La literatura breve no deja de crecer
J¨®venes autores, m¨¢s traducciones y dos nuevos sellos especializados fortalecen el mercado del cuento
Que un cuento puede inaugurar un mundo es algo bien sabido por los viajeros que se sientan junto al fuego a compartir historias en noches sin luna y por los ni?os que reclaman, desde tiempo inmemorial, su pago en fantas¨ªa a cambio del amargo deber de irse temprano a la cama. Pero, a juzgar por la calidad de los cuentos, relatos y microrrelatos que cierran 2004, la literatura breve gana espacio tambi¨¦n en el mercado y sigue dando pelea por sacudirse el sambenito de g¨¦nero que vende poco y mal, frente a la voracidad de la novela.
Cuentos completos, de Truman Capote (Anagrama); Nadie vale m¨¢s que otro, de Lorenzo Silva (Destino); Grandes minicuentos fant¨¢sticos, selecci¨®n de Benito Arias Garc¨ªa de diversos autores del XVIII y XX (Alfaguara), y El pa¨ªs de los ciegos, de H.G. Wells (El Acantilado), son algunos de los t¨ªtulos recientes que engalanan los escaparates de las librer¨ªas. A estas novedades hay que sumar dos acontecimientos que los amantes del g¨¦nero han agradecido con fervor: la publicaci¨®n de los cuentos completos de Julio Cort¨¢zar y de Edgar Allan Poe (ambos en Galaxia Gutenberg / C¨ªrculo de Lectores) y otras propuestas como Amigos y fantasmas, de Mercedes Abad (Tusquets); Alto voltaje, de Germ¨¢n Sierra (Mondadori), y El miedo de Montalbano, de Andrea Camilleri (Salamandra).
Antonio M. de ?vila: "Lo breve se adapta mejor a una ¨¦poca de velocidad y v¨¦rtigo"
"Es un g¨¦nero que exige un mayor esfuerzo psicol¨®gico del lector", dice Merino
"Se puede 'vivir del cuento' si se 'trabaja por el cuento", afirma Juan Casamayor
A la oferta de estas editoriales hay que a?adir la labor de Clan Editorial, especializada en la recuperaci¨®n de cuentos de escritores ya consagrados del 98 y de la generaci¨®n del 27, y el deb¨² de dos sellos dedicados a la narrativa breve, Menoscuarto en Palencia (www.menoscuarto.net) y Thule Ediciones en Barcelona (www.thuleediciones.com), que siguen la senda abierta en 2000 por la pionera P¨¢ginas de Espuma (www.ppespuma.com). "A finales de los noventa", cuenta Juan Casamayor -due?o e ide¨®logo de este sello que ha convertido en timbre de honor aquello de "vivir del cuento"-, "hab¨ªa una ausencia notable de libros de cuentos en los medios y en las mesas de novedades".
Alentados por ese espacio en blanco, se lanzaron al ruedo y hoy celebran un "crecimiento sostenido" y el hecho de haber calado en "un perfil de lector iniciado, un lector atento que compra y al que no le venden libros". "Muchos autores me dicen que cuando van a sus editoriales o cuando van de nuevas a un despacho de un editor, ¨¦ste les dice que traigan una novela porque 'el cuento no vende'. La experiencia de P¨¢ginas de Espuma apunta en direcci¨®n contraria. Nuestra editorial empez¨® con un trabajo casi artesanal para convertirse en una peque?a editorial independiente con todo un equipo que gira en torno al g¨¦nero. Se puede 'vivir del cuento' si se 'trabaja por el cuento", afirma Casamayor.
Escritura y vida, que re¨²ne 50 a?os de relatos de Medardo Fraile, y Peque?as resistencias 3, una antolog¨ªa del cuento suramericano que integra una ambiciosa tetralog¨ªa con textos de 200 cuentistas, han sido dos de los platos fuertes de la editorial para 2004. Apuesta por nuevas voces, Peque?as resistencias 3 re¨²ne 50 textos escogidos en base a dos criterios: autores con al menos un libro publicado y nacidos despu¨¦s de 1960. El libro no s¨®lo se opone a un concepto "unitario" de Am¨¦rica Latina; tambi¨¦n pretende acabar con otros estereotipos sobre sus literaturas. "Colombia no es igual al realismo m¨¢gico, y Argentina no es s¨®lo Borges", defini¨® uno de los nueve ant¨®logos, el escritor Andr¨¦s Neuman, en la reciente presentaci¨®n del libro, informa Jennifer Wilson.
"El cuento no es un g¨¦nero mayoritario y no creo que llegue a serlo nunca, porque exige un mayor esfuerzo psicol¨®gico del lector, que debe lidiar con la muerte de la trama. '?Sabe?', me confes¨® una vez una se?ora para disculparse por no llevar un libro m¨ªo, 'es que los cuentos se acaban enseguida", recuerda Jos¨¦ Mar¨ªa Merino, autor de Cuentos de los d¨ªas raros (Alfaguara). "?Para qu¨¦ meterte en un cuento si un best seller te permite viajar c¨®modamente durante 300 p¨¢ginas?", ironiza el escritor, que ha reunido sus reflexiones sobre el g¨¦nero en Ficci¨®n continua (Seix Barral).
