El islam amigo
ARQUITECTURA
El premio m¨¢s generoso de la arquitectura es tambi¨¦n el m¨¢s simp¨¢tico. Dotado con 500.000 d¨®lares (unos 376.000 euros) y otorgado cada tres a?os, el Premio Ag¨¢ Jan no se concede a los autores de los proyectos sino a las obras mismas, de manera que -junto a los arquitectos- se reconozca la importancia de promotores y clientes; centrado en realizaciones destinadas a poblaciones musulmanas, su ¨¢mbito geogr¨¢fico prioritario es un cintur¨®n c¨¢lido donde prolifera la pobreza, por lo que las obras seleccionadas suelen prestar atenci¨®n a la adecuaci¨®n clim¨¢tica y a la tecnolog¨ªa apropiada; y preocupado por la dimensi¨®n ¨¦tica y cultural de la arquitectura, su palmar¨¦s ha desbordado los l¨ªmites habituales de la edificaci¨®n nueva para extenderse a la restauraci¨®n monumental, la rehabilitaci¨®n urbana o la vivienda de emergencia. Plural, regionalista y responsable, el premio que otorga el im¨¢n de los musulmanes ismaelitas -l¨ªder espiritual hereditario de 35 millones de creyentes dispersos por el mundo- es un galard¨®n ejemplar en los criterios, riguroso en el proceso de selecci¨®n y mod¨¦lico en su jurado, por el que han pasado Tange, Stirling, Venturi, Gehry, Eisenman, Siza y Zaha Hadid, y del que ha formado parte, en la ¨²ltima edici¨®n, el catal¨¢n El¨ªas Torres.
El programa de regeneraci¨®n de la ciudad vieja de Jerusal¨¦n, ejecutado por una asociaci¨®n suiza, ha realizado m¨¢s de 160 proyectos
Parece ins¨®lito que sea un dirigente religioso el promotor de este reconocimiento cultural: no resulta f¨¢cil imaginarse al Papa o al Dalai Lama poniendo en marcha un premio de arquitectura. Pero este musulm¨¢n chi¨ª nacido en Ginebra y educado en Harvard -descendiente de Mahoma a trav¨¦s de su hija F¨¢tima, y heredero simb¨®lico de los logros cient¨ªficos e intelectuales de la dinast¨ªa Fatimita- pertenece a una familia que en sus ¨²ltimas generaciones ha estado vinculada a la cooperaci¨®n internacional en el marco de la Liga de las Naciones, presidida por su abuelo, y las Naciones Unidas, donde su t¨ªo, hermano e hijos han desempe?ado cargos relevantes. Esta tradici¨®n de servicio subyace al conjunto de instituciones que forman la red de desarrollo Ag¨¢ Jan, dedicadas a la mejora de las condiciones de vida en las zonas menos pr¨®speras del planeta, y que comprenden desde la arquitectura, la educaci¨®n y la salud hasta la promoci¨®n industrial o tur¨ªstica, el desarrollo rural y la financiaci¨®n a trav¨¦s de microcr¨¦ditos. S¨®lo en este contexto puede entenderse la singularidad de un premio que espont¨¢neamente suscita admiraci¨®n y simpat¨ªa, pero que en su novena edici¨®n ha desdibujado algo sus perfiles, trasladando su ¨¦nfasis -tras la total renovaci¨®n del comit¨¦ de direcci¨®n y el jurado- de la responsabilidad social y ecol¨®gica a la experimentaci¨®n t¨¦cnica y simb¨®lica.
