El cuarto pilar del Estado de bienestar
En el a?o 2005, m¨¢s de 1.100.000 espa?oles, en su mayor¨ªa ancianos y discapacitados, necesitar¨¢n ayuda para llevar a cabo las actividades b¨¢sicas de su vida diaria. Y casi otros dos millones requerir¨¢n de alg¨²n servicio externo para realizar alguna tarea en su vida cotidiana. Estas cifras aumentar¨¢n notablemente en las pr¨®ximas d¨¦cadas, debido en parte a la mejora de los sistemas de salud en las ¨²ltimas d¨¦cadas.
Los Estados de bienestar no pueden dar la espalda a las necesidades de las personas dependientes y de sus familias. Son ¨¦stas, y m¨¢s concretamente las mujeres, quienes cargan con la responsabilidad de atender a las personas mayores y a los discapacitados en sus hogares. Es, por tanto, responsabilidad del Estado garantizar el derecho a unos servicios sociales b¨¢sicos para las personas dependientes.
Con el nuevo sistema se crear¨ªan al menos 300.000 nuevos puestos de trabajo en ocho a?os
En nuestro pa¨ªs, y pese a los notables avances de las ¨²ltimas d¨¦cadas, la atenci¨®n a las personas mayores y a los discapacitados es desigual, con grandes diferencias entre regiones y ciudades, medio rural y medio urbano. En plazas residenciales, disponemos de alrededor de 3 plazas por cada 100 personas mayores de 65 a?os, cuando la media de los pa¨ªses de la Uni¨®n Europea es claramente superior (en torno al 7%). El servicio de ayuda a domicilio da cobertura a un 2% por ciento de la poblaci¨®n dependiente, muy por debajo de las ratios de los pa¨ªses europeos. El servicio de teleasistencia da cobertura s¨®lo a un 1% de la poblaci¨®n mayor y discapacitada. El resto de los recursos (centros de d¨ªa, viviendas tuteladas, estancias temporales en residencias, etc.) presentan todav¨ªa cifras m¨¢s desalentadoras.
Tambi¨¦n encontramos grandes diferencias sociales, muchas familias con ingresos medios no pueden pagar los servicios de atenci¨®n a mayores y discapacitados.
Es un hecho que Espa?a ha llegado tarde a la atenci¨®n a la dependencia. Los pa¨ªses del entorno europeo (merecen especial atenci¨®n Austria, Alemania o Luxemburgo) desarrollaron en la d¨¦cada de los noventa diferentes modelos para construir una red de servicios a las personas que necesitan ayuda para realizar las actividades b¨¢sicas de su vida cotidiana, reconociendo por ley el derecho a recibir asistencia estatal.
Es el momento de afrontar esta situaci¨®n. En las ¨²ltimas d¨¦cadas, nuestro pa¨ªs ha desarrollado satisfactoriamente el Sistema Nacional de Salud, el Sistema de Pensiones y el Sistema Educativo. El Gobierno de Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero tiene la firme convicci¨®n de que es necesario poner las bases del cuarto pilar del Estado de bienestar, garantizar a las personas dependientes un derecho universal y unas prestaciones b¨¢sicas que les permitan llevar una vida m¨¢s digna. Las ayudas t¨¦cnicas, la ayuda a domicilio, la teleasistencia o las plazas residenciales deben ser un derecho de todas las personas dependientes.
El Gobierno tiene el objetivo de implantar el nuevo sistema de atenci¨®n a las personas dependientes a trav¨¦s del di¨¢logo con los agentes sociales, empresarios y sindicatos, en colaboraci¨®n con las Comunidades Aut¨®nomas y con las Corporaciones Locales y con la participaci¨®n de los representantes de las entidades sociales, que est¨¢n desarrollando junto a las familias una importante labor. Y desde luego queremos, mediante el di¨¢logo, alcanzar el m¨¢ximo consenso parlamentario en el contexto del Pacto de Toledo.
En estos momentos, el Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales ultima el Libro Blanco de la Dependencia, que contendr¨¢ un diagn¨®stico de la situaci¨®n actual. En ¨¦l, se analizar¨¢n los aspectos demogr¨¢ficos, caracter¨ªsticas y perfiles de la dependencia, los procedimientos de valoraci¨®n de la dependencia, el r¨¦gimen jur¨ªdico actual de protecci¨®n de las personas dependientes, los niveles de cobertura de los recursos y servicios que nos ofrezcan el mapa de situaci¨®n de la dependencia en Espa?a, y los recursos destinados a la financiaci¨®n de la dependencia. Tambi¨¦n incorporar¨¢ las alternativas sobre el modelo para la implantaci¨®n del Sistema Nacional de Atenci¨®n a la Dependencia en nuestro pa¨ªs.
Queremos tener listo el libro a finales de este a?o 2004, con el fin de que pueda ser objeto de debate para el acuerdo con los agentes sociales, sindicatos y empresarios en la mesa de di¨¢logo social. Nuestro prop¨®sito es que con ¨¦l culmine un proceso de diferentes iniciativas y posiciones sobre c¨®mo abordar la protecci¨®n de la dependencia en nuestro pa¨ªs. En el primer semestre de 2005, el Gobierno remitir¨¢ al Parlamento el proyecto de ley de atenci¨®n a las personas dependientes.
Hay que apuntar que, adem¨¢s de reconocer los derechos y las prestaciones de un ampl¨ªsimo segmento de la poblaci¨®n espa?ola, la puesta en marcha del sistema de dependencia incidir¨¢ favorablemente en el fomento del empleo. Seg¨²n las estimaciones del Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, se crear¨¢n al menos 300.000 nuevos puestos de trabajo relacionados con los servicios sociales en los pr¨®ximos ocho a?os.
La creaci¨®n del Sistema Nacional de Atenci¨®n a las Personas Dependientes es un reto ambicioso pero inaplazable. Por ello, considero necesario alcanzar el m¨¢ximo consenso en su puesta en marcha. Este Gobierno har¨¢ todo lo posible por que sea as¨ª. No s¨®lo porque su implantaci¨®n definitiva se prolongar¨¢ durante dos legislaturas, sino porque la atenci¨®n a las personas dependientes debe ser considerada una meta de toda la sociedad, un objetivo de pa¨ªs.
Y es que no podremos hablar de una sociedad justa si algunos ciudadanos arrastran d¨¦ficits de ciudadan¨ªa. Y no deber¨ªamos hablar de igualdad si todos los ciudadanos no tienen garantizados sus derechos. La atenci¨®n a las personas dependientes, a nuestros mayores y discapacitados, es una exigencia para avanzar en la sociedad del bienestar y, con ello, construir una sociedad m¨¢s justa y digna.
Amparo Valcarce es secretaria de Estado de Servicios Sociales, Familias y Discapacidad.
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