Diputados bajo amenaza en Holanda
Dos parlamentarios viven fuertemente protegidos desde el asesinato del cineasta Theo van Gogh por un islamista
El Parlamento holand¨¦s cierra el a?o ensombrecido por las amenazas de muerte recibidas por dos de sus diputados, la liberal Ayaan Hirsi Ali, de origen somal¨ª, y su antiguo correligionario Geert Wilders, miembro ¨²nico de su propia agrupaci¨®n pol¨ªtica. Oculta desde el asesinato del cineasta Theo van Gogh, a manos de un joven de origen marroqu¨ª, ella espera regresar a su esca?o en enero. Fuertemente protegido y animado por unos sondeos que le adjudicaban en noviembre hasta 28 esca?os en unas elecciones generales, ¨¦l ha vuelto al trabajo despu¨¦s de asegurarse de que su lucha era tomada en serio por el Gobierno. La situaci¨®n refleja la inquietud de una sociedad sacudida por un crimen de tinte religioso y que, para su sorpresa, ha convertido el terrorismo islamista y la integraci¨®n de los inmigrantes musulmanes en sus principales preocupaciones.
La colaboraci¨®n de Hirsi Ali y Van Gogh en el corto Submission, cr¨ªtico con la situaci¨®n de la mujer en el islam, sell¨® su condena por parte de los grupos integristas que operan en Holanda. Un juramento que "pone a prueba el funcionamiento de nuestra democracia", seg¨²n la presidencia del Parlamento de La Haya. La diputada asegura que no ha vuelto a comparecer en p¨²blico porque est¨¢ escribiendo un libro y la continuaci¨®n de la pel¨ªcula que le forz¨® a esconderse. Novicia a¨²n en el oficio de la esgrima verbal propia del ruedo parlamentario, su elevaci¨®n a la categor¨ªa de s¨ªmbolo de la libertad de expresi¨®n para unos, y de la blasfemia para otros, ha provocado incidentes curiosos. El m¨¢s reciente corri¨® a cargo de Laurens Jan Brinkhorst, titular de Econom¨ªa, llamado al orden por el primer ministro, el democristiano Jan Peter Balkenende, por haber comparado el estilo cr¨ªtico de la diputada con encender un cigarrillo en un dep¨®sito de municiones.
Hirsi Ali ha calificado a Mahoma de "perverso" por desposar a una ni?a de nueve a?os, contrapone un islam anacr¨®nico a otro ilustrado y mostr¨® en su corto a una mujer desnuda, con versos del Cor¨¢n tatuados y golpeada (en la ficci¨®n) por su marido. Brinkhorst espera quitarle hierro al asunto el pr¨®ximo enero en una cita ya acordada.
La l¨ªnea dura patrocinada por Wilders contra los imanes y las mezquitas radicales de Holanda -"los religiosos deportados y los templos cerrados"- le han convertido en un caso ¨²nico. Con la simpat¨ªa que despierta su causa -tambi¨¦n se opone a la entrada de Turqu¨ªa en la UE-, trata de reunir adeptos para llenar la lista de su Grupo Wilders. Formado en estos momentos por ¨¦l mismo, promueve asimismo la marcha de los inmigrantes que no se integren y la cadena perpetua para los delincuentes que reincidan tres veces. Wilders pertenec¨ªa al mismo partido liberal (VVD) que Hirsi Ali, hoy en la coalici¨®n de centro derecha en el poder. Por culpa de las amenazas de muerte, el diputado solitario no consigue hablar siquiera con sus posible seguidores. "El Ministerio de Justicia sugiere que corremos el peligro de ser vistos como culpables por asociaci¨®n si aparecemos con Wilders. Y claro, dice que no pueden protegernos", ha se?alado Bart Jan Spruyt, un pensador conservador al frente de una fundaci¨®n independiente de dicho tenor.
A pesar de ello, y sin m¨¢s comunicaci¨®n exterior que la del correo electr¨®nico, Wilders no para de recibir mensajes de ¨¢nimo. Desde la muerte de Van Gogh y la posterior quema de mezquitas e iglesias cristianas a manos de radicales de ambos bandos, su valor en la bolsa de las encuestas aumenta sin cesar. Muchos de los que le votar¨ªan si logra cerrar una lista electoral, tienen miedo de convertirse en minor¨ªa en su propia patria. Seg¨²n el retrato robot elaborado por los centros de sondeos se tratar¨ªa de hasta 1,7 millones de ciudadanos corrientes -con 28 esca?os en un Parlamento de 150-, de entre 30 y 50 a?os, blancos, de clase media y repartidos por toda Holanda.
La Lista Pim Fortuyn, el partido del l¨ªder ultraconservador asesinado hace dos a?os por un ecologista radical, recogi¨® en su d¨ªa sufragios entre la clase trabajadora de las grandes ciudades del oeste del pa¨ªs. Deshecho por culpa de rencillas internas despu¨¦s de haber logrado auparse al Ejecutivo, el vac¨ªo dejado tras su descalabro podr¨ªa ocuparlo el Grupo Wilders. Ese es uno de los recelos de los dem¨¢s partidos, que no desean un competidor a su derecha. Y esa es la principal queja del diputado mismo, cuando reclama que la vigilancia que precisa no le impida ocupar el espacio pol¨ªtico que considera suyo.
En el nuevo mapa parlamentario que dibujar¨ªa el Grupo Wilders, cabr¨ªa incluso su reverso, un partido islamista. Seg¨²n una encuesta del programa de debate Nova, de la televisi¨®n nacional, lo apoyar¨ªa un 51% de los musulmanes de Holanda. En el pa¨ªs hay cerca de un mill¨®n de musulmanes y un grupo as¨ª obtendr¨ªa 8 esca?os. En las ¨²ltimas elecciones (enero de 2003) un 32,4% de estos votantes escogi¨® a los socialdem¨®cratas (PvdA). Un 31% se abstuvo. De haber comicios ahora, un 44,3% dar¨ªa su sufragio al PvdA. Un 45% piensa adem¨¢s que los diputados actuales no representan sus intereses.
El precio de la integraci¨®n
El buen manejo del holand¨¦s, en especial por parte de las inmigrantes musulmanas, es uno de los objetivos primordiales del plan de integraci¨®n dise?ado por el Gobierno de los Pa¨ªses Bajos. Seg¨²n sus c¨¢lculos, para el a?o 2010, las 240.000 mujeres que tienen hoy problemas para expresarse deben haber aprobado el correspondiente examen de civismo. La prueba est¨¢ formulada en holand¨¦s e incluye preguntas sobre el funcionamiento de la sociedad y sus normas. Para lograrlo, el Ministerio de Integraci¨®n precisar¨¢ 300 millones de euros, a raz¨®n de 50 millones anuales.
Seg¨²n la princesa M¨¢xima (Zorreguieta), esposa del heredero de la casa de Orange, el pr¨ªncipe Guillermo, "la lengua es la llave para la participaci¨®n en la sociedad de acogida". Ella lo sabe bien. Nacida en Argentina, su primera aparici¨®n p¨²blica el d¨ªa de su compromiso matrimonial, hablando ya en holand¨¦s, le gan¨® de golpe las simpat¨ªas de su nuevo pueblo. Hoy es el miembro m¨¢s popular de la Casa Real holandesa. Al exigir el aprendizaje del idioma, el Ejecutivo espera animar tambi¨¦n a las mujeres a que mejoren su presencia en el mundo laboral. Hoy reciben un salario s¨®lo un 29% de las inmigrantes de origen turco y un 28% de las marroqu¨ªes, contra un 57% de las holandesas aut¨®ctonas.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.