Una juez cierra una muestra en Buenos Aires por ofensas a los cat¨®licos
La muestra retrospectiva del artista pl¨¢stico argentino Le¨®n Ferrari, de 84 a?os, que se inaugur¨® el pasado 30 de noviembre en la sala Cronopios del Centro Cultural Recoleta del barrio norte de Buenos Aires y que deb¨ªa permanecer abierta al p¨²blico hasta fines de febrero, fue clausurada el pasado viernes por orden de la jueza Elena Liberatori, que respondi¨® a la demanda presentada por la Asociaci¨®n Cristo Sacerdote, una organizaci¨®n ultra cat¨®lica. Hasta entonces la exposici¨®n Le¨®n Ferrari 1954-2004, en la que se exhib¨ªan unas 400 de las obras m¨¢s representativas de uno de los artistas m¨¢s reconocidos del pa¨ªs, hab¨ªa sido visitada por unas 30.000 personas.
Le¨®n Ferrari, hijo de un arquitecto y pintor italiano, es un artista con reconocimiento internacional que ya en los a?os sesenta sufri¨® la censura y en los setenta padeci¨® una persecuci¨®n que le llev¨® al exilio. Uno de sus hijos fue secuestrado durante la dictadura militar y contin¨²a desaparecido. El MOMA de Nueva York y el Reina Sof¨ªa de Madrid, entre otros museos, cuentan con obra suya. La cr¨ªtica feroz a los iconos que la Iglesia cat¨®lica utiliza para imponer su autoridad son s¨®lo algunos de los rasgos caracter¨ªsticos de su vasto y diverso genio creador. En la muestra clausurada se pod¨ªa apreciar uno de sus cuadros cl¨¢sicos en el que se ve a Jesucristo crucificado en un avi¨®n que descarga bombas sobre poblaciones civiles, a la imagen de la Virgen sobre un piso de excrementos y una instalaci¨®n con preservativos junto a una imagen del Papa.
La Asociaci¨®n Cristo Sacerdote hab¨ªa presentado un recurso de amparo el jueves para "que no se ofendan o menoscaben los sentimientos religiosos de los habitantes o de un grupo de ellos" y pidi¨® al Gobierno que "se abstenga de facilitar instalaciones pertenecientes a la ciudad, recursos humanos, materiales y econ¨®micos". Tambi¨¦n el cardenal Jorge Bergoglio hab¨ªa calificado de "blasfema" la muestra en una carta p¨²blica dirigida a los fieles, en la que les convocaba a sesiones de ayuno y oraci¨®n y a "un acto de reparaci¨®n y petici¨®n de perd¨®n".
Intromisi¨®n arbitraria
La jueza justific¨® su decisi¨®n porque "en este momento la sociedad vive con la sensaci¨®n de un sentimiento religioso lesionado" y, de acuerdo con el C¨®digo Civil, "la mortificaci¨®n de otros en sus costumbres o sentimientos es una intromisi¨®n arbitraria en la vida ajena".
La noche del viernes, unas 400 personas improvisaron cantos de protesta: "Atenci¨®n, atenci¨®n, regres¨® la Inquisici¨®n", y enseguida: "Qu¨¦ censura, qu¨¦ censura, si esto es la justicia, regres¨® la dictadura".
"Toda esta gran pol¨¦mica se resume en una cosa muy simple: yo estoy en contra de la tortura y el cristianismo est¨¢ a favor. Porque el pensamiento occidental y cristiano sostiene la existencia del infierno, que implica aprobar o exaltar el castigo al diferente", asegur¨® Ferrari.
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