de las Cajas de Ahorros (FUNCAS).
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