Solamente Nerval
En Aur¨¦lia, G¨¦rard de Nerval (Par¨ªs, 1808-1855) escribi¨® que "el sue?o es una segunda vida. No he podido cruzar sin estremecerme esas puertas de marfil o de cuerno que nos separan del mundo visible". Ese estremecimiento tuvo sus efectos, pues el sue?o, la realidad y la palabra forman el espejo desolado de un "yo" que opera en la profundidad del mito. En su obra entera destella su drama personal, algo que desvela de forma espec¨ªfica su m¨¢s que famoso soneto El Desdichado: "Yo soy el Tenebroso, -el Viudo, -el Sin Consuelo, / Pr¨ªncipe de Aquitania de la Torre abolida: / Mi ¨²nica Estrella ha muerto, -mi la¨²d constelado / Tambi¨¦n lleva el Sol negro de la Melancol¨ªa". Ese poema muestra c¨®mo el poeta es capaz de entregar el alma por un sue?o, de conjurar lo real del mundo y deshacer la linealidad del tiempo a favor del mito eterno. Esa desconsolada melancol¨ªa traduce a la perfecci¨®n la determinaci¨®n que hace de ese "desdichado", poeta y poema a la vez. El romanticismo como precursor de las posibilidades po¨¦ticas del sue?o, del dominio privilegiado de la imaginaci¨®n creadora: una segunda vida que busca su continuidad en la vida real.
OBRA LITERARIA. POES?A`Y PROSA LITERARIA
G¨¦rard de Nerval
Traducci¨®n, pr¨®logo y notas
de Tom¨¢s Segovia
Galaxia Gutenberg/C¨ªrculo
de Lectores. Barcelona, 2004
1.184 p¨¢ginas, 59,90 euros
G¨¦rard Labrunie, verdadero nombre de Nerval, fue encontrado ahorcado el 26 de enero de 1855 en la calle Vielle Lanterne de Par¨ªs, con un cord¨®n blanco que d¨ªas antes ense?aba a sus amigos y que, seg¨²n ¨¦l, era la mism¨ªsima liga de la reina de Saba. Desde 1841 en que sufri¨® la primera de una serie de crisis de locura reproducidas hasta su muerte, su existencia es una lucha angustiosa en contra del tiempo, y como se?ala Tom¨¢s Segovia en su pr¨®logo: "Todas sus grandes obras se escriben o se completan en esos a?os". Verdaderas obras maestras y referencias inexcusables: desde los art¨ªculos de Viaje a Oriente (1851) hasta Aur¨¦lia (1855), sin duda una de las m¨¢s importantes creaciones de la literatura universal, pasando por Los iluminados (1852), los sonetos de Las quimeras (1853) o Las hijas del fuego (1854), donde encontramos un cl¨¢sico de la novela corta, Sylvie. La locura fue determinante, pero no s¨®lo como elemento activo de las facultades del esp¨ªritu o de la angustia que obliga a Nerval a dar de s¨ª el m¨¢ximo antes de su suicidio, sino porque apoya la profunda significaci¨®n de una escritura no ya simb¨®lica, sino m¨ªtica, esa s¨ªntesis unitiva entre la realidad y el sue?o que Aur¨¦lia afirma de modo claro: "Aqu¨ª empez¨® para m¨ª lo que llamar¨¦ el desbordamiento del sue?o en la vida real", y puesto que "el sue?o ocupa un tercio de nuestra vida (...) ?Qui¨¦n sabe si no existe un nexo entre esas dos existencias y si no es posible para el alma anudarlo desde ahora?".
El mito como nostalgia de la
unidad perdida, la misma que aviva la salvaci¨®n que para Nerval es el amor, y que marc¨® profundamente su existencia. Adem¨¢s de una madre que no conoci¨®, y al menos otras dos mujeres, fue la figura de Jenny Colon la que, sobre todo tras su muerte en 1842, vino a colmar sus obsesiones, llegando a decir que "ella le pertenece m¨¢s en la muerte que en la vida". Un amor m¨ªtico e imaginario del que son ejemplo Las hijas del fuego, y de entre ellas, Sylvie, arquetipo de lo femenino: "La colocaba en lo sucesivo como una estatua sonriente en el templo de la Sabidur¨ªa. Su mirada me hab¨ªa detenido al borde del abismo". La mujer y el amor siempre ¨²nicos y, al mismo tiempo, universo de muchas facetas que se reflejan unas en otras hasta el infinito: Corilla y los primeros versos de amor; Isis buscando el cuerpo de su hijo Osiris en el r¨ªo de la vida; Sylvie y el sue?o de la perdida infancia; Ang¨¦lique, el ¨¢ngel herido de amor; la p¨¢lida Octavie entre las ruinas; Pandora y su amarga decepci¨®n. Y entre tantas y tantas, Aur¨¦lia, ese sue?o narrado y sostenido por la densidad l¨ªrica m¨¢s que por su trama.
El pensamiento de Nerval teje una red en su desorden. Existe un orden distinto o alternativo, casi comparativo, basado en la erudici¨®n y los modelos librescos, en emparejamientos y alusiones, en continuidades entre personajes y acontecimientos distintos que constituyen una especie de sistema no lineal, pero de una gran coherencia, lo que le hace precursor, no ya de Baudelaire, del surrealismo o del simbolismo, y ejemplo de la modernidad, sino de las teor¨ªas que demuestran que existe orden en el caos. De nuevo Tom¨¢s Segovia, consciente de este hecho al hablar del conjunto de obsesiones rom¨¢nticas que caracterizan esta obra, declara que "la unidad de todos estos rasgos no es una unidad mec¨¢nica que los har¨ªa derivar de una causa general a los unos de los otros, es la unidad de sentido que permite que todos ellos funcionen en el interior de un todo org¨¢nico y coherente". El acceso a su caligraf¨ªa literaria no es posible sino a trav¨¦s del consentimiento de su misterio central: el de un alma y un destino que sustentan, a la vez, la memoria de lo real y de lo imaginario, una vida repleta de sue?o y un sue?o repleto de vida. Esa abolici¨®n de fronteras es la esencia de sentido de todo lo que surge en el momento mismo de esa abolici¨®n.
Esta edici¨®n re¨²ne su poes¨ªa
y
prosa literaria, a excepci¨®n del teatro y los versos escritos para el teatro musical, de sus art¨ªculos period¨ªsticos, y las obras cuya atribuci¨®n es dudosa, como es el caso de ?milie que aqu¨ª no se recoge. Aparte est¨¢ el Viaje a Oriente, cuya extensi¨®n ha hecho imposible su inclusi¨®n, pero del que se recogen dos cuentos: Historia del califa Hakem y la Historia de la Reina de la Ma?ana y de Solim¨¢n, Pr¨ªncipe de los Genios. As¨ª pues, ¨¦sta es la Obra literaria m¨¢s importante de G¨¦rard de Nerval, que Tom¨¢s Segovia, con una extraordinaria dedicaci¨®n, ofrece al lector en lengua espa?ola, y cuyo pr¨®logo, junto con las notas que acompa?an esta envidiable edici¨®n, sirven para culminar una defensa cr¨ªtica que pone en valor la figura de un Nerval precursor y m¨ªtico. Descubrir la belleza profunda de su obra es descubrir la unidad profunda del pensamiento rom¨¢ntico.
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