Un estudio descubre alteraciones anat¨®micas en el cerebro de pacientes obsesivo-compulsivos
La persona que se lava las manos 30 veces al d¨ªa por miedo al contagio, que es incapaz de irse a dormir sin comprobar repetidamente si ha apagado las luces, que insiste una y otra vez en un mismo pensamiento y que comprueba hasta la extenuaci¨®n que la puerta est¨¢ bien cerrada por temor a que le ocurra algo, ?tiene algo diferente en su cerebro que explique este comportamiento? Un grupo de investigadores catalanes ha dado un paso de gigante en la respuesta a esta pregunta. Ha desvelado las anomal¨ªas biol¨®gicas que presentan los cerebros de las personas afectadas por un trastorno obsesivo-compulsivo. Despu¨¦s de comparar mediante t¨¦cnicas de resonancia magn¨¦tica tridimensional los cerebros de afectados por este trastorno con los de personas sanas, han podido comprobar que los enfermos tienen regiones del cerebro alteradas y han realizado un mapa anat¨®mico de estas alteraciones.
Este trastorno es un estado de ansiedad marcado por pensamientos, ideas y sentimientos recurrentes y persistentes de obsesiones y compulsiones que son lo bastante graves como para causar sufrimiento o interferir de manera importante en la vida del paciente, que gasta mucho tiempo en conductas in¨²tiles y reiteradas. "Las obsesiones", explica Julio Vallejo -uno de los investigadores- "las padecen todos los pacientes y suelen ser ideas reiterativas y negativas que se impone el sujeto en contra de su voluntad y que reconoce como extra?as. El 50% de los pacientes tienen adem¨¢s compulsiones, que son actos f¨ªsicos o mentales secundarios a las obsesiones. Son ejemplos comunes los rituales de lavado -decenas de veces al d¨ªa- por temor a contaminarse. El 25% tienen dudas y realizan comprobaciones para quedarse tranquilos. El 15% tienen pensamientos puros, sin rituales y se denominan pacientes rumiadores. Por ¨²ltimo, hay otro 10% que sufre una gran lentificaci¨®n motora y de pensamiento, pero no son pacientes tan puros".
Se calcula que esta patolog¨ªa afecta a entre el 1% y el 2% de la poblaci¨®n. Es una enfermedad cr¨®nica, pero los s¨ªntomas pueden remitir con tratamiento farmacol¨®gico y terapia cognitivo-conductual, dirigida, esta ¨²ltima, a romper el ritual del enfermo. En un peque?o porcentaje de casos se recurre tambi¨¦n a la cirug¨ªa del cerebro.
La investigaci¨®n realizada demuestra que "en el trastorno obsesivo hay anomal¨ªas anat¨®micas y que no es una patolog¨ªa de origen psicol¨®gico, por conflictos en la infancia, como se cre¨ªa hasta hace unos a?os", explica Vallejo, que es jefe del Servicio de Psiquiatr¨ªa del Hospital Universitario de Bellvitge. En el estudio han participado tambi¨¦n Jos¨¦ M. Mench¨®n, Pino Alonso y Narc¨ªs Cardoner, del mismo hospital, y Jes¨²s Pujol y Carles Soriano, neur¨®logo y psic¨®logo, respectivamente, del centro de neuroimagen Cetir Grup M¨¨dic, adem¨¢s del neuropsic¨®logo Joan Deus, del Servicio de Geriatr¨ªa del Hospital Sant Jaume de Matar¨®. Las conclusiones de la investigaci¨®n han sido publicadas en la revista Archives of General Psychiatry, una de las publicaciones m¨¢s prestigiosas de la especialidad.
El estudio tiene especial relevancia por el elevado n¨²mero de pacientes que han participado, 72, ya que en los realizados antes la cifra m¨¢xima hab¨ªa sido de 25 y eso ha sido posible porque Bellvitge es un centro de referencia nacional e internacional en la patolog¨ªa obsesiva. Pujol y Soriano destacan que las alteraciones no se ven a simple vista en una resonancia magn¨¦tica, sino mediante unos m¨¦todos de an¨¢lisis que aplican con sistemas inform¨¢ticos, que son los que dan las diferencias. "Marcamos m¨²ltiples puntos en el cerebro y aplicamos modelos estad¨ªsticos y matem¨¢ticos. As¨ª, obtenemos datos objetivos del cerebro del paciente mediante una resonancia magn¨¦tica tridimensional", aclara Pujol.
"Se sab¨ªa que hab¨ªa alteraciones en el cerebro afectado por este trastorno, pero no se hab¨ªan visualizado. Nosotros hemos logrado cartografiar las regiones del cerebro que estos pacientes tienen diferente respecto a quienes no padecen la enfermedad", explica Soriano. Adem¨¢s, han observado que se correlacionan con las alteraciones funcionales que presentan los pacientes, lo que corrobora la importancia de este avance. Una de las aplicaciones inmediatas de este avance es la cirug¨ªa. Hasta ahora, aunque se opera a un n¨²mero reducido de pacientes que no responden al tratamiento, la intervenci¨®n se realiza de forma emp¨ªrica. Los datos anat¨®micos que aporta ahora la neuroimagen pueden indicar con m¨¢s exactitud d¨®nde operar, aunque es un aspecto todav¨ªa por desarrollar.
A pesar de la importancia de la investigaci¨®n, sus responsables coinciden en ser cautos, porque a¨²n se desconoce el alcance que puede llegar a tener. Son conscientes de que el diagn¨®stico va a seguir siendo cl¨ªnico, pero m¨¢s seguro en la medida que pueda ampararse en la neuroimagen para corroborarlo. "Normalmente", apunta Vallejo, "entre la aparici¨®n de los primeros s¨ªntomas y la primera visita al especialista pasan entre ocho y diez a?os".
La resonancia magn¨¦tica tridimensional puede acelerar y confirmar el diagn¨®stico y abre muchas v¨ªas de investigaci¨®n porque facilita un mayor conocimiento de la enfermedad.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.