El vaso griego identifica la cultura cl¨¢sica y su difusi¨®n
El Arqueol¨®gico Nacional expone 184 objetos junto a los destinos de la cer¨¢mica
Los organizadores de la exposici¨®n El vaso griego y sus destinos, abierta en el Museo Arqueol¨®gico Nacional (MAN), de Madrid (Serrano, 13, www.man.es, hasta el 28 de febrero), plantean "la historia de una fascinaci¨®n". A trav¨¦s de 184 objetos se sigue la producci¨®n de las piezas de cer¨¢mica griega, su empleo en la vida cotidiana y en las necr¨®polis, el comercio y las modernas interpretaciones desde el renacimiento como "objetos de apasionado deseo".
"Es la primera vez que se presenta una exposici¨®n tan completa sobre el vaso griego, con piezas prestadas por varios museos, que reflejan el conocimiento y difusi¨®n de estos objetos de la cultura de la antig¨¹edad cl¨¢sica, adem¨¢s de definir el gusto por el arte de la moda a la griega desde el siglo XVIII", declar¨® Paloma Cabrera, conservadora jefe del departamento de antig¨¹edades griegas y romanas del MAN y comisaria de la exposici¨®n, junto con Pierre Rouillard, director de investigaciones en el Centre National de la Recherche Scientifique, de Par¨ªs. La muestra itinerante y el cat¨¢logo (organizados por el Ministerio de Cultura, con la colaboraci¨®n de la Caja de Ahorros del Mediterr¨¢neo (CAM) forman parte del Programa Internacional de Cooperaci¨®n Cient¨ªfica, en el que intervienen investigadores de Alemania, Espa?a, Grecia, Inglaterra, Italia y Suiza. El montaje arranca con Atenas como centro de los talleres cer¨¢micos de vajilla com¨²n y vasos pintados con figuras rojas o negras, entre los siglos VIII al IV antes de Cristo. El visitante comprueba con los textos de las cartelas en los objetos de las vitrinas el uso cotidiano de los vasos (recipientes), en las necr¨®polis (la tumba femenina de Sotades), en la vida p¨²blica (en el ?gora, con los vasos empleados como medidas oficiales) y en la privada (la bebida en com¨²n del simposio, despu¨¦s del banquete). Sigue la difusi¨®n de las piezas del taller de los pintores de Diosphos y de Haimon, la forma de la cratera de c¨¢liz y el ¨¢nfora panatenaica, con el aceite de los olivos sagrados de Atenea que se entregaba a los ganadores de los Juegos Panatenaicos en Atenas. Los etruscos fueron los mayores compradores, junto a otros lugares del mar Negro y de Iberia. La prueba est¨¢ en lo descubierto en la Cala San Vicen?, de Mallorca, con el comercio de los barcos mercantes de cereales, vino, aceite y salazones y de vajillas finas.
Un retrato an¨®nimo de Carlos IV (del Prado), que lleg¨® a comprar una colecci¨®n de 58 vasos ¨¢ticos y surit¨¢licos, anuncia las interpretaciones modernas del vaso griego a partir del renacimiento y la importancia de las colecciones reales, con Felipe V y Carlos III. Los fondos de la Biblioteca Nacional aportan nueve libros que difunden en los siglos XVII y XVIII l¨¢minas con el repertorio de formas y escenas figuradas.
El vaso griego inspira proyectos de decoraci¨®n y mobiliario, con la difusi¨®n del gusto etrusco por Europa, que en Espa?a se une al pompeyano en la Casita del Labrador, de Aranjuez, y la Casita del Pr¨ªncipe y del Infante, en El Escorial. De la inspiraci¨®n se pasa a las manufacturas europeas, entre ellas, la porcelana del Buen Retiro y las imitaciones de los vasos antiguos (como la pareja de vasos napolitanos "a la estrusca", del Prado).
En la ¨²ltima parte del montaje aparece la colecci¨®n de la novelista George Sand y la del Arqueol¨®gico Nacional, una de las m¨¢s importantes (con 1.500 vasos), y las interpretaciones de pintores, como Ingres, con sus l¨¢minas a partir de antig¨¹edades.
Babelia
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