Entre los siete proyectos pro
clamados el 27 de noviembre, en el curso de un acto en Nueva Delhi presidido por el primer ministro de la India y el ag¨¢ Jan, se encuentran las Torres Petronas, los rascacielos construidos entre 1993 y 1999 en Kuala Lumpur por la oficina de C¨¦sar Pelli para suministrar un icono del auge econ¨®mico impulsado por el petr¨®leo en la Malaisia de Mahatmir Mohamed: dos colosos cuyo r¨¦cord mundial de altura y elegante evocaci¨®n de la tradici¨®n isl¨¢mica han dado una popularidad pintoresca -reforzada por su protagonismo en pel¨ªculas como la que hizo a Sean Connery y a Catherine Zeta-Jones ejecutar acrobacias imposibles en sus cumbres vertiginosas-, pero que ilustran mejor la representaci¨®n del poder que la sensibilidad social. Una circunstancia menos destacadamente presente en la otra gran obra de esta convocatoria, la Biblioteca de Alejandr¨ªa, el monumental disco inclinado terminado hace dos a?os por el estudio noruego Sn?hetta tras ganar en 1989 el concurso convocado por el Gobierno egipcio y la Uni¨®n Internacional de Arquitectos: un formidable emblema cultural y un hito urbano cuya culminaci¨®n ha impulsado la carrera del joven despacho escandinavo, elegido recientemente para dise?ar uno de los edificios simb¨®licos de la Zona Cero neoyorquina.
Tres de los proyectos restantes se sit¨²an en la l¨ªnea alternativa de anteriores ediciones celebrando la excelencia conseguida con medios modestos. La escuela primaria de Gando, en Burkina Faso -tres escuetas aulas de adobe con porches intermedios y un liviano sombrero de chapa plegada-, fue construida por los propios habitantes de la aldea bajo la direcci¨®n del hijo del jefe tribal, Di¨¦b¨¦do Francis K¨¦r¨¦, que mientras estudiaba arquitectura en Berl¨ªn consigui¨® financiaci¨®n filantr¨®pica para llegar a levantar una estructura ejemplar en su compromiso social, adecuaci¨®n clim¨¢tica y depuraci¨®n formal. Semejante en la combinaci¨®n de t¨¦cnicas locales y rigor geom¨¦trico es la casa B2, proyectada por Han T¨¹mertekin como refugio de fin de semana en la costa del Egeo para dos hermanos residentes en Estambul, y que con materiales humildes conforma un mirador minimalista de singular dignidad y solemne sencillez. Por su parte, el prototipo de refugio de sacos de arena -desarrollado en California por el arquitecto iran¨ª Nader Khalili, y utilizado en diferentes programas de Naciones Unidas- emplea ¨¦stos en hiladas circulares que se cierran para formar c¨²pulas y el conjunto se refuerza con alambre de espino, de manera que los materiales habituales del conflicto armado se ponen al servicio de la emergencia humanitaria.
Finalmente y tambi¨¦n en conti
nuidad con ediciones previas, esta convocatoria incluye dos proyectos de intervenci¨®n en el patrimonio. La restauraci¨®n de la mezquita de Al Abbas, un delicado cubo minuciosamente decorado construido en Yemen en el siglo XII, fue llevado a cabo con singular rigor por la francesa Maryl¨¨ne Barret durante diez a?os que coincidieron con una etapa de precaria estabilidad pol¨ªtica en el pa¨ªs. Y el programa de regeneraci¨®n de la ciudad vieja de Jerusal¨¦n, ejecutado por una asociaci¨®n suiza que procura asegurar la ecuanimidad en un entorno desgarrado por el odio y la violencia, ha llevado a cabo m¨¢s de 160 proyectos de rehabilitaci¨®n para mejorar las condiciones de vida de la poblaci¨®n palestina y mantener el valor cultural y la belleza f¨ªsica de un medio urbano de excepcional importancia hist¨®rica y espiritual. Si se recuerda que el l¨ªder de los 19 terroristas suicidas de las Torres Gemelas era un arquitecto, Mohamed Atta, que se declaraba enemigo de la modernidad cosmopolita y redactaba su tesis doctoral en Hamburgo sobre el patrimonio urbano del mundo ¨¢rabe, se comprende hasta qu¨¦ punto los premios Ag¨¢ Jan pulsan las fibras nerviosas de un Occidente que insiste en ver al musulm¨¢n como el otro, pero tambi¨¦n las de un universo isl¨¢mico dividido por abismos tan extremos como los que separan los rascacielos del petr¨®leo y los igl¨²es de arena.
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