La historia subterr¨¢nea
El Ayuntamiento de Almer¨ªa pretende poner en valor los refugios de la Guerra Civil como reclamo tur¨ªstico
El Ayuntamiento de Almer¨ªa se ha propuesto poner en valor un recurso adormecido a varios metros por debajo del suelo, pero que existe desde el a?o 1938 en la ciudad. Se trata de los refugios antia¨¦reos proyectados en 1937 con capacidad para albergar a unas 37.000 personas (en aquel entonces Almer¨ªa contaba con una poblaci¨®n de 40.000 habitantes) a lo largo de sus 4,5 kil¨®metros de extensi¨®n.
"Lo que queremos desde el punto de vista tur¨ªstico es utilizar ese recurso como lo hacen en ciudades como Berl¨ªn o Cartagena. Es parte de la historia viva. Queremos ponerlo en valor", anunci¨® el concejal de Turismo, Miguel Cazorla.
El proyecto consta de tres partes. La primera consiste en ver el estado de los t¨²neles, que es bastante bueno, para limpiarlos y remodelar los bancos donde los refugiados se sentaban a esperar el cese de los bombardeos. La segunda fase implicar¨ªa la iluminaci¨®n de las galer¨ªas. Por ¨²ltimo, en una tercera, el Ayuntamiento recrear¨ªa alguno de estos refugios con im¨¢genes e incluso sonidos de lo vivido en esas profundidades.
Almer¨ªa cuenta, en total, con 47 bocas de acceso a los diferentes refugios que se construyeron, si bien no todas las galer¨ªas est¨¢n comunicadas entre s¨ª. La idea defendida por el concejal de Turismo es "intentar" abrir al p¨²blico el refugio existente entre la Puerta de Purchena, centro neur¨¢lgico de la ciudad, y bajar por todo el Paseo de Almer¨ªa hasta el Teatro Cervantes. "Ser¨ªa un circuito de entrada y de salida con paneles, con recreaci¨®n e incluso con sabores. La parte del Paseo tiene una amplitud de hasta 14 metros. Hay salas de cocina y un antiguo quir¨®fano que est¨¢ a la altura del antiguo Casino porque all¨ª, en el a?o 36, estaba el hospital y se habilit¨® para poder bajar a los enfermos hasta el refugio", explica el concejal.
El proyecto cuenta con el aplauso del Colegio de Arquitectos de Almer¨ªa, que ve una oportunidad magn¨ªfica de defender, de forma indirecta, el trabajo del brillante arquitecto Guillermo Langle Rubio en la ciudad durante el primer tercio del siglo XX. "Desde el Colegio de Arquitectos entendemos que las bocas de acceso son construcciones peque?as pero muy interesantes de ejemplos de nuestra arquitectura del movimiento moderno sobre proyectos redactados por el arquitecto Guillermo Langle Rubio a finales de la Guerra Civil. Esas bocas se hicieron para tapar lo que eran las propias entradas que se usaban de evacuatorios y que generaban una serie de conflictos por la suciedad y falta de higiene. Es muy interesante poner en valor esas bocas, aunque s¨®lo sea una, con muy poquita financiaci¨®n", explic¨® el decano del Colegio de Arquitectos, Emilio Cachorro. Exist¨ªan bocas en la iglesia de San Sebasti¨¢n, en la iglesia de Santiago, en el santuario de la Virgen del Mar, en la catedral, en el teatro Cervantes y en la plaza Pablo Cazard, entre otras. Todos esos accesos est¨¢n asemejados a los quioscos llamados modernistas que se construyeron en aquella ¨¦poca para, justamente, taparlos.
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