Y Chaves top¨® con la Iglesia
El desdichado embrollo de Cajasur no parece que vaya a tener un final feliz. La m¨¢s elemental suposici¨®n daba por hecho que la Iglesia descarriada de C¨®rdoba volver¨ªa al redil de la legalidad, tras la mayor¨ªa absoluta que Chaves consigui¨® el 14 de marzo, y la relativa de Zapatero en Madrid. Que toda la guerra que Castillejo emprendi¨® contra el poder leg¨ªtimo de la Junta de Andaluc¨ªa, en 1999, con la ayuda del PP, tendr¨ªa como final l¨®gico el que todo volviera a su cauce: la Ley de Cajas, ¨²nica y la misma para todos. Como volvieron las dos cajas de Sevilla, tras la peripecia aquella de los dos aprendices de banqueros.
Pero no. Aqu¨ª la cosa ha emprendido un rumbo sorprendente. Mediante un acuerdo con el obispo de C¨®rdoba (?de verdad un obispo tiene competencias legales para esto?) la Iglesia contin¨²a dominando su Caja, y en algunos aspectos con privilegios aumentados. Es el caso, fundamental, del nombramiento del presidente, que a partir de ahora siempre corresponder¨¢ a la Iglesia, como si dij¨¦ramos, in aeternum. Tambi¨¦n multiplica hasta por cinco su cuota de representaci¨®n en los ¨®rganos directivos, a costa de los derechos del Parlamento, de los municipios, los empleados y otros; se recorta la representaci¨®n sindical, del 15% al 5%, para que no entren los sindicatos de clase; se permite que los representantes de la Iglesia contin¨²en ejerciendo hasta los 75 a?os (cuando la Junta acaba de jubilar a varias decenas de excelentes cirujanos y m¨¦dicos por cumplir los 65, pese a que la norma les posibilitaba continuar hasta los 70, y es lo que han aplicado la mayor¨ªa de las CC AA). Todo ello sobre una base falsa, a saber, que la Iglesia es la fundadora de esa caja. La verdad jur¨ªdica es que Cajasur es el resultado de la fusi¨®n de dos anteriores, una de ellas perteneciente a la Diputaci¨®n. Y si nada de esto encaja en la ley... pues se adapta ¨¦sta a toda prisa, haciendo uso de la mayor¨ªa absoluta. No me parece un buen uso.
Sinceramente, no se entiende, ni apelando a esa sentencia tan castiza del "m¨¢s vale un mal acuerdo que un buen pleito", que han esgrimido algunos dirigentes del PSOE (por lo menos han admitido, impl¨ªcitamente, que es "un mal acuerdo"). Pues no se trata aqu¨ª de un litigio entre particulares, sino de la defensa del principio de legalidad en asuntos p¨²blicos de la mayor trascendencia. Gaspar Zarr¨ªas, por su parte, asegura que "antes la Iglesia ten¨ªa un 60% y ahora alrededor de un tercio". Esto s¨®lo es cierto en teor¨ªa. En la pr¨¢ctica, la Iglesia tiene: un 34% propio, m¨¢s el 5% del sindicato dom¨¦stico, m¨¢s entre un 2-4% que le llegue del Parlamento y de la Diputaci¨®n, v¨ªa representantes del PP; todo eso, fijo. M¨¢s otro 5% estimado de alcaldes del mismo partido, m¨¢s un buen porcentaje de los representantes de los clientes, tradicional y sociol¨®gicamente suyos. Rebasar¨¢ con creces el 50%.
Muy otras razones han debido tener Chaves y Gri?¨¢n para administrar de este modo su topada con la Iglesia. Pero como no me gusta especular, esperemos a ver qu¨¦ dice pr¨®ximamente el consejero de Hacienda en su comparecencia parlamentaria. Deseando estamos escucharle.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.