Ayahuasca, la pr¨®xima droga psicod¨¦lica que puede tener utilidad para la salud mental
La bebida alucin¨®gena de los pueblos amaz¨®nicos puede ser ¨²til para tratar la depresi¨®n o las adicciones, pero mejorar¨ªa su eficacia si se estudiara con m¨¦todo cient¨ªfico
En el a?o 2000, Robert Berman y otros colegas de la Universidad de Yale (EE UU) inyectaron una peque?a cantidad de ketamina a siete personas deprimidas. Los efectos del f¨¢rmaco, sintetizado en 1962 y empleado como anest¨¦sico, impresionaron a los investigadores. Los pacientes empezaron a mejorar un d¨ªa despu¨¦s de la inyecci¨®n y siguieron haci¨¦ndolo en los tres d¨ªas sucesivos. Casi dos d¨¦cadas despu¨¦s, este f¨¢rmaco psicod¨¦lico, que tambi¨¦n se toma por diversi¨®n, fue aprobado en 2019 en EE UU en forma de esketamina y aplicado con inhalador. El nuevo medicamento, muy similar a la ketamina, que cuesta medio euro por ampolla, se emplea ya en Espa?a a m¨¢s de 300 euros la dosis.
El ¨¦xito de este f¨¢rmaco, pese a la mala fama por su uso en las pistas de baile y la aparici¨®n en incautaciones de la polic¨ªa, supuso una novedad farmacol¨®gica contra la depresi¨®n tras a?os sin tratamientos y alent¨® el renacimiento psicod¨¦lico actual. Despu¨¦s de d¨¦cadas de estudio en centros de investigaci¨®n y comunidades clandestinas, varias mol¨¦culas que producen estados alterados de la mente est¨¢n muy cerca de empezar a utilizarse como medicamentos comerciales en tratamientos para enfermedades mentales. El MDMA, tambi¨¦n popular en el ocio festivo nocturno, ya se ha aprobado en Australia para tratar el estr¨¦s postraum¨¢tico, y la psilocibina para la depresi¨®n. M¨¢s pa¨ªses seguir¨¢n pronto ese camino.
Otra de las sustancias que est¨¢ en auge es la ayahuasca. Esta infusi¨®n, tomada por los pueblos precolombinos de la Amazonia, se prepara a partir de una liana, que da nombre al bebedizo, y las hojas de un arbusto conocido como chacruna, donde se encuentra la DMT, un compuesto psicod¨¦lico similar al de las setas m¨¢gicas y responsable de la experiencia alucin¨®gena. Si se utilizan solo las hojas, la DMT se degrada antes de llegar a la sangre, pero los principios activos de la liana la protegen de las enzimas estomacales y la mantienen en el organismo hasta que ejerce su influencia visionaria, pero no es extra?o que el brebaje, de un sabor desagradable, produzca v¨®mitos. Estos efectos, junto a las intensas experiencias emocionales que puede provocar, hacen que no sea interesante como fuente de diversi¨®n.
Durante siglos, algunas poblaciones de Am¨¦rica emplearon la ayahuasca para profundizar en su relaci¨®n con la naturaleza, con su grupo y con ellos mismos, y desde hace pocos a?os, cada vez m¨¢s personas ajenas a aquella cultura buscan en ese t¨¦ m¨ªstico salidas a los laberintos de la vida moderna. La depresi¨®n, algunos trastornos de la personalidad o las adicciones est¨¢n entre los padecimientos que, seg¨²n estudios observacionales, puede aliviar la sustancia. La ciencia moderna intenta ahora embridar las capacidades de la ayahuasca para aprovecharlas seg¨²n la tradici¨®n farmac¨¦utica occidental.
En una revisi¨®n de estudios publicada recientemente, un grupo liderado por Dimitri Daldegan-Bueno, de la Universidad Estatal de Campinas, en Brasil, refleja la importancia de los estudios en animales para tratar de comprender los efectos de esta sustancia. Se busca diferenciar qu¨¦ parte se debe al ritual que acompa?a la toma o c¨®mo elaborar experimentos en los que se incluyan pacientes que reciban un placebo para comparar los diferentes efectos en quienes reciben una sustancia inerte y los que de verdad toman ayahuasca. Aunque en las cantidades ceremoniales la ayahuasca es segura, los estudios en animales muestran que puede ser t¨®xica a dosis mayores. Por eso, echan de menos estudios de toxicidad durante el embarazo o en individuos en desarrollo, y confirman su potencial como antidepresivo o para tratar adicciones.
