"Repartimos sonrisas donde no las hay"
Payasos sin Fronteras celebr¨® su gala anual para recaudar fondos destinados al Tercer Mundo
Nada m¨¢s sencillo, y a la vez con tanta responsabilidad. Una nariz roja, un maquillaje llamativo, un traje con remiendos o rombos de colores y unos zapatos kilom¨¦tricos sirven para arrancar la carcajada de un ni?o. Dicen los payasos que ser payaso es un "sentimiento". "Forma parte de uno mismo, y es muy dif¨ªcil dejar de serlo. A un payaso le gusta la inocencia de los ni?os, y por eso no quiere dejar de ser ni?o".
El arte del clown existe desde hace miles de a?os; un payaso actuaba ya como buf¨®n en la corte del fara¨®n Dadkeri-Assi, durante la quinta dinast¨ªa egipcia, en torno al a?o 2500 antes de Cristo. El primer payaso conocido de la historia fue Giuseppe Grimaldi, c¨¦lebre hasta tal punto que el gran Charles Dickens escribi¨® su biograf¨ªa. Nacido en 1778, Grimaldi comenz¨® a actuar desde que ten¨ªa dos a?os y fue mimo. Los expertos le consideran el pionero del g¨¦nero.
Los que ayer arrancaron la sonrisa de los 160 asistentes, entre ni?os y padres, a la sala Plaza del Arte, en la calle de la Pe?a de Francia (Arganzuela), eran bastante m¨¢s j¨®venes, y su misi¨®n otra m¨¢s acorde con nuestro tiempo. "Buscamos crear sonrisas donde no las hay", explicaba Jes¨²s Gonz¨¢lez, coordinador de la organizaci¨®n no gubernamental Payasos sin Fronteras, en Madrid.
Desde su fundaci¨®n, esta organizaci¨®n reparte sonrisas por hospitales de toda Espa?a y acude a la llamada de otras organizaciones no gubernamentales all¨¢ donde se les solicita. M¨¦dicos del Mundo y Acci¨®n contra el Hambre son sus principales demandantes para actuar ante ni?os de pa¨ªses africanos, centroamericanos, de Los Balcanes y Palestina.
La historia de la organizaci¨®n tampoco tiene desperdicio. Jes¨²s Gonz¨¢lez cuenta con orgullo c¨®mo dos ni?os -uno croata y otro kosovar-, acogidos en sendos campos de refugiados, comenzaron hace 11 a?os a cartearse. La amistad epistolar que consiguieron fue tanta que el ni?o croata le regal¨® a su amigo kosovar una sesi¨®n de payasos para su cumplea?os. "Y as¨ª naci¨® hace 11 a?os Payasos sin Fronteras".
En la gala de ayer, el objetivo era recaudar fondos. No son todos los que la organizaci¨®n necesita. Ayer, a 10 euros la entrada, fueron recaudados 1.600 euros. La organizaci¨®n mantiene convenios con fundaciones, empresas y otras ONG que financian parte de sus proyectos.
En la gala de ayer particip¨® el actor Pepe Villuela, que presidi¨® la asociaci¨®n hasta el pasado abril. Ahora, el cargo recae en la valenciana Mar¨ªa Colomer. "Creo que todos llevamos un payaso dentro. No es necesario tener ninguna aptitud especial para ser payaso, sino s¨®lo dar salida a tus sentimientos, cuando ves la sonrisa de un ni?o o de los mayores", explica el actor.
Contra la desnutrici¨®n
Uno de los proyectos que con m¨¢s ilusi¨®n relatan se lo ofrece desde hace algunos a?os la organizaci¨®n no gubernamental Acci¨®n contra el Hambre. A trav¨¦s de ella participan en campa?as de estimulaci¨®n destinadas a los ni?os de los pa¨ªses con tan pocos recursos destinados a la alimentaci¨®n que cuando les llegan los alimentos no pueden comerlos. "Participamos en campa?as de estimulaci¨®n dirigidas a los ni?os y a sus padres, basadas en el juego y en la participaci¨®n, que estimulan a los ni?os para que puedan alimentarse y no morir de desnutrici¨®n. Luego esas estrategias se las ense?amos a los padres para que sigan utiliz¨¢ndolas en sus casas", explica Villuela.
Payasos sin Fronteras participa cada a?o en 12 o 15 expediciones repartidas por Centroam¨¦rica, Palestina, ?frica y Los Balcanes. Su misi¨®n es arrancar sonrisas en los campos de refugiados. Dicen que nunca han tenido problemas para entenderse. "La risa aparece con los gestos. No hacen falta idiomas ni fronteras".
Esta organizaci¨®n fue fundada en 1993. Surgi¨® por la necesidad manifestada por un colectivo docente que desarrollaba un programa de educaci¨®n para la paz en escuelas de Catalu?a. En este marco se invit¨® al artista Tortell Poltrona a actuar en el campo de refugiados de Veli Joze (Savudrija) en Croacia, el 26 de febrero de 1993.
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