?Hay otra forma?

Hace ya algunos a?os se rompi¨® uno de los monopolios m¨¢s tradicionales: el servicio telef¨®nico.

Los sufridos usuarios nos las promet¨ªamos felices ante un panorama de competencia, esto es, de mejores precios y sobre todo mejor servicio. Lo primero creo que ha sido evidente, pero de lo segundo...

Hace un par de meses una amable se?orita vino a mi casa a explicarme las bondades de una compa?¨ªa que promet¨ªa que "hay otra manera". Sin haberme dado tiempo a pensarlo, y sin mediar notificaci¨®n alguna, me hab¨ªan cambiado de operador. Me qued¨¦ sin contestador, sin las promociones que tanto ahorro me hab¨ªan supuesto hasta la fecha y sin saber ni siquiera qu¨¦ se supon¨ªa que hab¨ªa contratado.

De ah¨ª a la fecha se inicia un proceso digno del mejor Kafka. Fui contando mi triste historia de un tel¨¦fono 900 a un 902 y viceversa hasta el infinito. Hasta que por fin, y tras horas colgado al tel¨¦fono, me enter¨¦ de que efectivamente era un nuevo cliente con una serie de servicios. Comuniqu¨¦ mi m¨¢s absoluta disconformidad por tel¨¦fono, mail y correo.

Hasta la fecha nadie se ha puesto en contacto conmigo, y sigo siendo cliente. As¨ª que opt¨¦ por lo contrario, a lo mejor mi operadora de toda la vida pod¨ªa recuperar mi l¨ªnea. Sorpresa: me hab¨ªan "portado" la l¨ªnea en una semana, pero tardar¨ªan unos cuatro o cinco meses en recuperarla, y, c¨®mo no, cobrando por ello.

As¨ª que aqu¨ª tienen al sufrido consumidor de siempre: siendo cliente cuando no quiero serlo, pagando m¨¢s que antes y, como siempre, pagando por algo que no utilizo. De verdad, ?hay otra manera?...