Daldegan-Bueno apunta que ya hay ensayos cl¨ªnicos con ayahuasca para la depresi¨®n en hospitales ¡°que no han mostrado efectos secundarios graves¡± y que d¨¦cadas de estudios en comunidades con tradici¨®n de consumo de ayahuasca tampoco los han encontrado. ¡°Esto¡±, puntualiza, ¡°no significa que no haya riesgos en su uso. Los efectos psicol¨®gicos pueden ser muy intensos [...] y a veces la persona puede necesitar apoyo para asimilar la experiencia. En general, la ayahuasca est¨¢ contraindicada para personas con afecciones mentales relacionadas con el espectro psic¨®tico porque puede causar un episodio o empeorarlo¡±, alerta. Adem¨¢s, pueden darse ¡°interacciones con algunos medicamentos antidepresivos, as¨ª que es aconsejable que la gente que los tome consulte a su psiquiatra antes de tomar ayahuasca¡±.
El investigador afirma que las comunidades ind¨ªgenas que toman la sustancia tienen medidas de seguridad basadas en siglos de conocimiento acumulado, pero advierte de que la expansi¨®n de la ayahuasca, que ahora se puede tomar en retiros de fin de semana en muchos lugares a miles de kil¨®metros del Amazonas, requiere que los nuevos practicantes se informen, asimilando este conocimiento y tambi¨¦n el adquirido a trav¨¦s de la ciencia.
El renacer psicod¨¦lico va a reavivar, en torno a la ayahuasca m¨¢s que con otras sustancias, un conflicto entre los usos ancestrales de algunas plantas y los usos de la ciencia moderna. Jos¨¦ Carlos Bouso director cient¨ªfico de la Fundaci¨®n Iceers (Centro Internacional de Ense?anza, Investigaci¨®n y Servicios Etnobot¨¢nicos), en Barcelona, dedicada a promover el uso seguro de las plantas psicoactivas, recuerda que ¡°en Espa?a se celebran ceremonias de ayahuasca desde hace 30 a?os¡±. Antrop¨®logos interesados en la medicina amaz¨®nica ¡°aprendieron a realizar los rituales all¨ª y tuvieron formaci¨®n cham¨¢nica para reproducir en lo posible los contextos tradicionales¡±, explica Bouso. ¡°En estos contextos comunitarios, se ha utilizado, no tanto con las limitaciones biom¨¦dicas de buscar una cura a una enfermedad, sino m¨¢s bien como forma de autoatenci¨®n y de gestionar la propia salud¡±, a?ade.
Bouso fue un pionero del uso de los psicod¨¦licos en salud mental y sufri¨® prejuicios que ahora parecen desvanecerse. En 2002, cuando ten¨ªa 32 a?os y era doctorando de la Universidad Aut¨®noma de Madrid, inici¨® un ensayo cl¨ªnico para probar el MDMA en el tratamiento del estr¨¦s postraum¨¢tico de v¨ªctimas de agresi¨®n sexual. Tras la publicaci¨®n de un reportaje en EL PA?S explicando el proyecto, el miedo a la imagen que pod¨ªa dar la financiaci¨®n p¨²blica del uso de una droga ilegal, aunque fuese con fines terap¨¦uticos, hizo que las autoridades detuvieran el proyecto. En los ¨²ltimos a?os ha realizado estudios observacionales con seguimiento de usuarios de ayahuasca, tanto en Espa?a como en Per¨², para medir aspectos psicol¨®gicos y de calidad de vida. ¡°Hemos visto mejoras, sobre todo en depresi¨®n, estado de ¨¢nimo y calidad de vida, y tambi¨¦n en duelos complicados y estr¨¦s postraum¨¢tico¡±, resume.
En Espa?a, la ayahuasca se encuentra en un limbo legal y aunque no est¨¢ espec¨ªficamente prohibida se han producido detenciones de chamanes que la ofrec¨ªan. Tambi¨¦n existe una tensi¨®n entre el modelo biom¨¦dico y el comunitario. ¡°Deber¨ªa haber un di¨¢logo entre esos dos modelos, para compartir saberes y que todos se beneficien¡±, propone Bouso. ¡°En el modelo biom¨¦dico hay un conocimiento de la teor¨ªa y de c¨®mo evaluar la eficiencia y la efectividad en el contexto de ensayos cl¨ªnicos. Pero no hay un conocimiento pr¨¢ctico, que s¨ª se tiene en los contextos comunitarios¡±, afirma. ¡°Para m¨ª, lo ideal ser¨ªa que hubiese una regulaci¨®n y que se fomentase ese di¨¢logo¡±.
