Cuentas fuera de control
Portugal no logra controlar su d¨¦ficit p¨²blico, que superar¨¢ nuevamente el 3% del PIB
Tras casi tres a?os de un esfuerzo tit¨¢nico para controlar el d¨¦ficit p¨²blico y mantener los gastos del Estado por debajo del 3% del pructo interior bruto (PIB), como exigen las autoridades comunitarias en Bruselas, Portugal sigue sufriendo un grave desequilibrio presupuestario. Los economistas han reiterado sus alertas, pero esta semana llegaba la confirmaci¨®n oficial: el Gobierno portugu¨¦s se ha visto obligado a integrar los fondos de pensiones de varias empresas estatales en la Caja General de Jubilaciones y ha intentado ceder temporalmente la propiedad de 65 edificios de propiedad p¨²blica a diversas entidades bancarias.
Tanto Dur?o Barroso como su sucesor, Pedro Santana, contaban con la recuperaci¨®n econ¨®mica internacional y nacional para resolver la crisis
Las deudas por el pago de las cuotas a la Seguridad Social equivalen al 11% del PIB, mientras que la evasi¨®n fiscal representa el 6% del PIB
El objetivo era conseguir unos 3.000 millones de euros de ingresos extraordinarios -el equivalente al 2% del PIB- antes de finales de a?o y presentar a Bruselas un d¨¦ficit oficial del 2,9%. Pero Eurostat vet¨® el negocio relacionado con los edificios p¨²blicos y, en una conferencia de prensa, el ministro de Hacienda, Ant¨®nio Bag?o F¨¦lix, asum¨ªa que le faltan unos 750 millones de euros para equilibrar las cuentas y evitar las sanciones europeas.
El problema portugu¨¦s es que esta pel¨ªcula se repite desde 2002. Portugal fue el primer pa¨ªs de la eurozona en violar el Pacto de Estabilidad y Crecimiento (PEC), que impone a los Estados miembros que sus gastos no superen el 3% de la riqueza producida, cuando en 2001 present¨® un d¨¦ficit p¨²blico del 4,4%. Jos¨¦ Manuel Dur?o Barroso, entonces primer ministro portugu¨¦s y ahora presidente de la Comisi¨®n Europea, prometi¨® controlar las cuentas p¨²blicas y aplic¨® una pol¨ªtica de enorme austeridad financiera que, para muchos analistas, acab¨® por arrastrar a Portugal hacia una dur¨ªsima recesi¨®n, la m¨¢s larga de Europa y la peor en la historia portuguesa de los ¨²ltimos 10 a?os. El pa¨ªs entr¨® en recesi¨®n a finales de 2002 y s¨®lo este a?o sali¨® de los n¨²meros rojos. Al problema interno, que exig¨ªa un ajuste presupuestario, se sum¨® la mala coyuntura internacional, que disminuy¨® los ingresos y agudiz¨® el desequilibrio de las cuentas.
En 2002, 2003 y 2004, Portugal s¨®lo control¨® el d¨¦ficit a trav¨¦s del recurso a los ingresos extraordinarios. Eso mismo confirmaba, esta semana, el gobernador del Banco de Portugal, V¨ªctor Constancio: "Tenemos sistem¨¢ticamente d¨¦ficit superiores al 4%. En los ¨²ltimos tres a?os, se acercaron incluso al 5%. Y pasar¨¢ lo mismo en 2005, si no contamos con ingresos extraordinarios". La mayor¨ªa de estas medidas extraordinarias, "y especialmente las de los ¨²ltimos dos a?os, no afectan a los ingresos de los agentes econ¨®micos. Se trata de meras transferencias, de arreglos contables, pero sin ning¨²n impacto econ¨®mico". "D¨¦ficit superiores al 5% en 2003, y de cerca del 5% este a?o y otra vez del 5% el a?o que viene, es una situaci¨®n insostenible", afirma el responsable del banco central portugu¨¦s, para quien el problema debe ser solucionado dentro de dos a?os, porque empieza a ser complicado conseguir ingresos extraordinarios tan grandes. El Gobierno lleva tres a?os vendiendo patrimonio y haciendo ingenier¨ªas contables que pueden estar a punto de agotarse.