En cuestiones de mercado, la novela sigue reinando hoy por hoy en las librer¨ªas. "Nosotros vendemos un libro de cuentos cada 20 novelas", se anima a cuantificar Concha Gubern, encargada del ¨¢rea de literatura de la librer¨ªa Laie de Barcelona. En la misma ciudad, Marta Ramoneda de la Central, descarta generalizar: "Yo no distinguir¨ªa. La buena narrativa siempre encuentra lectores tanto en forma de cuento como de novela", apunta. Con una mirada panor¨¢mica, la Federaci¨®n de Gremios de Editores de Espa?a anima al optimismo: "No tenemos estad¨ªsticas, pero nuestra percepci¨®n es que el cuento crece en Espa?a, no s¨®lo en literatura infantil y juvenil, sino tambi¨¦n en la de adultos. La aceptaci¨®n de autores como Manuel Rivas, Luis Mateo D¨ªez, Jos¨¦ Manuel de Prada, entre otros, lo prueba", sostiene Antonio Mar¨ªa de ?vila, su director ejecutivo, para quien "lo breve se adapta mejor a una ¨¦poca de velocidad y v¨¦rtigo". Las estad¨ªsticas que confirmar¨ªan esa sensaci¨®n del cuento en alza empezar¨¢n a conocerse en 2005: "A partir de febrero, cuando publiquemos los datos del sector editorial correspondientes a 2004, comenzaremos a desglosar en subg¨¦neros todo lo que actualmente se re¨²ne como literatura". Un apartado que hasta hoy no distingue entre ficci¨®n y no ficci¨®n y que represent¨® en 2003 el 19,7% de los 65.824 t¨ªtulos publicados en Espa?a.
Entretanto, el cuento batalla y suma. "Es una tradici¨®n que tiene 800 a?os en nuestra lengua y que vive y crece por la persistencia de los j¨®venes autores que siguen escribi¨¦ndolo y viendo en ¨¦l un esp¨¦cimen fundamental en cualquier ecosistema literario", opina Merino, quien destaca su intensidad y capacidad para sintetizar toda una tradici¨®n cultural. "La novela se permite excursiones, desv¨ªos; el cuento es un viaje al centro en el que no nos alejamos de la trayectoria. Un cuento de Baroja, de Ch¨¦jov, de Poe, dispara en pocas p¨¢ginas referencias culturales, literarias e hist¨®ricas esenciales. Bien usado, algo que no creo que est¨¦ haciendo hoy el sistema educativo espa?ol, un cuento de Rub¨¦n Dar¨ªo sintetiza todo el Modernismo", afirma Merino.
Invirtiendo en el futuro, las editoriales m¨¢s j¨®venes se abren al g¨¦nero breve multiplicando traducciones y nuevos nombres en sus fondos. La madrile?a Gadir, centrada en la literatura de los pa¨ªses de Mediterr¨¢neo, no ha olvidado el cuento: La lluvia, de Arturo Uslar Pietri, y El descubrimiento del alfabeto, de Luigi Malerba, de 1963, in¨¦dito en castellano hasta esta edici¨®n, han sido sus dos t¨ªtulos para 2004. Desde A Coru?a, Ediciones del Viento opt¨® por el Jap¨®n y los relatos tradicionales para los primeros cuentos de su cat¨¢logo, que gira alrededor de la literatura ex¨®tica. El ni?o que dibujaba gatos, de Lafcadio Hearn, es el libro n¨²mero 11 de la editorial. Adem¨¢s de recuperar a un autor de culto (de quien Siruela ha publicado este a?o Kwaidan), se ofrece con sabidur¨ªa y delicadeza orientales como literatura sin fronteras para ni?os y adultos.
Arte, s¨ªntesis e imaginaci¨®n distinguen el rumbo de las ficciones que acompa?an e iluminan. Un buen cuento puede ser una cosmovisi¨®n de bolsillo como ¨¦sta, que, siempre genial, urdi¨® Augusto Monterroso en un microrrelato de 1972: "Dios todav¨ªa no ha creado el mundo; s¨®lo est¨¢ imagin¨¢ndolo. Por eso el mundo es perfecto, pero confuso."
La pasi¨®n como exceso
Un cr¨ªo tembl¨®n en su primera excursi¨®n a un prost¨ªbulo; una solterona que rumia sus 50 y muchos a?os so?ando con bailar bajo la lluvia con el vecino del quinto piso como en un musical de Stanley Donen; Carlos I y el Cardenal Cisneros jugando al escondite y un gallo sacudiendo mandobles y plumas en un corral dom¨¦stico son algunas de las criaturas de 25 historias de amor (y algunas m¨¢s), de Luciano G. Egido (Salamanca, 1928). Una galaxia de microrrelatos donde humor, iron¨ªa y pasiones animan un tri¨¢ngulo tentador en formato de belleza artesanal, gracias a la cuidada edici¨®n de El taller del libro.
Con estas historias, Egido se asume reincidente ("continu¨® la propuesta de Cuentos del lejano oeste") y devoto de la brevedad. "Garc¨ªa M¨¢rquez dice que un cuento cuaja o no cuaja. Eso es todav¨ªa m¨¢s cierto en el caso del microrrelato, que es casi una fulguraci¨®n, un momento, un grito, una pu?alada. Algo fuera del tiempo, como un poema."
La "intensidad verbal" y "la dial¨¦ctica de la eficacia narrativa" se ponen a prueba en los formatos breves, afirma el autor de La piel del tiempo, premio de la Cr¨ªtica Castilla y Le¨®n 2003. "Si tocas s¨®lo una tecla, si no eres capaz en pocas l¨ªneas de coger al lector y abrirle un abanico infinito de sugerencias que le den densidad a la historia, has fracasado", define Egido.
Heterodoxo y movedizo ("fui profesor universitario, luego me dediqu¨¦ al periodismo, al cine, y escrib¨ª mi primera novela a los 65 a?os... He ido traicionando varias vocaciones", dice), el escritor confiesa: "He querido escribir un libro vivo, poli¨¦drico, que huya del amor rom¨¢ntico, del amor cursi, y rescate la pasi¨®n como acicate, como tragedia, como bienvenido exceso."
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