Jos¨¦ Morales, investigador de la Universidad Complutense de Madrid, se encuentra en el lado m¨¢s cient¨ªfico de esta revoluci¨®n psicod¨¦lica, pero tambi¨¦n considera de gran utilidad la experiencia del uso comunitario. ¡°Tenemos informaci¨®n de miles de personas que han consumido ayahuasca y no tenemos muertes reportadas cuando se usa sola. Otra cosa es cuando se mezcla con sapo bufo, coca¨ªna u otras sustancias¡±, afirma Morales, que asegura que ¡°la DMT no crea adicci¨®n¡±. En su laboratorio investigan el uso de la sustancia dentro del modelo cient¨ªfico y farmac¨¦utico occidental, investigando c¨®mo trasladar el uso de la DMT, pinchada, inhalada o bebida, a la cl¨ªnica, ¡°como cualquier otro f¨¢rmaco¡±, dice Morales.
Las personas que toman ayahuasca en los usos cham¨¢nicos buscan una experiencia m¨ªstica en la que se pueden producir alucinaciones, pero el enfoque biom¨¦dico tiene otros objetivos. ¡°Nosotros hemos visto que el efecto terap¨¦utico, para tratar la depresi¨®n o las adicciones, se puede conseguir a partir de microdosis sin esos efectos alucin¨®genos, porque hemos observado que ese efecto terap¨¦utico se produce a partir de un receptor que no es el alucin¨®geno¡±, afirma Morales. La investigaci¨®n tratar¨¢ de desarrollar tratamientos m¨¢s estandarizados en los que se sepa la cantidad exacta del f¨¢rmaco que se est¨¢ tomando y se pueda evaluar con algo de objetividad un tratamiento que, como todos los psiqui¨¢tricos, es inevitablemente subjetivo e inseparable del contexto en el que se toma. Este tipo de f¨¢rmacos est¨¢n cada vez m¨¢s cerca. Hace unas semanas, la compa?¨ªa canadiense Filament Health anunci¨® que est¨¢ buscando la aprobaci¨®n de la FDA, la agencia del medicamente de EE UU, para comenzar los ensayos con la primera pastilla de ayahuasca.
En el Instituto de Investigaci¨®n del Hospital de Sant Pau, en Barcelona, Joaquim Soler ha estudiado el potencial de la ayahuasca para mejorar los efectos de la meditaci¨®n. ¡°Hemos visto que despu¨¦s de una toma se mejora la capacidad de aceptaci¨®n y de amor a uno mismo y se disminuye la tendencia a juzgarse. Es como el efecto que se consigue con el mindfulness, pero sin tanto tiempo de entrenamiento¡±, explica. ¡°Puede ser ¨²til para tratar a personas con traumas de infancia o abuso sexual, porque permite evocar memorias autobiogr¨¢ficas con un grado de aceptaci¨®n muy elevado. Es un reprocesamiento parecido a una exposici¨®n prolongada en psicoterapia¡±, contin¨²a.
Como en el caso de otros f¨¢rmacos psicod¨¦licos, para que la experiencia sea ¨²til requerir¨¢ un acompa?amiento por profesionales formados, algo que encarece y dificulta la aplicaci¨®n de este tipo de terapias. No podr¨¢ ser utilizado, en principio, como una pastilla antidepresiva que el paciente se toma en casa con una supervisi¨®n m¨¦dica muy somera. ¡°Hay que aplicarlo en el contexto correcto, porque una mala experiencia puede llevarte a psiquiatr¨ªa por estr¨¦s postraum¨¢tico¡±, advierte Soler, que cree que es necesario estudiar con el m¨¦todo cient¨ªfico en qu¨¦ patolog¨ªas puede ser m¨¢s ¨²til o los mecanismos que hacen que funcione.
Con la apertura en torno a los usos terap¨¦uticos de la ayahuasca, se ha producido tambi¨¦n un auge de su uso en ceremonias comunitarias que no siempre est¨¢n organizadas por personas con la formaci¨®n adecuada. Daldegan-Bueno recuerda que ¡°un estudio reciente identific¨® contaminantes como medicamentos y otras sustancias psicod¨¦licas en muestras de ayahuasca por toda Europa¡±. Tener en cuenta aspectos como este ¡°es esencial, tanto para la gente que busca y ofrece ayahuasca¡±, se?ala. La armon¨ªa mencionada por Bouso entre el conocimiento tradicional, la aplicaci¨®n del m¨¦todo cient¨ªfico y la regulaci¨®n al uso de la ayahuasca puede ayudar a evitar los riesgos de la creencia acr¨ªtica en sustancias ex¨®ticas con cualidades m¨¢gicas para resolver problemas inherentes a la vida, y el racismo o la mojigater¨ªa que ha retrasado d¨¦cadas el uso de sustancias que cada vez acumulan m¨¢s pruebas de su potencial.
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