Malas noticias
Tanto el Ejecutivo de Dur?o Barroso como el de su sucesor, Pedro Santana Lopes, contaban con la recuperaci¨®n econ¨®mica internacional y nacional para resolver el problema, al menos parcialmente. La esperanza era ver crecer los ingresos fiscales debido al aumento de la actividad econ¨®mica. Pero las ¨²ltimas noticias no son positivas. Tras un significativo crecimiento del PIB entre enero y junio, la econom¨ªa volvi¨® a estancarse. En la primera mitad del a?o, la actividad se reanim¨®, debido a la celebraci¨®n de la Eurocopa en Portugal. La demanda interna y el consumo privado se dispararon y, tras a?o y medio de contracci¨®n, el PIB creci¨® el 1,1% en el primer trimestre de 2004 y el 1,8% en los tres meses siguientes (con relaci¨®n a los mismos periodos de 2003). Pero en el tercer trimestre, la recuperaci¨®n se interrumpi¨®. El PIB creci¨® s¨®lo un 0,8% y, con relaci¨®n al trimestre anterior, hubo una contracci¨®n del 1,2%. Portugal fue el ¨²nico pa¨ªs de la eurozona donde se verific¨® este retroceso y est¨¢ en el aire la previsi¨®n de crecimiento del 1,25% para este a?o.
Tanto el gobernador del Banco de Portugal como la generalidad de los economistas han advertido esta semana que la recuperaci¨®n econ¨®mica ser¨¢ bastante m¨¢s lenta que lo esperado y la ¨²nica soluci¨®n es avanzar de inmediato con reformas estructurales, con efectos a largo plazo. El objetivo es disminuir los gastos del Estado y no dejar las cuentas p¨²blicas tan dependientes de las oscilaciones de los ingresos. Para Constancio, "el pa¨ªs tendr¨¢, inevitablemente, que hacer frente con m¨¢s arrojo al problema presupuestario, y como eso implica medidas dif¨ªciles, ser¨¢n necesarios consensos y gran sentido de responsabilidad", dice, defendiendo un pacto de Estado entre los principales partidos pol¨ªticos.
La inestabilidad pol¨ªtica portuguesa de los ¨²ltimos a?os ha sido otro de los factores que ha empeorado la situaci¨®n econ¨®mica y financiera. A finales de 2001, el Gobierno socialista de Ant¨®nio Guterres dimiti¨®; en julio de 2004, Dur?o Barroso abandon¨® tambi¨¦n el Ejecutivo de Lisboa y, hace dos semanas, el actual equipo de Santana Lopes cay¨®, por decisi¨®n del presidente de la Rep¨²blica, Jorge Sampaio. Algunas reformas anunciadas nunca han llegado a ponerse en marcha y, por otra parte, la confianza de los agentes econ¨®micos ha alcanzado niveles negativos hist¨®ricos.
Una de las reformas considerada esencial y urgente es la reestructuraci¨®n de la Administraci¨®n p¨²blica, que Dur?o Barroso anunci¨® con mucha pompa, pero que ahora est¨¢ una vez m¨¢s aplazada. Portugal es, en t¨¦rminos relativos, uno de los pa¨ªses europeos con m¨¢s funcionarios y el gasto para los empleados del Estado ascienden al 14% del PIB, cuando la media europea se sit¨²a en el 11%. El plan de Barroso preve¨ªa un recorte de 44.000 funcionarios (de un total de 750.000) hasta 2006, y la convergencia de los gastos con el resto de Europa ese mismo a?o.
Un modelo agotado
El equilibrio presupuestario llegar¨ªa en 2006, sin recurrir a medidas de ingenier¨ªa contable, seg¨²n las cuentas de Barroso. Pero el Presupuesto General para el ejercicio de 2005, aprobado por el Gobierno dimisionario de Santana Lopes, la semana pasada, admite que, hasta 2007, ser¨¢n necesarios los ingresos extraordinarios para asegurar la consolidaci¨®n presupuestaria.
Otra reforma esencial -anunciada por Santana Lopes y ahora tambi¨¦n aplazada- es la del sistema fiscal: las deudas del pago de las cuotas a la seguridad social equivalen a un 11% del PIB, mientras se estima que la evasi¨®n fiscal representa el 6% del PIB.
Todos los economistas coinciden en se?alar que es esencial solucionar el problema presupuestario, aunque no es suficiente. Portugal debe tambi¨¦n invertir en educaci¨®n y en formaci¨®n para revalorizar su mano de obra, una de las menos cualificadas de Europa y que coloca al pa¨ªs en los ¨²ltimos puestos de los rankings de productividad europea. El modelo competitivo portugu¨¦s est¨¢ agotado. El pa¨ªs tiene hoy dificultades para atraer inversiones extranjeras y su industria no logra reestructurarse para ser capaz de colocar productos competitivos en los mercados extranjeros. Eso mismo reflejan las cifras del PIB. La econom¨ªa sali¨® de la recesi¨®n, en gran parte, debido al consumo privado -y al endeudamiento de las familias- y no gracias a las exportaciones que, seg¨²n todos los analistas, ser¨ªan el ¨²nico motor sano de la recuperaci¨®n.
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